EMMA OZORES en primera persona: "El carácter es fundamental en la vida".
"EL CARÁCTER ES FUNDAMENTAL EN LA VIDA"
Por Juan Carlos Herranz
www.instagram.com/emmaozores_clubdefans
Emma
Ozores sabe que no es la recompensa lo que
eleva el alma, sino la labor personal y profesional que ha valido esa
recompensa. Y es que todo derecho que no lleva consigo un deber moral y
generoso con las personas que nos rodean, no merece ni que se luche para
defenderlo. Sabiduría y cordialidad son hermanas de sangre de una de nuestras
mejores artistas contemporáneas. Con la grandeza de su personalidad y su
estupenda trayectoria artística, Emma Ozores ha dado sentido a las
sabias palabras de Víctor Hugo: el agua
que no corre hace un pantano; la mente que no trabaja hace un tonto. Esta
madrileña —–quien se describe tímida por naturaleza—– pertenece a la estirpe más
reconocida de actores, cómicos y músicos que ha existido en España hasta
nuestros días. Hija del inolvidable
actor Antonio Ozores y de la elegante actriz Elisa Montés; el árbol genealógico de esta gran figura de las
tablas, sorprende por el peso que tiene la saga de creativos —–en el panorama cultural hispano—–, a la que representa: por parte de
padre es bisnieta de don Antonio Puchol y Claudia Butier —–célebre
director musical
de zarzuelas y reconocida actriz—–. Emma Ozores es nieta de los actores Mariano Ozores Francés y Luisa Puchol Butier; sobrina del actor José Luis Ozores; del director y guionista Mariano Ozores, y flamante prima de la también aplaudida intérprete Adriana Ozores; sin olvidar que, por parte materna, sus rememoradas tías,
Emma Penella y Terele Pávez, cierran y dan sentido común a este linaje
preciado, memorable, admirado, respetado y querido en todos los rincones del planeta.
Emma
Ozores deja
a un lado la abundancia de palabras inútiles en beneficio de una interpretación
de la vida misma que es capaz —–como
sólo las grandes personas pueden hacerlo posible—–, de equilibrar el bien y el mal desde cualquier escenario con
telones bien abiertos, y siempre dispuesta a conseguir que el público, además
de aplaudir y sonreír a la vida, mantenga la esperanza frente a las vicisitudes
de la vida. A temprana edad descubrió que todo idioma es un templo. Ya desde
niña tenía claro que deseaba ser actriz y encarnar mil y un personajes. A cada
cual más divertido, más intenso, más galardonado. Quizá no sospechase —–muy a pesar de esa timidez
mencionada en líneas anteriores—–,
que llegaría a tocar el cielo con su propio esfuerzo y convertida en toda una
polifacética experta que se ha atrevido con todo a lo largo de su dilatada
trayectoria: revistas, musicales, piezas de teatro clásico, series de
televisión, largometrajes, videoclips, realities
televisivos… Emma Ozores sabe batir
sus propias metas arrasando más allá de lo que, en su humilde comienzo como
personaje cómico, se hubiera imaginado. El placer de ser feliz es el legado más
bonito que la artista regala a sus miles de seguidores en Latinoamérica y España. 2017 le otorgó el acreditado
Premio Sancho Panza de manos de la Asociación del Humorismo Español. Ávida
de nuevas vivencias, se proclamó finalista del programa televisivo de máxima
audiencia GH Vip. A partir de
entonces, tras deslumbrar con plausibles papeles como el que interpretó en Desnudos en Central Park —–debutó junto a Manuel Galiana en las
mejores salas nacionales—–, se
halla inmersa en la impresionante obra teatral El último que apague la luz —–dirigida
por su propio padre—–. El éxito
de este nuevo proyecto estaba asegurado porque, qué duda cabe, ella es el éxito
personificado: como una estrella, como una dama, como una persona buena, como
toda una señora…
-
Las
más hermosas flores se asemejan a l@s grandes artistas. ¿Te ha resultado
difícil crecer a pesar del estiércol que suelen echar las personas envidiosas
sobre sus semejantes?
A ver he crecido rodeada de gente sabia, de buena gente que
me ha dado las herramientas necesarias para no mirar mucho a los envidiosos y
centrarme en respetar, evolucionar, ser humilde y aprender a admirar que es más
bonito que anhelar la vida del prójimo —–responde
con ternura y mucha simpatía.
-
¿Crees que es posible elevarse en este mundo, por méritos
propios, sin poseer dignidad de carácter?
El carácter es fundamental en la vida, y gracias a él he
salido adelante en muchos momentos ya dicen que la vida es de fuertes, no hay
otra. Ojalá pudiéramos elevarnos por méritos propios sin necesidad de tener
carácter pero lo encuentro algo fundamental, creo que es lo que te hace avanzar
y conseguir metas.
-
¿Quiénes han sido los mejores benefactores de tu impecable
carrera profesional: el público o tú misma con tu sacrificio y dedicación?
Para mí el público —–afirma
tajante y mostrando una amplia y hermosa sonrisa en el rostro—–. Mi
público es lo mejor que tengo. Ell@s son personas que quieren a mi familia, a
mi padre y en consecuencia a mí, su hija. El cariño que profesan a él —–hace referencia al gran y querido maestro
Antonio Ozores—– nos une con una complicidad maravillosa. Quiero mucho
a la gente, pero de verdad y desde el corazón —–matiza con nobleza—–. España y Latinoamérica están siempre presentes en mi
alma. Ahora que me encuentro inmersa en una gira con El último que apague la luz, obra escrita y dirigida por mi padre,
que ha sido Premio Nacional en España y galardonada en multitud de países —–hace diez años que inició este impresionante tour mundial—– y,
cuando veo que su público asiste a los teatros y los llenan hasta a bandera
para aplaudir mi representación —–se
emociona al pronunciar estas palabras—–, siento ese cariño y es algo que, seguro que ell@s también
lo sienten, comparto desde el escenario de manera recíproca. Disfruto mucho
conversando con mi público después de que la obra ha finalizado. La gente me
espera para hablar conmigo y a mí me encanta intercambiar impresiones y buenos
momentos en la mejor compañía. Soy muy feliz gracias a este precioso legado que
he heredado de mis queridos padres.
-
Ramón J. Sender afirma que si el cántaro da en la piedra, o la piedra en el cántaro, mal asunto
para la vasija ¿Alguna vez has sentido la necesidad de abandonar las tablas
y dedicarte a sembrar o cosechar en tu vida personal tras una difícil etapa?
Sí, por supuesto; sobre todo al comienzo de mi carrera
profesional en el que todo transcurría cuesta
arriba y con infinidad de trabas. Recuerdo que al dejar mi currículum vitae en una productora me
saludaron, miraron mi fotografía, me dijeron lo maravilloso que era mi padre y
yo regresé a casa tan contenta, pensando en lo agradable que me habían tratado —–toma aire con cierta resignación—–...
el caso es que no me llamó ni el conserje de la puerta, porque claro, al no
tener experiencia, muy cariñosos y todo lo que quieras pero yo, mal que me
pesase, me quedaba como había entrado: sin contrato ni papel. Salía contenta y
radiante sin comprender la dificultad de los primeros pasos en cualquier
profesión. Eso sí, yo me sentía feliz cuando acudía a mis primeros castings
porque, aunque no me hicieron ni puñetero caso, me enseñaron a que hoy en día
no me tenga que replantear nada. Tengo tanta seguridad en mí misma que hasta me
encantaría interpretar a una aldeana que llega a la ciudad y triunfa, tras
infinidad de aciertos y desaciertos,
por méritos propios. Soy cántaro de agua pero duro como
el diamante —–se ríe
mientras recoge su preciosa cabellera con ambas manos—–. Incluso en bruto.
-
Las
personas fuertes labran su destino y se dice, que la gente débil sufre el que
le impone la suerte ¿Dónde se sitúa Emma Ozores en la vida?
-
¡Ay! —–exclama mientras une sus palmas—– ¡Qué
bonita pregunta me haces, Juan Carlos! Yo me sitúo donde la gente normal. Me
considero muy sencilla, de verdad, no me gusta llamar la atención ante nadie y
me hacen muy feliz las pequeñas cosas que te brinda la vida: una flor, un paseo
junto al mar, la buena compañía de mis seres queridos, de mis amig@s, un café,
una charla distendida… Y si —–afirma rotunda sin perder su bonita
sonrisa—–, cada persona se labra el destino y recoge los frutos que ha
sembrado.
-
Sólo hay una manera de ser maestra: tener fe en una misma y
ser tu propia discípula ¿Por qué te quiere y admira tanto la gente?
¡Gracias por tus palabras! —–se
sorprende a pesar de que la pregunta tiene absoluto sentido—–. Yo creo que si me quieren es
porque se ha encargado mi familia, con su trabajo y actitudes, de conseguirlo y
a mí me viene por herencia, cosa de la cual me siento muy orgullosa. Y ya
sabes, que la gente es listísima y sabe perfectamente quienes somos de verdad. Por
lo que sea, traspasa la pantalla y, si caes bien suele ser porque eres buena
gente y conectas con los demás. En el escenario no es suficiente ser hija de
Antonio Ozores o Elisa Montes. O te lo curras y tienes madera de artista, de
creativa, o regresas a tu casa por dónde has llegado. El público siempre tiene
la última palabra y yo estoy muy agradecida por tal afirmación… ¡y mira que me
llevé mis berrinches en mi juventud, cuando no encontraba papeles por la
dichosa inexperiencia!
-
Existen campos de cultivos que, a pesar de su fertilidad, no
dan frutos ni siendo bien cuidados por millones de manos ajenas ¿Tan amargas
pueden ser las raíces del ser humano?
-
¡Oh, qué profundidad
hijo! —–me muestra un estado de
estupefacción complaciente y tierno debido a su gran inteligencia y
cordialidad—–. Bueno hay de todo
en la viña del Señor. Sueles recoger lo que siembras, y a veces no lo
recoges de quién lo esperas, sino de personas con quien no has cruzado ni una
palabra. La vida te sorprende en muchas ocasiones. Ni amargas ni dulces sino
todo lo contrario: según te lo quieras tomar. Experiencia es el nombre de
nuestros errores, aciertos… de nuestro aprendizaje como ser humano primero;
como profesional, en segundo lugar.
-
La inmensidad de un pueblo se mide por la fuerza de su
cultura ¿Cómo valoras la Marca España de nuestro cine, teatro o cualquier otro
campo creativo?
La Marca España me
encanta. Este país tan maravilloso es mi hogar; mi gente, mi ciudad.... Quizá
no sabemos, ni tan siquiera lo necesitemos, vendernos como los americanos, pero
en cambio tenemos un espíritu de lucha, una nobleza y una generosidad que hace de nuestro país uno
de los rincones preferidos de millones de turistas de todo el mundo —–irradia felicidad cuando hace mención a España—–. ¡Me encanta
representar mis obras fuera de nuestras fronteras y comprobar, en primera
persona, la gran estima que sienten por nuestra hermosa tierra! En referencia al apoyo institucional a la Marca España, considero que es escaso
por lo que tenemos que seguir luchando para que nuestra cultura no desaparezca
o quede anclada, por ejemplo, en joyas del siglo XVII —–hace alusión a Cervantes—–.
Todas las naciones se muestran muy cuidadosas al mantener viva su huella en el
universo. España no puede quedarse atrás. La cultura hispana ni se compra ni se
vende porque es un bien y un derecho común a tod@s. Tenemos que protegerla y
mantenerla para disfrute de generaciones venideras.
-
¿Consideras
España como un país de hombres y mujeres cult@s o de gente de medias verdades
humanas, sociales y políticas que no sirven para hacer cultura ni tener
dignidad?
-
Considero a España como
un lugar de gente muy buena, muy creativa y muy trabajadora —–evita prolongar la contestación dando por obvias sus anteriores palabras.
Llegará el momento en que la vida te obligue a despedirte de
los escenarios ¿lo tomarás como el fracaso, la victoria final o el broche más
hermoso para tu legado profesional y/o personal?
-
Tomaré mi destino tan a
gusto —–en ningún momento de la entrevista deja de sonreír—–. No
soy de esas personas que necesita salir a escena para que su vida tenga más fuerza
o ni para sentirse realizado como ser humano. Hace mucho tiempo que se me
terminó la afición a la obsesión laboral. Lo que de verdad echaré de menos, cuando
me toque retirarme de los escenarios, es a la gente que me acompaña en este
precioso viaje que es el verbo vivir. Echaré de menos sus caras sonriendo y
disfrutando lejos de los problemas. Viviré
de los buenos recuerdos, como se suele decir. Hoy en día —–que
vamos corriendo a todos los sitios y disfrutamos de poco tiempo para sentirnos
bien con nosotr@s mism@s—–, lo único que deseo es seguir teniendo una vida
tranquila. ¿Qué broche más preciado que valorar desde ya, esos paseos junto al
mar o la montaña o la ciudad, esa alegría o ese tiempo perdido admirando una bonita
flor? La paz espiritual aventaja de manera eterna a las batallas ganadas en la
vida. Ese es el verdadero significado del triunfo y así me lo enseñaron mis
padres.
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