Cuerpos en Resistencia por Cano Díaz: Osos homosexuales fuera de Berlín / Nos vemos en tus pliegues, corazón


Por José Luis Díaz (Desde Santiago de Chile)

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Los acontecimientos sociales no son muy distintos a las etapas que vamos atravesando en nuestro proceso de desarrollo. Desde que se despenalizó la homosexualidad en Chile nuestra comunidad o cultura LGTBI fue creciendo según los años.

En 1999 y bajo el gobierno el de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, comenzamos con nuestra libertad o mejor dicho comenzamos a existir fuera del espacio psiquiátrico o carcelario.

Las etapas atravesadas han sido varias, cada una con distintos matices que la hacen única y nuestras, en algunos casos dolorosas, al final nuestras diferencias se disuelven bajo la misma canción.

Nuestro avanzar homosexual hoy tiene 21 años y al igual que un joven de aquella hermosa edad estamos cerrando nuestra búsqueda de identidad. Esto explicaría los últimos años de movimiento homosexual en Chile y su marcada corriente corriente separatistas, un reconocimiento a la identidad, llenando el abanico de colores de otros brillos, nuevos y luminosos, algunos de mayor discreción pero no por  menos importante.

Cambiamos lenguajes, aparecieron las lesbianas y con ellas un hermoso estallido de hijos de la comunidad asomaban sus narices inventando un nuevo lenguaje, mi mamá y mi “mamami". Todos caímos rendidos ante esas incipientes palabras.

En las fiestas sociales, los espacios de reencuentro en consultorios, se veían a las dos madres esperando ser llamadas para la ecografía.

Dentro de esta danza de identidad, en donde las más viejas exigían ser llamadas homosexuales y no gay aparece una nueva figura.

Una nueva bandera asomaba sus colores y prácticamente con himno de avanzada, cuerpos especiales para la primera línea de la marcha homosexual, siempre y cuando los parecidos no la vendan como lo hicieron con el día de la reivindicación del orgullo Gay, donde vendieron nuestro espacio a grandes empresas.

Cómo no recordar a ese histérico actor ocupando un espacio de visibiliza la demanda LGTBI y  que su agotadora fama no pretendía ceder, hay cosas que se pueden hacer por plata pero hay otras que simplemente no se pueden hacer. Cuando escribo esto, me acuerdo de Daniel Zamudio, Nicole Saavedra, Marcelo Lepe y tantos que fueron olvidados en la subasta de la higienizada fundación Iguales, hoy voceros del poder judicial, negocio bien arreglado en la mesa de Piñera durante los momentos de matanza de cuerpos.

Retomando con quienes llegan a completar el abanico de colores de nuestra diversidad.  Me atrevo a escribir que la nueva aparición esta de moda y ocupa cuerpo y espacio, me refiero específicamente a los osos, quienes de bandera en mano desfilan pensando en las calles de Berlín. Esta comunidad de osos hombres que en Latinoamérica presentan un aumento de peso importante que los ubica en la categoría obesidad I. Obesidad II. Obesidad Mórbida u obesidad supermorbida.

Ellos no solo viene a quedarse, sino también a posicionar su cuerpo político en este tejido de colores, buscan modificar los cánones de belleza, nos invita a buscar el amor fuera del castillo, mirar más al leñador que al príncipe.

Los osos encontraron un nicho perfecto al fin del mundo, en esta larga y angosta tierra. Se encuentran con un país que prepara desde niños a los que en un futuro recibirán la posta de su insignia café y hermosas garras. Ahora, a los que por años fuimos tratados de raza maldita, el escenario nos cambió, con la Leslie Lawson muerta, quien fue más conocida como Twiggy, icono modelo de los años 60 y 70, la Yuri evangélica y la Cantilo con 7 años de rehabilitada, los referentes se nos quedan atrás. Tierra fértil para los osos, los cuales no están dispuesto a transar, decir algo contra ellos puede caer mal y serás acusado de "gordofobia" palabra muy usada entre los gais. En materias de fobias nuestra comunidad puede regalar o inventar.

Los osos de Chile, son encantadores, sin embargo la realidad puede ser mucho más compleja de lo que pensamos, algunos osos no son felices  y esto lo digo después de haber escuchado el relato de miles de osos y osas durante 4 años.

Los osos sufren y es la realidad que esconde la bandera de garras. No nos puede insensibilizar el aumento de hombres y mujeres que están en sobrepeso en Chile, nuestra relación con una alimentación sana es tan metafórica como el beso del primer amor.

Los osos en Chile sufren de hipertensión, resistencia a la insulina hígado graso, dolores de espalda, rodillas y tobillos. Cuerpos cansados de llevar ese sobrepeso sexualizado. Muchos de los osos en Chile, no pueden cubrir su higiene, en pocas palabras limpiarse “la intimidad” es complejo.

Hago un invitación a pensar en los cuerpos, si bien tenemos que romper con el estereotipo del sujeto delgado, sobre 1:70 y morenos como base de belleza, caer en el otro extremo puede perjudicarnos y esconder un dolor que solo el mismo cuerpo oso puede almacenar. Un cariño cómplice a esos cuerpos que entregan calor y protección por sobre su propia vida, nuestra romántica primera línea.


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