EL CLOSET ABIERTO CON JUAN CARLOS: "Hay que educar con diálogo, no reprimir”

Por Rufino Arco (Desde Madrid)
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Una fresca tarde de enero, en el interior de la terraza cubierta de un local del centro de Madrid, te ofrece la oportunidad de realizar este interesante encuentro. Cuando llegas al lugar, ves a Juan Carlos, que sabiamente ha elegido una mesa cercana a una de las estufas, lo que agradeces. A Juan Carlos lo conociste en un evento LGTBIQ+, donde todas las personas bailábamos dando saltos al ritmo de los pies y él lo hacía haciendo girar alocadamente las ruedas de la silla que le sirve de medio de transporte. Y te encantó su vitalidad.  

Sigue a Juan Carlos y la Asociación Tetris

Más tarde te invitó a un evento de TETRIS, la asociación de la que ostenta el cargo de presidente, donde lo pasaste genial y en la que pudiste conocer a otras personas, llenas de distintas realidades también LGTBIQ+ que forman parte de esa asociación de personas discapacitadas o que colaboran con la misma. 

Consideras importante hacerle una entrevista para que su trayectoria de vida y su visión de la sociedad, del activismo y del ambiente LGTBIQ+ nos aporte detalles que son desconocidos para las personas que vemos la realidad desde otro prisma. Así que, debido a que aquel evento no era ni el lugar ni el momento más indicado para ello, le propones un encuentro en el que poder tratar el tema con tranquilidad.

Y así acabaste en esa terraza.

Lo primero que haces es preguntarle por su vida, y descubres que viajó hace diez años desde Venezuela, donde se crió, hacia España, de donde son originarias sus raíces familiares (de Galicia, para concretar más), y aquí, aparte de la labor en “Tetris”, trabaja en una asociación de personas migrantes donde se encarga, entre otras tareas, de coordinar proyectos a nivel nacional.

Te interesa el uso de los diferentes términos que has escuchado y leído desde hace años (y últimamente) para referirse a las personas, que han sido definidas de infinidad de formas distintas, a lo largo de la historia, y que forman la asociación que él preside. 

“El término minusválido es algo ya totalmente obsoleto”, te comenta. Y te interroga: ¿por qué es menos válida esa persona? ¿Y menos válida en qué sentido? ¿Tiene menos valor?
Argumenta que una limitación en un área específica no implica tener menos valía en general, y no impide ser efectivamente válido en otras muchas áreas.

Él considera el concepto “discapacidad” el más apropiado a día de hoy, siempre que se utilice añadiendo “persona con” delante del mismo. Porque primero se es persona y después se tiene la discapacidad. 

Te hace reflexionar, porque efectivamente no es lo mismo decirle a un ciudadano: “Eres un discapacitado" por las connotaciones de imposibilidad general de llevar a cabo la vida, que decirle: “Eres una persona con discapacidad”, porque eso ya te lleva a tener que diferenciar qué discapacidad en concreto, en qué grado y que posibles implicaciones pudiera tener en la vida de esa persona, y que son importantes a la hora de tratar con ella, si tener eso en cuenta fuese necesario.

Hay otro término que hace tiempo que oyes en medios de comunicación y que lees en algunos artículos, que de alguna manera te resulta respetuoso e inclusivo, y es “diversidad funcional”, por lo que se lo planteas a Juan Carlos, para que arroje un poco de luz sobre el tema. Él, sin tratar de dar una opinión general que hable en nombre de todo el colectivo, te da la suya, que en alguna medida es compartida con las personas con las que suele tratar.

“Las personas con discapacidad no se identifican del todo con ese término“, afirma, “diversidad Funcional parece demasiado médico y al hablar de diversidad “funcional” se hace referencia a una “funcionalidad". Eso lleva a plantearse lo “disfuncional”, que es un término que no queda claro, y aparece un campo donde no se sabe si solamente engloba a las personas con discapacidad física, o auditiva, o incluye a todas, eso  un concepto demasiado ambiguo, en resumen.

De decantarse por uno, sin duda, lo hace por “personas con discapacidad”, él se siente más cómodo y cree que engloba mucho mejor la enorme diversidad existente en ese colectivo.

Te genera curiosidad sobre cómo se percibe el ambiente y en el activismo desde la perspectiva LGTBIQ+ unido a la discapacidad.

Juan Carlos habla con contundencia. "La “Inclusión”, es la asignatura pendiente, tanto en un contexto como en el otro. Hay mucho que trabajar aun en el tema de la accesibilidad en lugares de ocio… incluso en lugares en los que se llevan a cabo diversos eventos relativos a la lucha de derechos LGTBIQ+."

Por otro lado, las personas que se mueven por el ambiente están muy cercanas y adheridas a la idea de la corporalidad normativa, y cuando se encuentran con la discapacidad entran en una discrepancia, porque el concepto que manejan es una estética subjetiva y relativa.

Le preguntas ¿Cree que son más fáciles las relaciones interpersonales de personas con discapacidad fuera del colectivo?

En este caso concreto, desconoce la respuesta, porque no es un tema que haya tratado, pero aprecia que tanto en el colectivo LGTBIQ+ como fuera de él, “la existencia de sexualidad” en personas con discapacidad ha sido un tema muy relegado y olvidado; incluso Tabú, en muchas ocasiones. Se cree que no tienen sexualidad y que no tiene necesidad, que son unos “santitos”, sobre todo cuando se piensa en discapacidades intelectuales. Se observa mucho la tendencia a “no hablar del tema vaya que se despierte el monstruo…” 

Al unirse ambas circunstancias, la negación de la sexualidad en estas personas junto a la tendencia del colectivo LGTBIQ+ a ligarse a la corporalidad tradicional, se crea una situación que va en detrimento de la discapacidad en muchas ocasiones.

Tienes la sensación de que en el activismo y el asociacionismo hay un déficit a la hora de tratar el tema, y Juan Carlos te lo confirma.

“Si lo había”, no se abordaba la discapacidad. 

Y continúa: “Parece que desde que existe “TETRIS”, hay más entidades del colectivo interesándose por el tema de la discapacidad.”

Esto es algo, que obviamente le parece positivo, tanto para el colectivo en general, como para las personas con discapacidad, pero algo le deja un extraño sabor de boca, pues de alguna manera le da la sensación de que fuese debido a un “boom” y esto no debe de ser tratado como una moda.

“Ahora ves una asociación que nunca ha hecho nada y de repente está haciendo talleres…  Pareciera que haya tenido que aparecer “Tetris” para que el resto decidan tocar el tema. Antes era algo que no se tocaba, que estaba olvidado en parte, y que era lo último a lo que se hacía referencia.”

Parte de su reivindicación actual es dejar presente que están aquí, y quieren ver acciones claras, como con el MADO (Orgullo LGTBI de Madrid), para que se tengan en cuenta las necesidades concretas que aun no están claras. 

Por ejemplo, para el pregón del orgullo les proporcionan un sitio accesible, pero no dejan pasar a una persona acompañante, obviando que las personas con discapacidad, como el resto que va a un evento como el pregón, no van solas como es obvio, les gusta estar con compañía.

Especifica: “El tema de las zonas es un tanto peliagudo porque no se está siendo todo lo inclusivo que sería deseable, sino que se opta por separar del resto de la gente, además, se olvidan de otras discapacidades, como la auditiva. En cualquier caso, es solo un ejemplo, porque se entiende que el orgullo es un espacio muy variado que no puede adaptar cada actividad a todas las necesidades existentes, aún así como propuesta, si que podría preparar algunos específicos, para autismo, Asperger, etc.”

El escenario ideal sería aquel en el que ya no hay barreras de ningún tipo. En el que se aplique la ley de accesibilidad (que ya existe) a los bares y resto de locales de ocio que puedan salir a socializar sin tener que planificar la noche dependiendo de si encontrarán escaleras que le impidan el acceso y demás barreras arquitectónicas.

Un escenario en el que tampoco haya barreras sociales, en el que resulte extraño ver una persona con discapacidad en ese entorno de socialización o por ejemplo disfrutando del orgullo.

Te relata como en la celebración de un Orgullo pasado una persona se acercó con su mejor intención para felicitarlo. “Yo sonreí y le di las gracias por un acto que a priori es agradable y cercano, pero me hizo plantearme: ¿por qué me felicita? Me hizo darme cuenta de que el hecho de que haya una persona con discapacidad por ahí es algo que aun no está normalizado dentro del colectivo."

En el futuro ideal, en las redes sociales no le bloquean, tras conversaciones de varios días, al enterarse de su circunstancia personal o siente la presión de tener que hacer mención de ello antes de quedar para ahorrarse un mal trago en persona. Ya no se encuentra con preguntas incómodas e innecesarias como: ¿Cómo haces para tener sexo?  A lo que él responde: “pues con normalidad”… 

Te dice que es importante quitar el tabú y la imagen “discapacitante” de la persona con discapacidad. Porque percibe como otras personas piensan que estar en silla de ruedas significa ser parapléjico o tetrapléjico, que por ello no tiene movilidad en diversas partes, y eso no es así. Hay una gran desinformación sobre las diferentes realidades. Aun así, las personas parapléjicas o tetrapléjicas tienen, obviamente, derechos y necesidades, pero estamos tan metidos en una dinámica sexual “genitalísta”, que se olvida que hay personas que no viven la sexualidad desde esa perspectiva tan simplista. Se necesita apertura mental en ese aspecto.

Escuchas atentamente los cambios que él plantea, y también consideras necesario un futuro en el que sean una realidad y si fuera un presente, mejor aún. Quieres saber más sobre sus andanzas en el mundo del asociacionismo y del activismo LGTBIQ+, así que indagas. 

Se dedica a lo social desde hace 10 años, desde otro colectivo, el migrante, aunque desde siempre tuvo en mente el espacio de los derechos y necesidades de personas con discapacidad, desde la posición de espectador no de activista.

En realidad, si le preguntas si es activista, no tiene una respuesta rotunda porque, te plantea ¿Qué es ser activista?, no se identifica con el término, pero es cierto que la idea de abordar el tema estaba ahí, en su mente y también sobre papel. Tras una visita a Londres, y una conversación con un buen amigo, que ahora también es parte de la junta directiva de la asociación, auto fijaron un “ultimátum”. En tres meses decidió darle forma y sacó la fuerza necesaria, contando con dos personas que le dieron el empujoncito que necesitaba, así como apoyo y consejo. Así las cosas, Tetris se inscribía en abril 2019.

“Al ser presidente, sin querer, te conviertes en “pseudo activista”, te comenta. Sin buscarlo a propósito, se ve en esa figura, pero cree que le queda mucho por aprender para usar o definirse con propiedad mediante ese término. En cualquier caso aquí está , y luchará desde su conocimiento y su realidad, desde su asociación, lo máximo que pueda.

Le preguntas acerca de otras asociaciones que le pudieron servir de inspiración, tanto a nivel nacional como fuera de España. 

“Si no recuerdo mal, existió la “Asociación Violeta”, hace muchos años, que despareció, sin quedar muy claro el motivo. Por lo que ahora mismo Tetris es la única”, afirma. “En otros países, asociaciones como tal no he encontrado, más bien hay “blogs”, “grupos de Facebook” y agrupaciones similares, pero no tejido social, en forma de asociación, que actúe con fuerza.

Todo parece indicar que o no hay o es muy difícil encontrar tanto bibliografía como documentación sobre esta temática. Juan Carlos lo achaca a que estamos ante un colectivo muy tímido. “Partimos de la base de que a las personas con discapacidad nos es negado el acercamiento a la sexualidad, por parte de familia, instituciones, etc.  Tan es así que la gente prefiere no tocar el tema de la sexualidad en su esfera íntima, por miedo a lo que se pueda pensar en casa.”

Te cuenta incluso casos particulares, como el de una persona usuaria de la entidad que cuando se reúne con el grupo, pide que la dejen a varias manzanas del local, para que no se enteren del tipo de sitio al que asiste, o del de otra persona que contactó con la agrupación, y que aun teniendo ganas de acercarse, tiene reparo porque no sabe cómo decirle a su familia más cercana que quiere ir a esa asociación en concreto, con lo que eso supone a efectos de salida del armario.

Se encuentran con grandes complicaciones para llegar a esas personas. Del mismo modo, el tema LGTBIQA+ trata con conceptos muchas veces abstractos, que aparecen en la madurez sexual, y que con personas cuya discapacidad es de tipo intelectual, entender esos conceptos es un paso previo clave para la autodeterminación.

Concluye la entrevista haciendo hincapié en la importancia de llegar a estos entornos, y hacerlo bien, de una manera constructiva.

“Lo habremos conseguido cuando puedan identificarse y puedan salir del doble armario, a través de modelos y referentes positivos.”

“Las entidades de discapacidad están ya viendo que no se puede obviar más el tema de la sexualidad, y eso ayuda a las personas con discapacidad que tiene la trasversalidad de ser LGTBIQ+ y con discapacidad, a entender mejor su propia realidad, a abordar mejor la salida del doble armario”.

“Hay que nombrar las cosas por su nombre y ser consciente que lo relativo a la sexualidad que se oprime y no se expresa, acaba expresándose o saliendo por otro lado... y este otro no suele traer nada bueno, por no gestionarse de manera saludable. Hay que educar, con diálogo, no reprimir”.



Comentarios

  1. Sí voy a comentar un par de cosas.
    Mal por parte de la Felgtb no haber abordado el tema de la discapacidad/diversidad funcional y por haber permitido la desaparición de alguna asociación que trató el tema.
    Mal por parte de otras asociaciones incluidas en la Federación por no facilitar el acceso o la inclusión de personas en dicha situación y mal porq hay personas que han hecho el esfuerzo de tratar de integrarse y les han tomado a cachondeo.
    Mal por que tengas que presentarte como asociación para que te hagan caso o pedirte que pagues unas cuotas cuando a lo mejor tu situación económica te impide hacerle frente.

    Pero mal también por este señor. Porque ha hecho una asociación inclusiva donde se te incluye solo si le doras la píldora y si no bailas a su ritmo o le presentas otras realidades se limita a ignorarte y bloquearte en redes.
    Desde el privilegio de tener un título, de tener unas capacidades económicas y unos apoyos familiares se hace todo muy bien. Es todo más fácil.
    Pero antes que él hubo otros y nadie les hizo caso. Ni tan siquiera él mismo ni su asociación.
    Afortunadamente en este mundo siempre que ha existido el mainstream, ha existido el underground que se me antoja más real.

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