OSCURAS REFLEXIONES de Lenna Guzmán: Normas de la vida: El desquite gay.

Por Lenna Guzmán (Desde Sevilla)

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La mayoría de amigos de la Revista Diversa es un público gay, y es lógico que amen sentirse muy varoniles y les guste verse como lo que son, hombres.

Mi experiencia fue contraria, como ya sabéis soy una mujer trans. Me sentía mujer y deseaba vivir como tal. Dentro de un mundo gay tarde  descubrí que era trans,  pero más vale tarde que nunca.

A lo que voy, ya perfectamente definida como una mujer trans y hormonada, había  descubierto los sinsabores y las alegrías de haber sido por un tiempo gay. 

Las alegrías era con la facilidad que se hacian relaciones sexuales. Era increíble hace 15 años como con las páginas de contacto se ligaba para tener sexo. Ya la cosa ha cambiado, pero el boom de Internet sacó a muchos del armario.

Inicialmente pensaba que era gay, pues me gustaban las relaciones con chicos. Me di cuenta que no era gay por que a la mayoria  no le gustaba verme vestida con lencería de mujer.  Sinceramente muchos lo odiaban y luego llegué a entenderlo. Ese no era mi camino y  en cierta forma me vi obligada alejarme de ese mundo, que me ayudó a reconstruirme para entender, que mis sentimientos se orientaban hacia el género. Descubrí que era trans. 

 Pero ésta increible experiencia gay fue formidable, tuve mucho sexo y erotismo bdsm. 

Descubrí que dentro de la comunidad gay que también reinaba la diversidad, que había chicos  pasivos, activos y switch... Y que los había  con pluma y osos muy masculinos.

Observé la obsesión desmesurada por el culto al cuerpo, y que a veces se  llega a la obsesión sabiendo  que tanta competencia no podía ser saludable.

No sé, siempre me dio la sensasión de que la carne primaba antes que el alma. Observé en mis años de locura gay, que todo se reducía a la belleza, el músculo y falo.  Era un mundo  hostil en el que no cabía. 

Cuando eres joven sólo ves penes y bellezones,  pero conforme avanzas en edad, ves que se hace más difícil  las citas y que hay  menos gente de tu edad. Creo tristemente que  la edad te obliga a apartarte, por que ser mayor puede causar rechazo.¿Imagina alguien de ochenta años en una página de contacto de tíos buenorros? No encaja la verdad, seamos honestos. La realidad es triste pero así es.

Y recapacitando observas como  uns mayoría  impulsava se trabajaba a destajo el cuerpo en el gimnasio con la idea de impresionar y de sentirnos mejor. Amortiguas el paso del tiempo echándote cremas a la cara para alargar el sueño.

Y miras para atrás, recuerdas tus citas, tus éxitos y fracasos y entiendes , que se nos va de las manos el tiempo y que por su transcurrir envejecemos y que el  J
divino tesoro de la juventud se va  para no volver. Madurando comprendes que no todo es carne y entiendes que necesitas amor, por lo que ya no das tanta preferencia al sexo de  citas o el sexo desenfrenado y que tal vez deberías buscar una pareja con miras al matriminio. Es cuando  entiendes que la belleza reside en el atractivo de tu forma de ser y que a base de palos te has hecho fuerte, grande y bello de espíritu. Así es. 

No te desmoralices. Hay mucha gente como tú. Estás todavía a tiempo.

 Pasaron los años, cierto,  pero que te quiten lo bailao. Te digo que vivas tu momento, que disfruites del ahora. Haz el amor y no la guerra, empatiza con las amistades, baila, viaja y conoce mundo.

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