EL CLOSET ABIERTO CON MARCO EGAÑEZ: "cada día es una nueva oportunidad para aprender a amar"

Por Antonio Capurro (Desde Lima)

Si hay algo que resalta en Marco Egañez es su altura de más de dos metros y unos centímetros que no le hace pasar desapercibido adonde vaya. Siempre que lo veo tiene una sonrisa en los labios. Esa actitud positiva frente a la vida es lo que le ha permitido seguir adelante y capear las adversidades. Hace un año llegó como al Perú como tantos de sus paisanos buscando un mejor futuro. La vida continúa enseñándole y aquí o en donde su recorrido marcha él está más que dispuesto a aprender. Por ahora reside en Lima y con él dejamos el closet abierto para conocer más de su vida, metas y aspiraciones.

¿De qué parte de Venezuela eres?

Yo nací en San Cristóbal, estado Táchira, en 1983, hijo de una impecable ama de casa y de un ganadero, nieto y bisnieto de alemanes que llegaron después de la segunda guerra mundial y también de familia colombiana. Una familia muy mononuclear. Mi vida se desarrolló mayormente en casa. Tengo hermanas mayores que yo, pero no hubo una relación tan fuerte con ellas. Pasaba mucho tiempo solo en casa, y en mi temprana adolescencia, crecí de manera independiente, ya que mis padres trabajaban siempre en otra provincia. 

¿Y cómo asumiste tu orientación sexual?

 En ese tiempo que estaba solo tuve tiempo de estar contigo mismo y así fue como liberé todo. Pienso que soy gay desde que tengo uso de razón. Mi primer amor platónico fue Angello del grupo Menudo, y eso fue en año 1989, yo tendría menos de 7 años cuando empecé a desarrollar ese gusto. Estudié en el colegio Salesiano de Don Bosco. En mi adolescencia el internet y sus primeras páginas web, me ayudó a experimentar, a ver cómo se desarrollaba la vida sexual entre hombres, y a quitarse el tabú religioso de encima, leyendo los primeros trabajos serios que demostraban que esto es genético de nacimiento. 

¿Y nunca tuviste problemas en tu familia?


Algo con mi mamá porque ella es muy religiosa y sufrí de algo de acoso escolar en el colegio, pero nada fuerte, me he hecho respetar, y sembrar los límites de mi vida sexual, y les he demostrado a todos que no dejo de ser destacado, competente y profesional, porque en cuatro paredes disfruto más la compañía de un hombre, o de varios (risas). 

E imagino que en tu casa no se hablaba del aspecto sexual… ¿tu familia era muy conservadora?

Muy conservadora, pero sabes cuando me quedaba solo tenía todo el espacio del segundo piso de la casa de mi abuela para mi privacidad con doce o trece años. Yo quería saber todo, curioso por el tema de la sexualidad como cualquier adolescente. Una de las primeras que me conmovió al ver la pornografía gay fue ver a dos hombres penetrándose, y verse cara a cara. Me empecé a tocar y jugar con mi cuerpo, todavía no sabía si era activo o pasivo. Más adelante en noveno grado, empezaría a estar de moda starmedia.com y con ellos los salones de chat a los cuales tuve la oportunidad de entrar. Ahí conocí a mi primer amigo cibernético, al cual no conozco en persona todavía, quien me explicó varios términos sexuales, y los primeros términos de nuestra comunidad. (Aún hoy en día seguimos en contacto).

¿Y se volvieron cybernovios?

Si, claro. Nos masturbábamos con fotografías que nos enviábamos, y por supuesto que infinitas horas transcurrieron a través del Messenger. 

¿Nunca tuviste problemas con los profesores o alumnos?

Hubo cierto bullying, yo siempre tuve mi forma de ser evidente, pero era una persona muy querida dentro del colegio, contaba con el apoyo de mis profesores y compañeros. Nunca fui una persona rencorosa. En quinto grado esos chicos terminaron respetándome. Fui muy buen alumno, me gradué como el cuarto mejor de 120 alumnos de aquella promoción. 


Me contabas que hiciste un viaje al extranjero, un intercambio estudiantil, ¿cómo se dio eso?

Yo me inscribí en lo que ahora es English Live por esa necesidad de experimentar, porque sabía que iba a ser imposible en San Cristóbal. A mis dieciséis años hasta mi muñeco de He-Man me excitaba (Risas). Y además para aprender el inglés. Viajé a Inglaterra por un año y medio con muchas expectativas, ahí llegué a Southampton cerca a Cambridge. Para mí fue el paraíso, yo tenía una base muy buena de inglés. Era libre, era mi hora.

¿Te enamoraste?

Hace dieciocho años conocí a Aaron Stone, un hombre mayor, de treintaicuatro, a quien conocí porque era uno de los proveedores del colegio. Me impactó su tamaño, fue como si me dominara, y su cuerpo porque, era grueso. Era medio gordito, pero con sus pectorales definidos con masa muscular. Nos saludamos, para esa época yo media ya dos metros. Esa primera vez fue una conversación corta. Luego me inscribí en el gimnasio con el objetivo de ves hombres y un día después del colegio, para mi sorpresa, Aaron estaba ahí, salimos juntos y al esperar el bus, en un día fuerte de otoño, perdimos el bus, así que empezamos a hablar, nos fuimos a tomar un café, y de ambas partes empezó el coqueteo. Aaron tenía un hijo pequeño; sin embargo, no ocultaba su sexualidad. 

¿Se dio la química entonces?

Por supuesto. En un momento me protegió con su casaca debido a la lluvia de otoño. Yo me dejé llevar y pude sentir su química inmediatamente. Era la primera vez que un hombre me besaba. Le pedí el teléfono y seguimos hablando por mensaje de texto. Hasta que un día me invitó a su casa en una isla al sur de Inglaterra, ahí me presentó a su mamá, una señora de ascendencia hindú. Compartimos el almuerzo, luego la abuela se llevó al nieto y Aaron me sugirió salir al muelle donde me quedé como media hora. Volvió a la media hora, ahí me agarró y llevó para su habitación de la casa para tener mi primera experiencia sexual. 

¿Cómo fue eso?

Muy bonito y es por lo que me gusta la gente mayor, me encanta la sensación de ser dominado por la experiencia, su fortaleza física, y su indiscutible inteligencia. Y cuando Aaron llega y me prepara, él fue muy cuidadoso y mientras hacíamos el amor me iba explicando todo. Me gustó muchísimo, era un buen amante. Nos quedamos hasta el amanecer. Nos veíamos periódicamente, pero yo era menor de edad y por ejemplo no podíamos ir a una discoteca. Tuvimos contacto luego que regresé a Venezuela, pero en algún momento cuando se aprobó el matrimonio gay el se casó y fuimos perdiendo cercanía.  

¿Qué significó esta experiencia para ti?

Me creó un estándar muy difícil de llenar, en el aspecto del trato, la cotidianidad, el cuidado con el que me trataba. Luego no encontré una persona que me cuidase con ese grado de acogida, o que me dejara  experimentar tantas cosas en la cama como él lo hizo. Aaron me dejó penetrarlo, me llevó por primera vez a una sauna donde vi otros hombres teniendo sexo entre ellos.  El resto de mis relaciones ha sido una constante de complacer a los demás.

¿Regresaste a tu pueblo?

No. Me fui directo a Mérida donde empecé la carrera de Economía, la elegí porque siempre me dijeron que la persona que sabe de finanzas se llena de dinero, y como me gradué entre los mejores el cupo me salió directo.

¿Y cómo fueron esos cinco años?

En San Cristóbal era heterosexual, pero en Mérida me asumí como tal. El tema con mis padres nunca se ha conversado con detenimiento, ellos fueron descubriéndolo. Mi idea no era decirles directamente sino enseñarles a aceptarme. Ellos conocieron a las cuatro parejas que tuve todos esos años. Mi vida universitaria fue de mucho esfuerzo académico, en lo social viví con unas amigas al estilo “Friends”, todos alrededor conocían mis historias, en los sexual experimenté mis primeros tríos. Tuve relaciones monógamas y más libres. En uno de mis días más intensos llegué a tener sexo con tres personas (risas), uno en la mañana, uno en la tarde y otro en la noche. 


¿Eso fue lo más loco que hiciste?

Hasta el momento. A ellos los conocía de la universidad. Nunca pasaba nada hasta que sucedió. 

¿Luego de la universidad que pasó?

Me fui a Bogotá, pero ahí es donde el dolor comienza, me obligó  a ser más centrado y sin pareja. Conocí a Jorge por gaydar y coincidentemente llego a vivir en la misma cuadra de su casa. Él es mi punto débil, mi historia más triste. Esto fue en el 2008, estaba enfocado en mi maestría, era un señor mayor de 58 años, yo tenía 28 años. Tenía una libido intensa y muy bien instrumentado. Jorge tenía un problema, a él lo habían atropellado dos años antes de que llegue a Bogotá y él quedó con una pierna un poco mal. Le estaban haciendo un tratamiento de esteroides muy fuerte a su pierna y eso le cambiaba el humor drásticamente. 

En Colombia fueron las primeras marchas por la paz cuando liberaron a Ingrid Betancourt. Él estaba buscando una operación para enderezarse la pierna. Yo lo acompañaba, pero evitaba darle sugerencias. Jorge era abiertamente gay, era corredor de inmuebles y comercializaba agapantos. Yo viajaba a Venezuela a visitar a mi familia, entre tanto él no me cuenta de una operación que estaba por hacerse, en una de esas yo vuelo a mi país y cuando deseo regresar no pude, porque me agarró el chicuncuya que me dolían las articulaciones. Durante esa semana que él se pone bravo porque no volvía a Bogotá no hablamos y no le di mucha importancia, regreso y voy a verlo a su casa, grande es mi sorpresa cuando su hermana me dice que Jorge había muerto. Lo que sucedió después no recuerdo por seis días, me quedé en shock. No sé cómo volví a mi casa. A los seis días que busco a Carmenza, su hermana, ella me cuenta que Jorge se había programado una operación, pero al parecer hubo una mala praxis médica. 

Todo eso fue muy doloroso, aunque más ir a ver la tumba. Regresé a mi casa y traté con el tiempo de que todo se vaya. Seguí concentrado en mis estudios y empecé a engordar muchísimo. Ese estado me duró como año y medio.  Luego conocí a otro chico con el que me ilusioné bastante y empezamos a vivir juntos, pero cuando le hablé de algo más serio él se asustó, un día me dijo que dejaba mis cosas en la portería de su apartamento y así fue. Esas dos situaciones más el hecho de que no terminaba de cuajar con la ciudad de Bogotá hicieron que caiga en una depresión. Posteriormente un amigo me saca de eso y me hizo entrar en un emprendimiento de ropa interior erótica masculina. Nuestra marca fue Fox Men y duró un tiempo, nos quebró la ropa china. Luego entré a Mastercard pero era muy exigente. Colapsé y decidí volverme a Venezuela. Antes de volver participé en actividades del matrimonio gay y me recorrí todo Chapinero para saber cómo era la vida dentro.

Y entonces la situación de tu país te hizo emigrar al Perú ¿Cuánto llevas aquí? ¿Es muy diferente todo?

Es muy diferente, la vida gay en Perú es un tema tabú todavía. Por ello creo que todo se maneja con tanto libertinaje, bajo la sombras de la discreción y de ser “caleta”. La vida gay aquí es apaciguada, aprensiva y pasiva. Es apaciguada porque hay voces y cultura de aceptación, pero a pesar de ser visible no es totalmente aceptado, luego tenemos el discurso homofóbico de las iglesias que es muy fuerte, es aprensiva porque a pesar de que todos estamos informados las personas gays se bloquean y no quieren relacionarse entre sí. Y es pasiva porque falta más constancia para hacer que el tema destaque y hacerlo más evidente, pero creo que es ya culpa de la comunidad. Yo quiero relacionarme más con la gente del país sin embargo no encuentro demasiados espacios de socialización o interés. Me ha afectado mucho porque he conocido chicos gais que no desean comprometerse en una relación de verdad. Espero que la comunidad crezca y se desarrolle con valores sin caer en el libertinaje extremo como por ejemplo Chapinero en Colombia y pueda construir un basamento social fuerte en todos los aspectos. 

¿Cómo te va en Perú sentimentalmente?

Ha sido muy doloroso. Terminé con mi más reciente pareja, Miguel, con quien vine de Venezuela el 5 de mayo de 2018. Aun así por la realidad del migrante que todos conocemos de los venezolanos en Perú, nos tocó convivir juntos por ocho meses más. Ese orgullo de querer quitarlo del corazón, me hizo salir con personas en plan de amistad, pero ante él aparentaba como si fueran conquistas, cuando en realidad nunca nada pasó, sólo quería hacerle creer que ya no lo quería. 

¿Qué pasó después?

Lo más doloroso fue que mi abuelo muere en Venezuela, y unos días después muere una tía muy querida, al tiempo después, me entero que Miguel ya estaba ilusionado con otra persona, a las horas después, me encontré en riesgo de tener un proceso de salud complicado con mi sangre, que requería tratamientos muy fuertes, todo se mezcló y caí en un estado depresivo muy fuerte, lo cual me llevó a tener fuertes discusiones con él y con mi prima Wendy, quien nos acogió en Perú, y eso nos llevó a separarnos. 

En su egoísmo, mi prima Wendy, me dice que me vaya del apartamento, y a Miguel le pidió lo mismo. Toda mi vida se rompió. No sentí ayuda de parte de las dos personas que más amaba aquí en Perú, y todo fue consecuencia de mis actos, y lo reconozco, pero también parte de su egoísmo, dejándome solo en medio de una situación que requirió una fortaleza que aún no sé de dónde provino, para poder mudarme solo, aún sí prosperar en mi trabajo, y de nuevo replantearme mi vida. 

No siendo suficiente con eso, tener que superar una enfermedad complicada, que ya hoy por hoy, ya casi es historia, pero que me llevó a confirmar, que a pesar de que ames mucho a alguien, no necesariamente significa que te quieran o estimen igual a ti. Las personas que más amé en Perú hoy ya no están conmigo y cuando más las necesité, me dieron la espalda, así que no quedó otra alternativa que quererme a mí mismo, y aun sintiendo inmensos dolores, cansancio inimaginable, nauseas, pérdida de cabello, y montones de kilos de peso, aprendí a valorarme más y más, y el amor que antes proyectaba en ellos, hoy me lo doy a mí mismo. 

¿Eres de los venezolanos que busca gente de su país o te has incluido más en la sociedad peruana?

Busco relacionarme con el amor venga de donde venga, luego de estar superando una enfermedad tan complicada como la que pasé, acepto el amor en cualquier forma que venga, y con la nacionalidad que venga, siempre y cuando esa persona ame mi nueva forma de ser, y con una humildad correspondida, se deje querer, amando nuestras heridas y cualidades, y sobre todo siendo francos en lo sexual, sin tabú, sin mentiras, ni falsedades. Siempre con empatía, y gozando de una alianza mutua. 

¿Cómo socializas con otros hombres gay? ¿Cómo encuentras al hombre gay peruano?

Lamentablemente en Perú, es más que todo por las redes sociales. Pero sabrás que a través de las redes sociales, con quien menos me relaciono es con el hombre Peruano, como aún no tenemos espacios abiertos como en Colombia, en su localidad de chapinero, todo el mundo lo que busca sexo al paso, ya prácticamente reduciendo todo a códigos. Pero trato siempre de conocer gente nueva, y de siempre ofrecer amistad por delante. 

¿Cuéntame de la diversidad LGBT en Venezuela?

Los movimientos se vieron aplacados por las protestas. El movimiento LGTB se apagó por este contexto político porque es imposible lograr un cambio en este momento. También se intentó crear espacios de diversión y entretenimiento para mantener la vida gay cerraron, pero claro algunos todavía existen. No somos completamente aceptados como quisiéramos porque el proceso de cambio se detuvo, ese proceso de maduración social porque son muchos las personas LGTB que han emigrado fuera del país. Hay una propuesta de ley estancada en la Asamblea Nacional.


¿Cómo ves tu futuro cercano?

Si encuentro al hombre adecuado pues vale claro que me encantaría casarme e incluso que sea una relación abierta, siempre y cuando los temas sean conversados con madurez, sensatez y principios. Me abro a la posibilidad del poliamor porque he visto que sí es posible y se pueda dar. Un poliamor con cimientos de familia, con madurez emocional y estabilidad económica. Sin caer en el libertinaje porque también muchos piensan una orgía con 50 personas, pero veo que los medios, las series de televisión, Netflix, novelas y demás están abriendo esa posibilidad, y pues a pesar de que la idea aún no me cuadra mucho, nunca podré decir que de eso no comeré.

Aunque sueño con una relación tradicional, todos soñamos aún con nuestro príncipe, el perrito y la casa, pero en esta sociedad del descarte, y del libertinaje, es muy difícil de conseguir. Pero bueno, los sueños le dan sentido a todo éste devenir de los retos de la vida.

Una vez reciba la condición de remisión de mi enfermedad, y la haya superado por completo, veo a un Marco dispuesto a amar, pero aún más, con una posición mucho más fortalecida para ser amado también, como sé que lo merezco, t todos los merecemos.   

¿Qué significa para ti ser orgullosamente gay?

Descubrir mis límites y el placer de ser hombre, las infinitas fronteras que tiene el hombre para el sexo. 

¿Admiras a alguien en particular?

La capacidad que tiene mi mamá de creer aún en la magia, en la fe, en el amor, en los colores de la vida, aun cuando muchas veces los colores de su vida se han visto muchas veces monocromáticos. Ella es mi impulso, es mi ilusión, es mi ancla para no dejar de soñar, para no dejar de tener fe, y para seguir creyendo en e amor. 

¿Cómo te va en las redes sociales? Instagram es tu favorita ¿no?

Si, me encanta, soy consumidor de imágenes más que de letras. No lo utilizo con afanes de conquista, o de tener seguidores, sino de compartir mis sonrisas con la gente más cercana. 

¿Algo que estés leyendo, qué género de libros y películas te gustan? ¿Alguna de temática gay que sea tu favorita?

Libros, me encanta Walter Riso, lo he utilizado mucho para auto-ayudarme a superar mi ruptura con Miguel, y con mi prima, y a superar mi tema de salud. Me encantan los libros de historia. De temática gay, debo confesar que me encantan las románticas. “Llámame por tu nombre” me derritió. 

¿Cuáles son tus metas y aspiraciones futuras?

Salir de Perú, debo hacerlo. Lima me ha dejado muchas cicatrices, y debo confesar que amo la ciudad, porque he vivido lo mejor de la amistad entre sus calles, pero en el amor, y en lo familiar me ha dejado con profundos dolores. Y quiero volver de nuevo a la ciudad, y de nuevo disfrutarla, pero ya desde otra óptica. 

Me encantaría instalarme en Argentina, sueño con la posibilidad de abrir un café gay, con juegos de mesa, y un espacio para que muchas otras historias de amor de nuestra comunidad se lleguen a inscribir. 

Después de haber perdido al amor de mi vida, y a la hermana de mi vida, mi prima Wendy, he aprendido la súper importancia de amarse a sí mismo, y qué esperar de las personas que realmente te amen. Por eso quiero vivir una vida tranquila, sencilla, pero que me permita darme mis gustos, y ojalá con una historia de amor a mi lado. 

Actualmente estoy saliendo con alguien que me está mostrando cómo ser amado por alguien, es de Venezuela, de raza negra, aún sólo estamos saliendo, pero en pocos días me ha demostrado cómo una persona te debe responder a tus ganas de amar, a tu pasión, a tus instintos, a tus sentidos, y poco a poco, me está llevando a responder de la misma manera.

Veremos qué pasa, cada día es una nueva oportunidad para aprender cómo amar, y como ser amado con él. 

¿Cuál es tu mensaje final?

Debo dirigir un mensaje final a mis queridos inmigrantes venezolanos en el mundo. Éste proceso nos lleva a sacar muchas cosas, y nos desequilibra por completo. Tómense el tiempo de respirar profundo, de hablar con el corazón en la mano y de plantearse un plan incluso para vivir por siempre fuera de Venezuela, por más doloroso que eso sea de imaginar. Háganlo y no dependan de los demás emocionalmente, luchen por sí mismos, y cuando tengan, espacio, alma, vida, corazón y dinero para ayudar a alguien más, no lo dejen de hacer, sin esperar nada a cambio. 

Palabras finales…

Amor… te amé, te amé demasiado, y estoy en vías de reencontrarme contigo, si llegas, estaré listo, y si no, gracias por haber pasado por mi vida. 



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