Ruta Diversa: Buenos Aires, la ciudad de la furia

Por Antonio Capurro

Cuando supe que mi próximo viaje era uno de los destinos gay infaltables en la región de América Latina, lo primero que hice fue buscarme la sección LGBT en la guía de Lonely Planet, pero nuestra estadía de cinco días estaba planeada en primer lugar como una visita por aquellos lugares turísticos emblemáticos, a fin de cuentas el tiempo programado era poco para la gran oferta que ofrece Buenos Aires. Lo segundo sería darse un salto por la movida de la diversidad sexual, aunque pronto nos daríamos cuenta que el tiempo nos faltaría para hacer cumplir toda la agenda. A veces es mejor dejarse llevar y explorar que ajustarse a un plan riguroso.

Buenos Aires no tiene pierde, es una ciudad cosmopolita, tentadora e imponente. Volamos en septiembre y el frío del Atlántico se hizo sentir en nuestras pieles. Las mañanas eran frías aunque por supuesto hubo ricas tardes soleadas. Algo muy llamativo posee esta urbe a la que Cerati llamó la ciudad de la furia en su famosa canción. Acaso su gente, sus rincones, su arquitectura o sus contrastes. Al igual que en Ciudad de México el aeropuerto de Ezeiza te ofrece rutas de bus desde el aeropuerto hacia el centro. En esta caso Tienda León nos proveyó el recorrido hasta la estación de Microcentro donde se encontraba nuestro cómodo Airbnb, un edificio de los años cincuenta muy bien conservado. Esa noche nos encontramos con nuestro amigo porteño Juan Pablo Morino, activista y entusiasta secretario de Gays Apasionados por el Fútbol (GAPEF), con quien nos fuimos a dar una vuelta por las Galerías Pacífico, un bello edificio de estilo francés que ocupa toda una manzana, y luego a tomarnos unas fotos en el famosísimo Obelisco de la Avenida Corrientes. Ya a la disco no llegamos, el cansancio nos dejó echados en la cama hasta el día siguiente.

Si deseas ahorrar en transporte es fácil caminar por toda la parte histórica o en otros casos tomar el subte, el mapa lo puedes encontrar en forma gratuita en los módulos turísticos. La oferta en Buenos Aires es amplia y variada tanto como sus exquisitas carnes a la parrilla o deliciosas pizzas, además de las ricas empanadas. 

El primer día hicimos la ruta del Centro Histórico de fácil recorrido a pie. Ahí nos paseamos por el Cabildo, la Catedral Metropolitana, la histórica Plaza Dos de Mayo, rodeada por la Casa Rosada. Por la tarde nos paseamos en Retiro alrededor de la Plaza San Martín, que de noche puede ser un poco peligroso, donde vimos la Torre Monumental y el monumento a los caídos en la Guerra de las Malvinas. También nos dimos un tiempo para explorar Congreso y Tribunales. En la Plaza del Congreso tomamos el tour guiado del Palacio del Congreso que estuvo muy simpático, también vimos el Palacio Barolo y nos deslumbrarnos con el hermoso Teatro Colón, donde se exhibe la ópera de BA, un sitio realmente lujoso. Caminando por la ciudad de cuando en cuando le echaba un vistazo a los guapos porteños a quienes al parecer les encanta ser admirados sin problema alguno...mi gaydar me hacía pensar que eran gays aunque uno nunca sabe. 

El segundo día lo empezamos temprano, luego de comprar facturas en una panadería céntrica, empezando por el tradicional barrio La Boca, y de hecho tomarse las fotos por Caminito con el fondo de las pintorescas casas de chapa ondulada. La zona no es para nada recomendable, puede ser tramposa para los viajeros así que mejor ir acompañado y cómo nos dijo el guía turístico tan solo hasta las cuatro de la tarde. De hecho que no vimos ningún tango callejero pero si los vendedores ofreciéndote souvenirs y un curioso gato sentado en la banca. De regreso decidimos volver de nuevo en el bus o bondi, como es que lo llaman, para detenernos en el cruce de Puerto Madero, un barrio donde encontrarás lofts y torres de edificios modernos. Por aquí no circulan carros así que puedes ver los diques donde precisamente empieza el Río de La Plata. En la zona encontrarás restaurantes caros o temáticos como la Muu Lechería, restaurante desayuno tipo americano decorado estupendamente al estilo retro de los años sesenta. Nuestra misión era llegar hasta la Reserva Ecológica de la Costanera Sur, aunque hambrientos como estábamos nos llenamos la panza comiendo antes un par de sabrosos calientes choripanes en los food truck. El paseo es largo así que te recomendamos guardar energías comiendo algo antes, mejor. No la hicimos completo tan solo llegamos al 70 por ciento de su totalidad. Mirar el río, los árboles, absorber el aire fresco y puro es una experiencia natural cien por ciento gratificante. No nos tocó un día soleado; sin embargo la pasamos súper bonito en un lugar encantador. Por la tarde volvimos al airbnb para descansar un poco y salir en la noche a dar una vuelta de nuevo por las calles de Microcentro con una buenísima pizza de cena.



Aquí debo hacer un punto y aparte para destacar la buena acogida que tuvimos de la gente de la FALTGB (Federación Argentina de Lesbianas, Transexuales, Gays y Bisexuales) que ocupa el segundo piso de un edificio de Microcentro. Ahí compartimos con los animados chicos y chicas para conversar acerca del activismo y los avances en la ciudad. Nosotros les contamos, aunque de hecho ellos y ellas estaban al tanto, de cómo va el Perú jalado en esta materia. Nos encontramos con Esteban Paulón, activista gay que forma parte de la lucha por los derechos en su país. 

Nuestro tercer día fue por el barrio de San Telmo, bohemio lugar de calles empedradas y  tiendas de antigüedades. No te puedes ir de ahí sin haberte tomado foto con Manolito, Susanita y la Mafalda. Por esos días el Zanjón de Granados estaba siendo remodelado. Sitio emblemático con sabor a tradición como todo en Buenos Aires. Te puedes sentar en la Plaza Dorrego, ir al mercado de San Telmo, tomarte un cafecito y luego si te gustan los museos como a nosotros entrar al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Por la tarde nos fuimos a La Recoleta y Barrio Norte, donde por supuesto visitamos la Floris Generica, el Museo Nacional de Bellas Artes, con una estupenda colección, el Centro Cultural Recoleta y el Palais De Glace. Ni que decir de los bellos edificios de apartamentos, boutiques exclusivas y esas mansiones de novela.

Nuestro cuarto día trascurrió según lo planeado. Caminamos por las calles de Palermo Sur y Palermo Soho, especia de barrio hipster, que nos recibió con sus calles bohemias y parques públicos como el del 3 de febrero,  monumentos como el de Garibaldi, de los españoles, de Francia a Argentina o Carlos María de Alvear. Una rica tarde fresca soleada en los bellos jardines del parque público Rosedal fue el desenlace de cuatro días espectaculares. 

Por la noche a alistar maletas, visitar al simpatiquísimo amigo Fabían con quien cenamos delicioso en Sigue la Vaca para luego enrumbar al aeropuerto en Tienda León de nuevo. Nos faltaban pocas horas para decirle hasta pronto a una ciudad que nos dejó con ganas de conocer más porque definitivamente Buenos Aires es un lugar para regresar cuantas veces uno pueda, la ciudad más europea de América Latina, un largo suspiro para los extranjeros.

¿Y cuál será el próximo destino de la Ruta Diversa? Sol sol sol.


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