EN PRIMERA BUTACA: Dante Alencastre, la mirada transgénero en el cine
Por Antonio Capurro
"Soy gay, estoy orgulloso de quien soy y vivo mi vida auténticamente"
Dicen que nadie es profeta en su tierra y la prestigiosa carrera de Dante Alencastre como documentalista en el extranjero no ha tenido la verdadera resonancia que debería tener en su tierra natal el Perú. Transvisible: The Bamby Salcedo Story, Raising Zoey, In The Fire y El fuego dentro son los documentales que han reflejado la mirada trans de este director y productor peruano que siempre está orgulloso de volver al Perú cada vez que le piden exhibir sus obras fílmicas.
El verano pasado Dante Alencastre, director peruano radicado hace muchos en los Estados Unidos, presentó su filme Raising Zoey (traducido en el Perú como Educando a Zoey) un docu reportaje que narra experiencia de discriminación que sufre una niña trans en el colegio y cómo esto afecta su entorno familiar, el cual fue exhibido en el Centro Cultural de España y será presentado nuevamente el miércoles 21 en el Lugar de la Memoria LUM , pero quizá si su madre no hubiese tomado la determinación de emigrar a Norteamérica la vida de Dante no sería la misma.
Hasta los trece años él estudio en un colegio católico en el barrio de Lince, donde le enseñaron el inglés pero al llegar a tierra extranjera tanto él como su madre no hablaron el idioma durante el primer año.
"Yo tenía un amiguito hindú en el edificio donde vivíamos pero solo hablábamos lo básico, así que nos reuníamos para jugar tenis, me daba miedo decir una palabra equivocada, pero mi mamá me puso a estudiar en clases particulares el verano, lo que recuerdo es que me llevó a ver varios musicales como Grease o Annie, a ella le gustaba mucho el teatro y aunque no entendíamos lo que decían lo disfrutábamos muchísimo". La otra pasión que Dante y su madre compartían era el cine.
Él supo desde chiquillo que sentía atracción por los niños, pero no era totalmente consciente del tema.
"Recuerdo que me gustaba ver las revistas Playgirl en los kioskos, solo las hojeaba no las compraba, eran puro hombres desnudos. El vendedor me dejaba verlas y no había problemas, pero siempre me quedaba el miedo de pensar que alguien me podría decir cosas feas. Pienso que eventualmente compré una y la guardé entre mi colección de discos de vinilo. Una vez un amigo del colegio que me visitaba encontró la revista y me hizo sentir mal pese a qué él me había revelado que era gay también, hasta me amenazó con que se lo contaría a mi mamá, no sé porqué hizo eso; sin embargo, no dijo nada. Era un secreto que yo no quería decírselo a nadie. Por esa época también empecé a escribir a otras personas a través del sistema de penpal. Tenía una amiga en Francia con quien me escribía desde los once años cuando vivía en Lima, me enviaba cosas por correo como cartas, su nombre es Isabel y siempre me apasionó. En la primera oportunidad que nos vimos fue un odio a primera vista, luego ella hizo un viaje a New York, en ese tiempo mi mamá viajó a Perú así que me dejó solo en el apartamento, Isabel se quedó conmigo y fue con ella con quien por primera vez empecé a experimentar el sexo.Yo tenía dieciocho años, fue bueno porque ella tenía más recorrido. Eso duró como un año, luego cuando entré a la universidad todo cambió ahí conocí a otra chica llamada Marguerite pero con ella todo fue besos, como que me estaba entrenando para lo verdadero".
Fue el primer semestre cuando estudiaba en la Universidad de Columbia en Nueva York, el pre año de Medicina que tuvo su primer beso con un hombre. Me confiesa que Michael ha sido de todos los hombres de su vida el que mejor besos le dio, así le dijo cuando lo vio en octubre pasado durante la exhibición de Raising Zoey en Nueva York.
"Con Michael continuamos ahora siendo buenos amigos pero durante esa época no hubo nada más porque él pensó que yo solo quería besos y abrazos efusivos, sin embargo la verdad es que me enteré que tenía una pareja y mis planes no eran ser el tercero de la historia. La última vez que estuve con una mujer fue una chica sueca a quien conocí en un avión regresando de Europa. Yo quería dar el siguiente paso con los hombres pero siempre terminaba pensando que diría mi mamá de todo eso, pienso que todo ello me frenaba".
Sudando en el gimnasio conoció a George, un cubano que lo impactó y que nunca había tenido relaciones con un hombre, se hicieron amigos, le ayudaba a hacer ejercicios. En ese momento Dante ya había tomado el curso electivo de teatro, aunque seguía estudiando Pre-Medicina, él quería ser actor y hablaba con George del tema. Estuvieron como enamorados cuatro años en los que aprendió más como llevar una relación. Era 1984, en plena era del VIH SIDA, Dante vio como amigos muy jóvenes partían, él no fue uno más de las estadísticas porque tomó conciencia de lo que debía hacerse, el sexo seguro.
Durante la entrevista noté como mencionaba seguido a su progenitora. Y es que siempre tuvo una muy estrecha relación su madre, figura muy representativa para él, un nexo que se rompió cuando ella partió víctima del cáncer. "Lo que siempre me puso en freno de hacer cosas riesgosas fue pensar que mi madre se pudiera quedar sola. De una forma u otra el cielo me ha ayudado porque ella se fue primero para que no tenga que sufrir por algo que me pudiera pasar a mí. que me diera SIDA, me muera o fuera un drogadicto".
Primero se formó en literatura francesa, luego en teatro como dramaturgo y finalmente llegó el audiovisual que lo estaba llamando, en el año 1984 tomó su primer curso de edición de filme de 16mm, el hermano menor del de 36mm que usan en Hollywood. Su primer "Thin Lina" corto duró cinco minutos y fue sobre un hombre caso que visita a un masajista gay cuando su esposa se va de casa. Ahí fue que descubrió su pasión, el siguiente corto se tituló Miniatura, el cual narraba la situación de un niño acosado en la escuela, todos eran latinos. En el año 1990 estudió en Londres una beca de estudio, ahí trabajó en obras clásicas, fue un gran proceso de aprendizaje.
Un fin de semana antes de regresar a los Estados Unidos se dio un salto a Amsterdam donde tenía un amigo, que le ofreció quedarse en su piso. Ahí fue que conoció a Ron, la pareja con la cual duraría unos largos diez años. Primero buenos amigos, luego enamorados y finalmente se quedaron juntos. "Una tía muy cercana falleció en París. Ron, quien la había conocido se enteró y me dijo que deseaba comprarme el pasaje para que viaje, yo lo hice, ambos estuvimos en el funeral, recuerdo que llevó un bouquet de flores blancas, me encontraba muy vulnerable por la situación así que cuando me propuso que volveríamos a estar junto le dije que sí, me reproché con el tiempo por dejar a mi madre sola con su dolor en los Estados Unidos, pero estaba dispuesto a buscar mi felicidad en ese momento. Ella nunca me sacó en cara eso".
En Bélgica le agregó más estudios a su carrera al estudiar montaje, era la época del vídeo, a sus treinta años empezó a vivir una relación a plenitud donde nada era secreto. Conocí a toda su familia y amigos. Estudió holandés, hizo un poco de teatro y también voluntariado, además de productor de contenido un gay magazine. Me cuenta que la relación se acabó porque él miraba el futuro con hijos algo familiar, mientras que Ron quería seguir jugando a los cuarenta años, salir a los clubes, tomar drogas, viajar todo el tiempo como una forma de escape de su carrera política.
Al regresar a Nueva York tuvo que empezar desde cero de nuevo, sus colegas ya habían logrado carreras consolidadas. En el 2006, luego de volver a Perú, después de varios años, empezó a conocer más gente de la comunidad LTGBQ, al año siguiente regresó con su cámara para grabar testimonios de chicos gay que están en el closet pero no logró concretizar las entrevistas. "Nadie quería ser filmado y me decían que todo estaba bien que ellos se la pasaban súper bien en las fiestas del Vale Todo, así que decidí llamara George Liendo, quien me contactó con Gaby Mariño, a quien la primera vez grabé por cerca de dos horas, fue muy fuerte su dramático testimonio. Ahí el tema de la comunidad transgénero cautivó mi atención. Era una realidad totalmente desconocida para mi. De ahí nació En el fuego. Esa misma tarde conocí a Leyla Huerta y luego a Belisa Andía. Esas tres historias junto con los testimonios de George y su encantadora madre María Cristina hicieron mi documental, a pesar de todo me faltaban chicas jóvenes, así que entrevisté a Chiara, Jessica y Canela. La estrené en el Outfest de Los Angeles y ganó un premio de la audiencia. Ahí siento que empezó mi carrera, en el momento exacto. Luego vino En el fuego dentro con Michel Romaní y Anayeli, estuvieron todos los del primer documental menos Susel Paredes, este documental no tuvo tanto éxito afuera porque la gente pensó que era más localista y político".
Siempre le ha fascinado retratar a personajes femeninos que tienen garra y coraje, que luchan por sus derechos. Considera que es la forma de hacer activismo. Un proyecto en mente es en algún momento realizar un documental sobre su madre, de quien tiene registrado bastante material audiovisual. Fue su mamá quien le regaló a los dieciocho años su primera cámara de vídeo y luego sus ahorros para que haga su primer documental. El trabajo sobre la historia de Bamby Salcedo también nos reveló el drama de una mujer trans, la redención de una persona que atravesó por momentos muy difíciles en su vida. El filme le encantó a la gente.
"No sabia que uno no hace mucho dinero como documentalista, pero eso no fue una limitación. Yo seguí filmando como hasta ahora, en búsqueda de financiamiento levantando fondos como fiestas pero ahora tengo más crédito es un trabajo no comercial pero si visionario, por esos años mi mamá enfermó y la cuidé convenciéndola que se vaya a vivir a Los Angeles conmigo. Con ella conversaba de todo menos del tema gay porque pienso que todo estaba sobreentendido. Yo la cuidé solo. Mi familia son los activistas trans, las personas de la comunidad, tengo algunos amigos íntimos muy cercanos. En mi más reciente trabajo Raising Zoey, no sabía que era trans, por esa época Bamby Salcedo era la coordinadora del grupo de trabajo de jóvenes, primero pasó desapercibido, en el 2013 la vi en un evento donde nunca había escuchado a una hija hablar tan bien de su madre, y una madre de su hija, eso me conmovió. Se le veía lindas, nunca había hecho nada con adolescentes trans. Me atreví y les pregunté, ellas me dijeron que sí. Las grabé un año y el resultado pienso que fue satisfactorio".
Dante es fiel a lo que hace, su trabajo, quiere continuar explorando en el tema de la diversidad y filmar lo que desea produciendo algo que tenga valor para la comunidad trans. Sus proyectos son hechos con el corazón y esperamos ver más historias latinas LTGBQ que todavía no se han contado.
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