CUERPOS EN RESISTENCIA POR CANO DÍAZ: ¿Cuál es tu morbo? Las construcciones sociales del placer homosexual
Por Cano Díaz (Desde Santiago de Chile)
psicologodiaz@gmail.com
Las aplicaciones de encuentros sexuales no solo han facilitado la intención de la cúpula homosexual, sino también han demostrado la verdadera sexualidad que muchas veces se esconde bajo una buena imagen o en algún “oído pagado” que se presta para el desarrollo de la intención.
Hoy las aplicaciones ofrecen el verdadero menú de los placeres ocultos para la sociedad en los cuales el niño bien de la comunidad homosexual debe saber callar, nadie puede enterarse que ese hermoso príncipe higienizado es feliz con acciones tan poco decorosas.
Un secreto que no sale en la reunión de amigos o compañeros de trabajo, los mismos que ocultaba la Iglesia católica y evangélica latinoamericana, pero esta vez a pequeña escala.
Hoy las aplicaciones para los encuentros sexuales nos hacen ver el incesto como un huevo de chocolate dentro de un gran saco de huevos, cada uno con una sorpresa que se supera a sí misma.
En un ensayo anterior hable sobre sexo a domicilio, en esta ocasión hablaré de las perversiones que esconde la sexualidad del ser humano y como la falta de educación y el morbo de alguna manera han colaborado en fortalecer esas ideas, puede ser que la palabra perversión suene fuerte para muchos o incomode a los oídos de la romántica disidencia sexual, me parece que no podemos seguir escondiendo todo bajo una linda corbata, por muy alto valor que esta tenga.
El importante aumento de las fiestas sexuales ha dejado libertad para concretar todos los deseos; sin embargo, llama la atención que las fiestas que más se promueven son aquellas en que el condón no es necesario y la droga es un cóctel más para amenizar el diálogo de ese fructífero encuentro, no estoy por eliminar estas fiestas, más bien creo que deben ser continuas y no discriminatorias servil de lo estético occidental, pues creo y comparto las libertades sexuales entre adultos. Tampoco me interesa limitar la droga, como dice el refrán; cada uno sabe cómo se mata y ahí los quijotes que decidan morir por amor, pero deja de hacerme ruido los límites que estas pueden llegar a tener, lo que en algunos casos puede implicar hasta la muerte y si bien la palabra puede sonar como la típica frase de un homosexual higienizado, la verdad es que existe más de algún difunto que ha sido arrastrado por el cóctel de drogas y sexo, terminado infartado, muerto y abusado.
Todo dura hasta que los primeros rayos de luz anuncian el fin de la hermosa reunión, por lo menos en esa “pública y privada fiesta” ya que en ocasiones puede continuar con un grupo más selecto en la casa de algún buen samaritano que desee seguir la exploración.
Las construcciones sociales del placer, aquellas que vemos en la pornografía o que responde a los estereotipos asignados al nacer no solo han calado hondo en nuestra forma de enfrentar la sexualidad y hacernos soñar con penes grandes o vaginas perfectas, reforzando la idea de que la sexualidad es una cosa que se lleva entre las piernas, sino también han abierto un abanico de posibilidades en los encuentros sexuales que muchas veces supera las capacidades del propio entendimiento. Hoy hasta los metano humano se transforman en un atractivo sexual, uno se preguntará ¿quién puede ser amante de los pedos de otros? Porque si culturalmente arrancamos de ellos, pues en esta aplicación, no solo encuentras a quien desea comprarlo sino también al proveedor, negocio redondo para ¿el placer cexótico??
Queda iniciar el negocio de manera muy simple con una pregunta que te permite abrir todo tipo de ideas y comenzar a soltar el juego de la curiosidad. Y esa es ¿Cuál es tu morbo? No se dijo más y la lluvia de ideas aparece inmediatamente en la tómbola de la aplicación, animales, cueros, juego de roles, incesto, tríos, llenar la boca de semen, una serie de aventuras que pareciera nunca terminar para alcanzar el placer fabricado. Los límites que se pierden y no me refiero a los límites valóricos, pues de eso podrán hablar la familia evangélica Duran, los Karadima, los Errázuriz, yo me refiero a los simples límites del aquel colita de alita rota que a duras penas tiene un celular que le baje la aplicación.
Como dice la activista y profesora Romina Ramírez, “la educación sexual es necesaria y urgente”. No solo estamos frente a una revolución de las sexualidades, sino también frente a un encuentro sexual que revolución y altera la propia idea del placer, haciéndolo explotar al máximo para luego encontrarse con la imposibilidad de mantenerlo encapsulado en el secreto íntimo sin poder concertarlo con otro que no sean los del propio club de encuentros sexuales.
Hablar de VIH en ese escenario es solo para enganchar más el morbo, pues pareciera ser que las personas viviendo con VIH son un fuerte atractivo para ese morbo de riesgo y si bien es cierto que la aplicación pregunta, la información vertida ahí puede ser tan falsa como la foto del perfil.
Al final de este ensayo me interesa aclarar, la población LGBT no está exenta de los placeres y perversiones sexuales que tienen la comunidad heterosexual y si bien puede ser que la palabra prevención no guste, ya que a mí tampoco me gusta, no puedo desconocer que son estos los motivos que a veces llenan las consultas de psicólogos, haciéndonos correr nuestros propios límites.
Ahora, hablemos de nuestros morbos.
psicologodiaz@gmail.com
Las aplicaciones de encuentros sexuales no solo han facilitado la intención de la cúpula homosexual, sino también han demostrado la verdadera sexualidad que muchas veces se esconde bajo una buena imagen o en algún “oído pagado” que se presta para el desarrollo de la intención.
Hoy las aplicaciones ofrecen el verdadero menú de los placeres ocultos para la sociedad en los cuales el niño bien de la comunidad homosexual debe saber callar, nadie puede enterarse que ese hermoso príncipe higienizado es feliz con acciones tan poco decorosas.
Un secreto que no sale en la reunión de amigos o compañeros de trabajo, los mismos que ocultaba la Iglesia católica y evangélica latinoamericana, pero esta vez a pequeña escala.
Hoy las aplicaciones para los encuentros sexuales nos hacen ver el incesto como un huevo de chocolate dentro de un gran saco de huevos, cada uno con una sorpresa que se supera a sí misma.
En un ensayo anterior hable sobre sexo a domicilio, en esta ocasión hablaré de las perversiones que esconde la sexualidad del ser humano y como la falta de educación y el morbo de alguna manera han colaborado en fortalecer esas ideas, puede ser que la palabra perversión suene fuerte para muchos o incomode a los oídos de la romántica disidencia sexual, me parece que no podemos seguir escondiendo todo bajo una linda corbata, por muy alto valor que esta tenga.
El importante aumento de las fiestas sexuales ha dejado libertad para concretar todos los deseos; sin embargo, llama la atención que las fiestas que más se promueven son aquellas en que el condón no es necesario y la droga es un cóctel más para amenizar el diálogo de ese fructífero encuentro, no estoy por eliminar estas fiestas, más bien creo que deben ser continuas y no discriminatorias servil de lo estético occidental, pues creo y comparto las libertades sexuales entre adultos. Tampoco me interesa limitar la droga, como dice el refrán; cada uno sabe cómo se mata y ahí los quijotes que decidan morir por amor, pero deja de hacerme ruido los límites que estas pueden llegar a tener, lo que en algunos casos puede implicar hasta la muerte y si bien la palabra puede sonar como la típica frase de un homosexual higienizado, la verdad es que existe más de algún difunto que ha sido arrastrado por el cóctel de drogas y sexo, terminado infartado, muerto y abusado.
Todo dura hasta que los primeros rayos de luz anuncian el fin de la hermosa reunión, por lo menos en esa “pública y privada fiesta” ya que en ocasiones puede continuar con un grupo más selecto en la casa de algún buen samaritano que desee seguir la exploración.
Las construcciones sociales del placer, aquellas que vemos en la pornografía o que responde a los estereotipos asignados al nacer no solo han calado hondo en nuestra forma de enfrentar la sexualidad y hacernos soñar con penes grandes o vaginas perfectas, reforzando la idea de que la sexualidad es una cosa que se lleva entre las piernas, sino también han abierto un abanico de posibilidades en los encuentros sexuales que muchas veces supera las capacidades del propio entendimiento. Hoy hasta los metano humano se transforman en un atractivo sexual, uno se preguntará ¿quién puede ser amante de los pedos de otros? Porque si culturalmente arrancamos de ellos, pues en esta aplicación, no solo encuentras a quien desea comprarlo sino también al proveedor, negocio redondo para ¿el placer cexótico??
Queda iniciar el negocio de manera muy simple con una pregunta que te permite abrir todo tipo de ideas y comenzar a soltar el juego de la curiosidad. Y esa es ¿Cuál es tu morbo? No se dijo más y la lluvia de ideas aparece inmediatamente en la tómbola de la aplicación, animales, cueros, juego de roles, incesto, tríos, llenar la boca de semen, una serie de aventuras que pareciera nunca terminar para alcanzar el placer fabricado. Los límites que se pierden y no me refiero a los límites valóricos, pues de eso podrán hablar la familia evangélica Duran, los Karadima, los Errázuriz, yo me refiero a los simples límites del aquel colita de alita rota que a duras penas tiene un celular que le baje la aplicación.
Como dice la activista y profesora Romina Ramírez, “la educación sexual es necesaria y urgente”. No solo estamos frente a una revolución de las sexualidades, sino también frente a un encuentro sexual que revolución y altera la propia idea del placer, haciéndolo explotar al máximo para luego encontrarse con la imposibilidad de mantenerlo encapsulado en el secreto íntimo sin poder concertarlo con otro que no sean los del propio club de encuentros sexuales.
Hablar de VIH en ese escenario es solo para enganchar más el morbo, pues pareciera ser que las personas viviendo con VIH son un fuerte atractivo para ese morbo de riesgo y si bien es cierto que la aplicación pregunta, la información vertida ahí puede ser tan falsa como la foto del perfil.
Al final de este ensayo me interesa aclarar, la población LGBT no está exenta de los placeres y perversiones sexuales que tienen la comunidad heterosexual y si bien puede ser que la palabra prevención no guste, ya que a mí tampoco me gusta, no puedo desconocer que son estos los motivos que a veces llenan las consultas de psicólogos, haciéndonos correr nuestros propios límites.
Ahora, hablemos de nuestros morbos.
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