LA HISTORIA QUE ESCRIBEN DE TI POR CARLOS GERARDO: DÉJALO SI TE DA LA GANA
Por Carlos Gerardo (Desde Venezuela)
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“¡Gerard! Parece fue ayer cuando hablamos de los apegos, recuerdo que tomabas café; poca azúcar y con leche, y aunque tu mirada era poema, eras el único que sabía desnudar mis palabras. Te cuento que este diciembre 2020 fue distinto, al menos estoy en otro país, Galicia España para ser exactos, pero aún me sigue la sombra de Alfonso. Cada vez que duermo y tengo la oportunidad de despegar del cuerpo físico lo busco sin poder encontrarlo y al despertar es un desafío; buscándolo en las miradas de otros. ¡Agobiante! Tener la facultad de ver fantasmas. Son 8 años de su perdida y cuando alguien no me trata igual, recuerdo al hombre que me dio seguridad. Sé que dirás; -Trataré de entenderte- jajaja, pues hazlo mi Coach Motivacional, porque necesito de tus palabras. Habla un poco, si no es mucho pedir, del tren de madera JAJAJA, estoy pidiendo de más, sabes soy pedilón”
Firma: Angeluz
“Si no le tuviéramos temor a la oscuridad no tendríamos el valor para encender la luz” Carlos Gerardo (2015). Al leer el mensaje de Angeluz en Instagram, fue indiscutible; la columna sería un reto por la responsabilidad de redactar cada emoción. Sé que su historia merece un libro que todos puedan leer, pero esta es la historia que escriben de él: Conocí a Angeluz en pre-escolar, hasta encontrarnos de nuevo en la universidad. Sus días de encuentros desafortunados iniciaron una tarde de enero cuando se encontraba jugando con un tren de madera en el jardín de su hogar. Mientras se creía conductor llegaron brazos que lo apretaron despojando sin permiso la ropa, trató de correr, pero sus piernas y brazos eran débiles como para forcejear con el hombre que arrebató su inocencia. No existió ruido porque las manos silenciaron su grito y lo único que lo hizo aguantar ese brutal asesinato de la infancia fue observar el tren; imaginando que era pasajero no conductor. Creció desde el silencio, pero hasta las marionetas que son maltratadas logran zafarse. Recuerdo una tarde en la universidad; estábamos sentados en el auditorio cuando me miró con esos ojos avellanedos y sin preámbulo me sumergió entre el barrido sutil y áspero de su voz diciendo: “comía hormigas en el jardín de infancia y al llegar a la casa me escondía debajo de la cama buscando al monstruo del cual hablaban, pero encontraba calzones tirados, y por las noches me refugiaba en las sábanas donde me sentía seguro de las sombras que veía”. Fue la segunda vez que hablamos de su niñez. Logró alcanzar cada reto académico y cuando su vida circulaba sin infortunio; lo conoció, lo miró y se perdió.
No pensó que pasaría, al menos no en su cumpleaños 24. Se encontraba viendo un programa de canto en la televisión cuando escuchó la voz que se convertiría en su eco, su nombre era Alfonso. Angeluz no era consciente de lo que podía causar en las personas con su mirada enigmática y la inteligencia lingüística que lo convertía en un anciano viviendo en cuerpo joven. Incrédulo de ello comenzó el contacto por Facebook y pasado los meses se enamoraron. En aventura se marchó a Caracas, Capital de Venezuela donde vivía Alfonso, pero al llegar se llenó de inseguridad y se volteó para que no lo viera, aunque el destino es deliciosamente cruel y Alfonso tocó su hombro. Fue la mejor noche, según lo que narró. Y cuando llegó al día siguiente no pasó más allá de un beso que selló la comisura de sus labios. Duraron meses escribiéndose hasta que Alfonso le pidió que se fuera a vivir con el, ¡Peroooo! esos “pero” debemos sellarlos, Angeluz no era abiertamente homosexual y eso implicaba decirle a sus padres, así que se negó. Alfonso le escribió para verlo en diciembre del año 2012, pero él buscaba excusas para no asistir. Una tarde de enero del 2013, mientras observaba en Youtube un vídeo de Alfonso, una sombra pasó rosando su hombro y al ver los comentarios en el vídeo, leyó -Fue una lastima que te hayas ido al cielo amigo…- su primer amor, con quién se arriesgó a sentir, quien le enseñó a ser seguro de si mismo se había marchado.
La sociedad será una torre de marfil donde el hombre es una historia incompleta tratando de buscar excusas para enfrentar realidades, espacio donde la aceptación se convirtió en una necesidad más allá del respeto. La historia de Angeluz es de esas donde siempre existe el “HUBIERA” y en vez de buscar el sentido de la realidad se anclan en lo que debió pasar si las decisiones fueran sido otras. No se puede tener un objetivo claro de las situaciones incluso si son planificadas, sí se tiene una pareja, un trabajo estable, el negocio soñado; entre otras cosas existirán perdidas y hasta en eso existe ganancia si se asume desde lo positivo.
Cada persona tiene una historia de vida y aunque pasen por situaciones parecidas la vivirá de acuerdo a sus creencias. Angeluz creyó que era culpable, incluso del abuso sexual cuando tenía ocho años ¿Cómo se sentía? No merecedor de ser respetado y amado. Con las cualidades personales, intelectuales y espirituales que tenía no se creía talentoso, siendo el primer saboteador de su bienestar. La perdida de Alfonso le aseguró que estaba predestinado al sufrimiento, al menos eso reforzó durante años viviendo desde la negación de su ausencia comparándolo con otros. El dolor puede vivir dentro de la persona, el error es vivir dentro del dolor y hacerlo el monstruo debajo de la cama.
Amigo Angeluz, estás en la cima del éxito profesional que deseaste, pero estar anclado en Alfonso hace ver que no has aprendido el diseño de su presencia mientras estuvo. Te enseñó que eres distinto, que puedes ser feliz sin alguien que te acompañe, y que el amor es un sentimiento que debemos vivirlo mientras trascurre y la felicidad es una forma de transitar, no la meta. Así que Déjalo si te da la Gana. Sí lo mantienes desde la perdida no estás sanando pero si lo recuerdas desde lo que fue habrás ganado. No compares al resto con Alfonso, porque le quitas la belleza que trae cada persona. El amor de pareja puede tocar tu puerta pero si vives añorando un fantasma perderás lo físico ¿Quieres eso? Lo dudo, así que déjalo desde la creencia que todo tiene un ciclo y el tuyo es continuar, tu aún vives y muchos desean tu presencia. Y sí…trataré de entenderte cada vez que lo necesites. Y nos debemos otro café.
Novelas lectores, las oportunidades vienen en un tren que pasa exigua vez en el transitar de cada persona, vivirlas es nuestra elección. Nadie es culpable de lo que siente así como Angeluz, pero si responsable de lo que hace con cada emoción. Angeluz es un emprendedor, logró reconciliar sus afectos con sus padres y ser abiertamente homosexual, y esta experiencia debe ser ejemplo de que necesitamos cerrar ciclos, que nadie moverá la cima hacia ti, que hasta en días soleados es necesario usar sombrillas. Qué si fuiste abusado sexualmente siendo niño (a) cómo adulto debes reconciliarte con tu niño interior diciéndole: “YA NO PERMITIRÉ QUE ESTO ME AFECTE”.
Déjate sorprender y avanza…pero recuerda; cuéntame tu historia y vemos quien la escribe.
Wowww...! Que historia, que emoción cuando narra lo del tren. Espero seguir leyendote Gerard esperé por esta columna sabía que sería distinta
ResponderEliminarMe da placer leer algo tan inspirador .. Muy lindo.
ResponderEliminarSueper esta historia me gustó mucho
ResponderEliminarYa esperando la próxima