EL CLOSET ABIERTO CON MOICO YAKER: "Si no hay imagen no hay memoria. Y si no hay memoria no hay nada"
Por Antonio Capurro
Fotos de Pancho Fung
Moico Yaker me recibe en su casa de Miraflores, un santuario donde el artista plástico logra abstraerse del bullicio de la ciudad, el hogar que el artista fue convirtiendo en suyo desde hace treinta y cinco años. Su casa taller tiene el sello propio de un artista de largo trajinar que ha ido recreando su espacio apropiándose de cada rincón. Desde la fachada uno puede observar esa flora que te da una cálida bienvenida en medio de esos edificios de departamentos que parecen una jungla de concreto. Ahí donde todo cambia alrededor con el paso inexorable del tiempo este reconocido artista peruano ha logrado que la vida miraflorina sea todavía romántica y apacible. Ahí él vive con sus fieles acompañantes Remigio, su gato y Nana, su perra, dos mascotas que disfrutan como él de una apacible tranquilidad, pero dejemos que Moico nos cuente acerca de vida, experiencias y arte.
Para llegar a ser un artista tuviste que dejar la carrera de literatura, historia y filosofía que habías estudiado antes ¿cierto? ¿Entonces esto coincide con el tema del arte?
Salí del Perú muy temprano y bastante inmaduro en cuanto a lo que deseaba hacer. Todavía no tenía una idea clara de lo que me interesaba pero si me gustaba el desarrollo de la imagen. Entonces, mi primera opción fue la arquitectura porque era lo más cercano a lo que podía comprender en cuanto a una vocación artística. Yo soy arequipeño y vengo de una familia muy liberal, ya no viven, pero eran gente muy abierta que no se escandalizaba de nada. Por el contrario era yo quien tenía limitaciones en cuanto a mi futuro porque no comprendía bien lo que quería hacer ni tampoco tenía la urgencia de hacerlo. Yo estudié en el colegio militar Francisco Bolognesi de Arequipa y la única urgencia que sentí fue la necesidad de salir de ahí.
¿Cómo fue esa experiencia?
Horrible. Lo tuve que aguantar porque no me quedaba otra alternativa. Fue una época muy particular porque mi madre se fue a la India en el año 1964 y se quedó un año. Mi padre no era una persona que podía decidir solo nuestros problemas, entonces él me decía espérate que tu mamá llegue. En aquél entonces la comunicación no era como ahora, las cartas demoraban en llegar como veinte días o más de un lugar a otro. Mi mamá llegó a fines del año 64 y yo había terminado el cuarto de media. El colegio militar me formó en cuanto a rutina y disciplina de hacer todos los días. Y antes del colegio militar estudié en un colegio de curas siendo yo judío, pero como en Arequipa no existía una comunidad hebrea suficientemente grande para que existiese un colegio no hubo otra opción. Era un colegio militar adonde llegaban chicos de los segmentos C, D y E solo unos pocos del A y B, al cual de algún modo pertenecía yo siendo mis padres inmigrantes. El hecho es que sobreviví al colegio militar que fue horrible porque no era el tipo de chico que debía ir a ese lugar. Número uno, era rubio; dos, era el más joven de la clase y número tres, no era precisamente un machito criollo. Era un chico sensible, más delicado que el resto y eso generaba una fricción muy dura.
¿Qué pasó, te hicieron bullying?
Terrible. Lo recuerdo muy bien porque fue una experiencia negativa en mi vida. Por eso hoy en día cuando escucho las barbaridades que suceden en la cultura peruana estas especies de idiosincracias equívocas como Con mis hijos no te metas indignas de una civilización y de una estupidez mayor. Yo he vivido en carne propia lo que es ser víctima de bullying por muchos motivos no solo por mi naturaleza sino por cómo me veía y quién era y sumado al hecho de ser judío que aunque mucha gente no sabe quiénes son los judíos existen una tradición antiquísima de odiarnos sin saber por qué.
¿Entonces te has sentido discriminado?
Pero no creas que era un tonto porque había formas de tomar el poder. Para empezar no puedes quebrarte porque sino te conviertes en una víctima. Mi esencia no es la de una víctima, de tal manera que yo me libraba de muchas cosas a través de peripecias para ganar el poder y yo en un momento dado en la escuela me convertí en un objeto del deseo. Y por ser "un chico bonito".
¿Ellos querían agredirte?
Es difícil entender lo que pasaba en ese salón. Lo que yo entendí en un momento dado es que el ochenta por ciento del grupo me veían como una niña y por consecuencia querían conmigo algo que no hubiese ocurrido si yo no hubiese sido como era. No creo que ellos lo entendiesen porque son cosas intuitivas. El ochenta o noventa por ciento de la población era gente mestiza dirigido más al mestizo andino y yo no pertenecía a ese grupo físicamente. Yo era un arequipeño pero físicamente era un niño europeo pero no solo eso sino que tenia otros gustos como que me gustaba la música clásica para diferenciarme del resto, pero eso lo sentían ellos yo no.
Te gustaban cosas que no hacían los "machos" del salón.
Exacto y yo no jugaba fútbol.
¿Y no le dijiste nada a tus padres?
Si les dije sáquenme de aquí, pero ellos no vieron el peligro en esta situación, no lo comprendieron y nunca se pusieron en mi lugar. Mi madre vino a hablar con el mayor a quien le dijo que yo me quejaba pero él le respondió que eso no ocurría ahí. Estamos hablando de hace más de cincuenta años cuando no existía la palabra bullying. Fue la voluntad de mis padres meterme a los trece años a ese colegio militar y cometieron un error que lo reconocieron posteriormente cuando les reclamé por una época de mi vida que pudieron haber evitado.
¿Todo esto tuviste que superarlo de alguna forma buscando ayuda con terapia?
No precisamente por esto sino por otras cosas, hasta ahora voy al psicoanálisis desde los veintitrés años. Y lo sigo haciendo porque es una manera de vivir. El psicoanálisis me aclara cierto tipo de situaciones que tienen que ver con vínculos mayormente entre las personas que muchas veces por no manejarlos bien se complican. Tienes que hacer que las cosas vayan adonde tú quieres que vayan.
¿Y luego de te fuiste a Europa?
Apenas terminé el colegio en febrero del año 65 me fui del Perú. En la Universidad de Miami empecé a estudiar arquitectura pero me di cuenta que no era lo que buscaba.
En los años que siguieron me fui a Israel donde estudié en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Filosofía, Historias y Lenguas, de ahí no quise más y me fui a vivir a Italia, luego a Francia y regresé a Israel.
¿Qué buscabas en esos viajes, qué deseabas vivir o experimentar?
Moverme, ser libre. Quería viajar adonde me diese la gana. No tenía más que mi bolsa de piel de llama. Mis padres me ayudaban pero luego ya me dijeron que yo me organizara. Además yo trabajaba en lo que podía, viajaba y conocía gente, conseguía trabajos de vigilante en hoteles durante la noche. Y cuando me aburría de algún lugar tomaba mis cosas y me largaba. Me establecí en Milán por una época a los diecinueve años. Luego estuve en Francia y conocí a un chileno que deseaba hacer una película que nunca se hizo para lo cual volví a Israel y ahí es cuando mi padres me dice que todo estaba bien pero que me enganche con algún sistema universitario.
En otras palabras tu padre deseaba que te establecieras en algo más fijo...
Sí. En algo que me diera una rutina diaria además de mi trabajo. Y en esta segunda estadía en Israel empecé a conocer a chicos como yo que estaban directamente trabajando en el arte, gente que tenía un cuarto donde o pintaban o hacían esculturas o muy comprometida con el teatro. Era el año 1972, post hippie, una época muy bonita y muy barata. Me acuerdo haber comprado un vuelo de Madrir a Tel Aviv en 72 dólares.
Y entonces empezaste a crear arte...
Cuando vi a estos amigos que había conocido en la universidad y ahora estaban pintando inmediatamente sentí el deseo de pintar que nunca lo sentí antes. Ya tenía 22 o 23 años. No tenía la urgencia de concretar algo hasta después. Diez años volví al Perú, ya con la carrera de Bellas Artes finalizada. En Israel me casé y tuve una hija. Mi matrimonio duró poco porque ni ella ni yo teníamos la madurez suficiente para asumir algo tan serio, solo duramos cuatro años y dijimos hasta aquí basta. Luego de eso me fui a París a seguir estudiando Bellas Artes.
¿A partir de ese momento te empezaste a considerar ya un artista?
Yo no tenia muchas dudas existenciales pero si estaba claro que no iba a trabajar con mi padre. Lo mío era la filosofía o el arte. La identidad de artista se adquiere cuando comienzas a trabajar después de la escuela y empiezas a trabajar porque quieres y no porque estás en un sistema. Y me di cuenta que el arte era donde tenía que estar, solo que vive a visitar a mis padres al Perú y me quedé.
¿Era una necesidad de sentirte arraigado?
Mira, yo me he sentido arraigado en Francia y me sentía muy vinculado a la vida en París y la lengua me era muy asequible porque he vivido dentro de una familia donde se hablaba varios idiomas, pero la realidad era otra porque luego de estar cuatro años viviendo en la Ciudad Luz volví a Israel para luego regresar al Perú.
¿No extrañabas el Perú?
No, la verdad que no. Mis padres viajaban a visitarme. Solo regresé por 45 días a Israel para hacer el servicio militar. Luego de unos meses en que acepté la invitación de mi hermano para vivir en Caracas donde ellos habían viajado para hacer negocios regresé porque no me gustaba para nada ni la ciudad ni la forma de vivir de ellos.
Finalmente te estableciste en el Perú, entonces.
Sí. Y encontré un hermoso taller en donde estuve un año y medio antes de encontrar esta casa.
Leí sobre cómo llegaste a tu casa que ahora es totalmente tuya ¿no?
Cuando a las cosas las encuentras y resultan en el camino es porque estás en la ruta adecuada. Si las cosas se accidentan como lo que me pasó en Caracas, el último evento que causó mi salida ocurrió fuera de la ciudad con los trabajadores cuando íbamos rumbo al banco a sacar dinero para pagarles y en el camino dispararon cayendo mal herido uno de los obreros, quien de alguna forma sirvió de escudo porque era una bala dirigida hacia mi, entonces me dije tengo que salir de aquí. Eso fue una señal. Ya en Lima empecé a trabajar y todo me hizo sentir que había tomado una buena decisión al regresar, desde ese momento han pasado treinta y cinco años. En el año 1986 participé en un concurso y luego en el 86 u 87 tuve mi primera exhibición.
¿Llevas un archivo físico de todo lo que has hecho hasta ahora?
Sí. Y además tengo mi web. Pero tengo recortes como ese armario que ves detrás tuyo. Ahora ya no me preocupo por eso, es más fácil con el tema de los enlaces en la internet.
¿Te importa mucho la crítica de arte o no le haces caso?
La crítica oficial es un signo de lo que piensa el observador. Y si bien mucha gente puede decir que bonito el cuadro, los críticos tienen sus visiones, algunas más positivas que otras. Nunca he tenido una mala crítica, la verdad. Siempre han sido buenas, algunas más enfáticas que otras. Nunca me han destruido y si lo hubieran hecho no sé cómo habría actuado. Es importante lo que piensen los otros. Desde el momento en que te haces público te exhibes y expones a que la gente opine. Incluso si alguien dice algo negativo se han preocupado en ver la obra. Es más importante ser comentado que ser obviado. Incluso si alguien dice algo negativo se han preocupado en ver la obra. Es más importante ser comentado que ser obviado.
¿Vas a ver las obras de otros artistas?
Yo soy profesor de Corriente Alterna desde hace seis años. Ahora estoy más estable y con mayores responsabilidades. Aquí asesoro no enseño, pero me gusta el contacto con los alumnos. Entiendo bien lo que están haciendo y he descubierto que soy capaz de influenciar o inspirar a mucha gente, a algunos más que a otros.
¿Ves gente creativa e innovadora en el arte ahora?
Yo diría que atrevida que rompen esquemas salen del camino para tratas de encontrar nuevas visiones buscando otras imágenes de las que hasta ahora hemos visto. Hay mucha gente con visiones frescas, del arte o de la producción artística, de la estética o de la no estética. Los límites se han desdibujado entre la producción artística y las disciplinas paralelas. El arte podría invadir ahora perfectamente territorios que antes no tocaba o viceversa, disciplinas paralelas pueden invadir el territorio del arte y crear híbridos ¿no? que están contemplados dentro de la producción artística contemporánea como muy válidos. El problema es si logras algo contundente o no y ya no importa el camino o el lenguaje. Hoy en día el proceso o la acción es el producto en sí. Hay mucha gente que está envuelta en ese tipo de lenguajes. No importa ni la técnica ni el formato lo que importa es el uso inteligente, profesional, coherente y convincente. Importa la imagen y si no hay imagen no hay memoria. Y si no hay memoria no hay nada. Sino queda en la memoria algo motivador no pasa nada. Cuando una imagen queda impregnada en la memoria entonces podemos conversar de algo que está pasando. Es una marca en la memoria del observador.
Precisamente si hablamos de la memoria colectiva, por estos días la política como tantas otras veces no está dejando nada bueno.
Vivimos un momento mediocre. Mira la revocación del indulto a Fujimori son ellos mismos lo que la han provocado. Y es que aquí no hay psicoanálisis. Fuerza Popular ha provocado toda esta mediocridad en la que vivimos día a día, la corrupción del poder y la no compresión de lo que hacen.
¿Todo esto no hace que te provoque irte del Perú?
Es que el Perú es esta casa y lo que yo hago dentro. Mi hogar, mi taller, mis amistades, mis amores, mis vínculos, mis cariños, los afectos, eso es el Perú, el resto son fantasías. Volver a salir del Perú y vivir en otro lado ya no. Yo soy un hombre mayor.
¿Te sientes un hombre mayor?
Inevitablemente. Tengo 69 años satisfactoriamente vividos. Siempre hice lo que yo quise hacer. En una época tuve que imponerme. Recuerdo que mi mamá al poco de estar aquí de nuevo me dijo que debía ir a trabajar. Por ese entonces era una época difícil porque no se vendía y no había dinero. Al inicio lograr un mercado es como levantar un edificio. Mi hermana y su esposo, que en paz descansen, me compraban casi todo, eso me ayudó a permanecer haciendo lo que deseaba sino hubiese tenido que hallar la forma de ganarme el sustento.
Y ahora tienes un prestigio y una reputación ganada, luego de todos estos años. ¿Sientes que se te ha reconocido?
Sí, absolutamente. Hay quienes me admiran; otros que no. Consumen lo que yo hago.
¿No sientes que tu evolución como artista se ha detenido, sino que continúa fluyendo?
No. Mi producción siempre ha sido muy amplia. He investigado por todos lados y tengo varias zonas de interés. Y mi vida no solo tiene que ver con la producción artística, soy una persona que se interesa muchísimo en la historia. Entonces me paso horas leyendo libros físicos que colecciono. Muchas veces compro solo por comprar y lo hago por intuición. Tres años después el libro me llama y empieza a vibrar. Me gusta el objeto libro. Es verdad que aquí tienes que decidir entre comer o comprarte un libro sobre todo entre las grandes masas. Aquí no hay subsidio para el libro. Yo creo que el gran problema del país es la educación y no soy el único que lo dice. Lamentablemente en este país la educación es terrible y esa es la consecuencia de lo que vivimos. La educación es la herramienta. Hay carencia de inversión en cultura por parte del estado. Aquí no hay orgullo hacia lo que el artista peruano produce. En otros países como México o Brasil lo consumen, lo admiran y lo favorecen. También hace falta la comprensión de la diversidad.
Y de eso quería preguntarte de las personas que no aceptan la diversidad…
Es que a veces las personas son ciegas porque se están violando los derechos de las personas y no solamente de la gente que es distinta sino también la violación de niños porque Con Mis Hijos no Te Metas se lo están diciendo a las personas equívocas, deberían voltear y decírselo a ellos mismos, ¿Quiénes son los que están violando a sus hijos? Son los curas y no hay justicia para ellos. La religión es una tara en muchos casos cuando es mal comprendida cuando los mensajes religiosos de los grandes pensadores o profetas o santos son interpretados por imbéciles. El representante de Con Mis Hijos No Te Metas es un perfecto idiota, es un tipo que no sabe de lo que habla, porque esa homofobia habla de sus problemas personales. El tema de género se ha convertido en una especia de cuco para los imbéciles, estamos rodeado de ellos.
Tú sabes que La Revista Diversa está enfocada al tema de la diversidad LTGBQ, que ahora tiene más letras.
(Risas) Ya no comprendo que quieren decir, pero q es de queer ¿no?
En tu caso, mencionabas al comienzo de la entrevista que tus padres siempre fueron liberales, entonces ¿cómo fue tu caso?
Yo lo sentí siempre, en mi caso siempre fue claro como una cierta bisexualidad. No sé si sea cultural pero las chicas siempre han estado cerca de mí. Yo recuerdo que la diferencia fue muy marcada. En el colegio La Salle había varios y en el colegio militar yo era el objeto del deseo, pero era un niño, el deseo lo tenían ellos yo no. Ellos querían destruir lo distinto a través del bullying y la seducción.
¿Sentiste que te seducían?
El ochenta por ciento de mi salón de treinta personas. No fui una victima porque le di vuelta a la situación desde el momento en que vi ese deseo en ellos. Ahí empecé a manejarlo, yo sabía con quién qué. Algunos querían masturbarse conmigo o tocarme o que los toque, etc., etc. Yo solo se lo permitía a quiénes me convenían políticamente. Había momentos de placer y gran excitación dependiendo de las circunstancias, pero traían sus consecuencias porque el tema era que si algo había sucedido con alguien ese alguien lo proclamaría. Porque el que te tira no es maricón sino el que se deja tirar. Cuando tomé conciencia de la transacción y que cosa me permitía la transacción de los otros en vez de convertirme en una víctima sencillamente era quien decidía las cosas.
Y te casaste…
Es que nunca vi mi sexualidad como un conflicto o un misterio, no me he sentido limitado, nunca tuve problemas por ello. Me casé con una mujer que sabía que yo era gay y para ella no fue un impedimento. Me dio una hija que agradezco al cielo haberla tenido. Me dio una visión que yo no quería vivir, el matrimonio (risas) ni con un hombre ni con una mujer. Tampoco fue un secreto, pero tampoco fui de proclamarlo. Nunca estuve en el closet. Si mis padres no lo vieron es porque estaban ciegos. Te cuento que mi hermano se casó con una señora de una familia limeña y uno de sus primos me hacía invitaciones y yo fui un par de veces a visitarlo, me recibía muy seductoramente pero no me parecía una persona atractiva solo me gustaba el hecho de que fuese arquitecto y sentía cierto gusta por la seducción, pero él como persona no.
Recuerdo que le comenté a mi mamá esto mientras ella se peinaba frente al espejo, casi como una imagen de cine. Yo le decía mira este tipo me ha estado invitando y pienso que es homosexual y mi mamá volteó preguntándome ¿y tú no?
¿Qué dijiste tú?
Me agarró en seco. No recuerdo que respondí, pero fue una forma muy buena de buscar el diálogo conmigo.
¿Has tenido pareja hombre entonces?
Pienso que no he sido bueno para tener parejas. Creo que he tenido más parejas mujeres de forma estable que hombres. Estuve en una relación con una mujer durante cinco años muy buenos y fueron mejores que las dos que traté con dos chicos, porque en esto hubo infidelidad y mentira, no sé si siempre es así, pero fue lo que me tocó. Hace doce años inicié una relación con alguien de tipo pareja y sigue siendo para mi la persona más cerca en mi vida. No somos pareja, pero su familia se ha convertido en la mía, sus padres me han adoptado. El sexo ya no está de por medio, pero hay un enorme cariño y una lealtad grande.
¿Has estado alguna vez en una marcha del orgullo?
No porque soy agorafóbico. En París fue un par de veces a saunas gay pero nunca pude quedarme porque me sentía asediado con tanta gente.
¿En cuánto tiempo ves la salida del matrimonio igualitario o más derechos por la igualdad LTGBQ?
En unos cinco o diez años. Hace falta sensibilizar y derrocar a esta gentuza que sale a decir con mis hijos no te metas. Esos incultos e imbéciles porque sabes tú no temas con mis hijos. Mientras esta gente siga teniendo cierta resonancia entonces no va a suceder. Cuando uno se mire a sí mismo un poco más y comprenda que las personas somos muy distintas y todos merecemos el mismo respeto entonces ahí cambiaremos.
¿Te sientes representados por congresistas como De Belaunde o Bruce?
Yo no me siento representado por nadie, pero los admiro por que representan a un grupo de personas que no tienen una voz, pero me gustaría ser representado por Susy Díaz porque ella tiene picardía. Es un personaje que me enterneces y me hace reír. Ella comprende muy bien su papel y lo hace muy bien.
¿Y qué planes para el futuro próximo?
Este año para mi ha sido muy difícil, yo tenía programada una muestra el próximo año por mis setenta años. Lo que pasa es que mi hermana falleció de forma inesperada y luego mi cuñado cuatro meses después y eso me tenido en duelo con la familia y no he podido concentrarme. A partir de agosto volví al taller y he decidido que vaya poco a poco que fluya todo.
Fotos de Pancho Fung
Moico Yaker me recibe en su casa de Miraflores, un santuario donde el artista plástico logra abstraerse del bullicio de la ciudad, el hogar que el artista fue convirtiendo en suyo desde hace treinta y cinco años. Su casa taller tiene el sello propio de un artista de largo trajinar que ha ido recreando su espacio apropiándose de cada rincón. Desde la fachada uno puede observar esa flora que te da una cálida bienvenida en medio de esos edificios de departamentos que parecen una jungla de concreto. Ahí donde todo cambia alrededor con el paso inexorable del tiempo este reconocido artista peruano ha logrado que la vida miraflorina sea todavía romántica y apacible. Ahí él vive con sus fieles acompañantes Remigio, su gato y Nana, su perra, dos mascotas que disfrutan como él de una apacible tranquilidad, pero dejemos que Moico nos cuente acerca de vida, experiencias y arte.
Para llegar a ser un artista tuviste que dejar la carrera de literatura, historia y filosofía que habías estudiado antes ¿cierto? ¿Entonces esto coincide con el tema del arte?
Salí del Perú muy temprano y bastante inmaduro en cuanto a lo que deseaba hacer. Todavía no tenía una idea clara de lo que me interesaba pero si me gustaba el desarrollo de la imagen. Entonces, mi primera opción fue la arquitectura porque era lo más cercano a lo que podía comprender en cuanto a una vocación artística. Yo soy arequipeño y vengo de una familia muy liberal, ya no viven, pero eran gente muy abierta que no se escandalizaba de nada. Por el contrario era yo quien tenía limitaciones en cuanto a mi futuro porque no comprendía bien lo que quería hacer ni tampoco tenía la urgencia de hacerlo. Yo estudié en el colegio militar Francisco Bolognesi de Arequipa y la única urgencia que sentí fue la necesidad de salir de ahí.
¿Cómo fue esa experiencia?
Horrible. Lo tuve que aguantar porque no me quedaba otra alternativa. Fue una época muy particular porque mi madre se fue a la India en el año 1964 y se quedó un año. Mi padre no era una persona que podía decidir solo nuestros problemas, entonces él me decía espérate que tu mamá llegue. En aquél entonces la comunicación no era como ahora, las cartas demoraban en llegar como veinte días o más de un lugar a otro. Mi mamá llegó a fines del año 64 y yo había terminado el cuarto de media. El colegio militar me formó en cuanto a rutina y disciplina de hacer todos los días. Y antes del colegio militar estudié en un colegio de curas siendo yo judío, pero como en Arequipa no existía una comunidad hebrea suficientemente grande para que existiese un colegio no hubo otra opción. Era un colegio militar adonde llegaban chicos de los segmentos C, D y E solo unos pocos del A y B, al cual de algún modo pertenecía yo siendo mis padres inmigrantes. El hecho es que sobreviví al colegio militar que fue horrible porque no era el tipo de chico que debía ir a ese lugar. Número uno, era rubio; dos, era el más joven de la clase y número tres, no era precisamente un machito criollo. Era un chico sensible, más delicado que el resto y eso generaba una fricción muy dura.
¿Qué pasó, te hicieron bullying?
Terrible. Lo recuerdo muy bien porque fue una experiencia negativa en mi vida. Por eso hoy en día cuando escucho las barbaridades que suceden en la cultura peruana estas especies de idiosincracias equívocas como Con mis hijos no te metas indignas de una civilización y de una estupidez mayor. Yo he vivido en carne propia lo que es ser víctima de bullying por muchos motivos no solo por mi naturaleza sino por cómo me veía y quién era y sumado al hecho de ser judío que aunque mucha gente no sabe quiénes son los judíos existen una tradición antiquísima de odiarnos sin saber por qué.
¿Entonces te has sentido discriminado?
Pero no creas que era un tonto porque había formas de tomar el poder. Para empezar no puedes quebrarte porque sino te conviertes en una víctima. Mi esencia no es la de una víctima, de tal manera que yo me libraba de muchas cosas a través de peripecias para ganar el poder y yo en un momento dado en la escuela me convertí en un objeto del deseo. Y por ser "un chico bonito".
¿Ellos querían agredirte?
Es difícil entender lo que pasaba en ese salón. Lo que yo entendí en un momento dado es que el ochenta por ciento del grupo me veían como una niña y por consecuencia querían conmigo algo que no hubiese ocurrido si yo no hubiese sido como era. No creo que ellos lo entendiesen porque son cosas intuitivas. El ochenta o noventa por ciento de la población era gente mestiza dirigido más al mestizo andino y yo no pertenecía a ese grupo físicamente. Yo era un arequipeño pero físicamente era un niño europeo pero no solo eso sino que tenia otros gustos como que me gustaba la música clásica para diferenciarme del resto, pero eso lo sentían ellos yo no.
Te gustaban cosas que no hacían los "machos" del salón.
Exacto y yo no jugaba fútbol.
¿Y no le dijiste nada a tus padres?
Si les dije sáquenme de aquí, pero ellos no vieron el peligro en esta situación, no lo comprendieron y nunca se pusieron en mi lugar. Mi madre vino a hablar con el mayor a quien le dijo que yo me quejaba pero él le respondió que eso no ocurría ahí. Estamos hablando de hace más de cincuenta años cuando no existía la palabra bullying. Fue la voluntad de mis padres meterme a los trece años a ese colegio militar y cometieron un error que lo reconocieron posteriormente cuando les reclamé por una época de mi vida que pudieron haber evitado.
¿Todo esto tuviste que superarlo de alguna forma buscando ayuda con terapia?
No precisamente por esto sino por otras cosas, hasta ahora voy al psicoanálisis desde los veintitrés años. Y lo sigo haciendo porque es una manera de vivir. El psicoanálisis me aclara cierto tipo de situaciones que tienen que ver con vínculos mayormente entre las personas que muchas veces por no manejarlos bien se complican. Tienes que hacer que las cosas vayan adonde tú quieres que vayan.
¿Y luego de te fuiste a Europa?
Apenas terminé el colegio en febrero del año 65 me fui del Perú. En la Universidad de Miami empecé a estudiar arquitectura pero me di cuenta que no era lo que buscaba.
En los años que siguieron me fui a Israel donde estudié en la Universidad Hebrea de Jerusalén, Filosofía, Historias y Lenguas, de ahí no quise más y me fui a vivir a Italia, luego a Francia y regresé a Israel.
¿Qué buscabas en esos viajes, qué deseabas vivir o experimentar?
Moverme, ser libre. Quería viajar adonde me diese la gana. No tenía más que mi bolsa de piel de llama. Mis padres me ayudaban pero luego ya me dijeron que yo me organizara. Además yo trabajaba en lo que podía, viajaba y conocía gente, conseguía trabajos de vigilante en hoteles durante la noche. Y cuando me aburría de algún lugar tomaba mis cosas y me largaba. Me establecí en Milán por una época a los diecinueve años. Luego estuve en Francia y conocí a un chileno que deseaba hacer una película que nunca se hizo para lo cual volví a Israel y ahí es cuando mi padres me dice que todo estaba bien pero que me enganche con algún sistema universitario.
En otras palabras tu padre deseaba que te establecieras en algo más fijo...
Sí. En algo que me diera una rutina diaria además de mi trabajo. Y en esta segunda estadía en Israel empecé a conocer a chicos como yo que estaban directamente trabajando en el arte, gente que tenía un cuarto donde o pintaban o hacían esculturas o muy comprometida con el teatro. Era el año 1972, post hippie, una época muy bonita y muy barata. Me acuerdo haber comprado un vuelo de Madrir a Tel Aviv en 72 dólares.
Y entonces empezaste a crear arte...
Cuando vi a estos amigos que había conocido en la universidad y ahora estaban pintando inmediatamente sentí el deseo de pintar que nunca lo sentí antes. Ya tenía 22 o 23 años. No tenía la urgencia de concretar algo hasta después. Diez años volví al Perú, ya con la carrera de Bellas Artes finalizada. En Israel me casé y tuve una hija. Mi matrimonio duró poco porque ni ella ni yo teníamos la madurez suficiente para asumir algo tan serio, solo duramos cuatro años y dijimos hasta aquí basta. Luego de eso me fui a París a seguir estudiando Bellas Artes.
¿A partir de ese momento te empezaste a considerar ya un artista?
Yo no tenia muchas dudas existenciales pero si estaba claro que no iba a trabajar con mi padre. Lo mío era la filosofía o el arte. La identidad de artista se adquiere cuando comienzas a trabajar después de la escuela y empiezas a trabajar porque quieres y no porque estás en un sistema. Y me di cuenta que el arte era donde tenía que estar, solo que vive a visitar a mis padres al Perú y me quedé.
¿Era una necesidad de sentirte arraigado?
Mira, yo me he sentido arraigado en Francia y me sentía muy vinculado a la vida en París y la lengua me era muy asequible porque he vivido dentro de una familia donde se hablaba varios idiomas, pero la realidad era otra porque luego de estar cuatro años viviendo en la Ciudad Luz volví a Israel para luego regresar al Perú.
¿No extrañabas el Perú?
No, la verdad que no. Mis padres viajaban a visitarme. Solo regresé por 45 días a Israel para hacer el servicio militar. Luego de unos meses en que acepté la invitación de mi hermano para vivir en Caracas donde ellos habían viajado para hacer negocios regresé porque no me gustaba para nada ni la ciudad ni la forma de vivir de ellos.
Finalmente te estableciste en el Perú, entonces.
Sí. Y encontré un hermoso taller en donde estuve un año y medio antes de encontrar esta casa.
Leí sobre cómo llegaste a tu casa que ahora es totalmente tuya ¿no?
Cuando a las cosas las encuentras y resultan en el camino es porque estás en la ruta adecuada. Si las cosas se accidentan como lo que me pasó en Caracas, el último evento que causó mi salida ocurrió fuera de la ciudad con los trabajadores cuando íbamos rumbo al banco a sacar dinero para pagarles y en el camino dispararon cayendo mal herido uno de los obreros, quien de alguna forma sirvió de escudo porque era una bala dirigida hacia mi, entonces me dije tengo que salir de aquí. Eso fue una señal. Ya en Lima empecé a trabajar y todo me hizo sentir que había tomado una buena decisión al regresar, desde ese momento han pasado treinta y cinco años. En el año 1986 participé en un concurso y luego en el 86 u 87 tuve mi primera exhibición.
¿Llevas un archivo físico de todo lo que has hecho hasta ahora?
Sí. Y además tengo mi web. Pero tengo recortes como ese armario que ves detrás tuyo. Ahora ya no me preocupo por eso, es más fácil con el tema de los enlaces en la internet.
¿Te importa mucho la crítica de arte o no le haces caso?
La crítica oficial es un signo de lo que piensa el observador. Y si bien mucha gente puede decir que bonito el cuadro, los críticos tienen sus visiones, algunas más positivas que otras. Nunca he tenido una mala crítica, la verdad. Siempre han sido buenas, algunas más enfáticas que otras. Nunca me han destruido y si lo hubieran hecho no sé cómo habría actuado. Es importante lo que piensen los otros. Desde el momento en que te haces público te exhibes y expones a que la gente opine. Incluso si alguien dice algo negativo se han preocupado en ver la obra. Es más importante ser comentado que ser obviado. Incluso si alguien dice algo negativo se han preocupado en ver la obra. Es más importante ser comentado que ser obviado.
¿Vas a ver las obras de otros artistas?
Yo soy profesor de Corriente Alterna desde hace seis años. Ahora estoy más estable y con mayores responsabilidades. Aquí asesoro no enseño, pero me gusta el contacto con los alumnos. Entiendo bien lo que están haciendo y he descubierto que soy capaz de influenciar o inspirar a mucha gente, a algunos más que a otros.
¿Ves gente creativa e innovadora en el arte ahora?
Yo diría que atrevida que rompen esquemas salen del camino para tratas de encontrar nuevas visiones buscando otras imágenes de las que hasta ahora hemos visto. Hay mucha gente con visiones frescas, del arte o de la producción artística, de la estética o de la no estética. Los límites se han desdibujado entre la producción artística y las disciplinas paralelas. El arte podría invadir ahora perfectamente territorios que antes no tocaba o viceversa, disciplinas paralelas pueden invadir el territorio del arte y crear híbridos ¿no? que están contemplados dentro de la producción artística contemporánea como muy válidos. El problema es si logras algo contundente o no y ya no importa el camino o el lenguaje. Hoy en día el proceso o la acción es el producto en sí. Hay mucha gente que está envuelta en ese tipo de lenguajes. No importa ni la técnica ni el formato lo que importa es el uso inteligente, profesional, coherente y convincente. Importa la imagen y si no hay imagen no hay memoria. Y si no hay memoria no hay nada. Sino queda en la memoria algo motivador no pasa nada. Cuando una imagen queda impregnada en la memoria entonces podemos conversar de algo que está pasando. Es una marca en la memoria del observador.
Precisamente si hablamos de la memoria colectiva, por estos días la política como tantas otras veces no está dejando nada bueno.
Vivimos un momento mediocre. Mira la revocación del indulto a Fujimori son ellos mismos lo que la han provocado. Y es que aquí no hay psicoanálisis. Fuerza Popular ha provocado toda esta mediocridad en la que vivimos día a día, la corrupción del poder y la no compresión de lo que hacen.
¿Todo esto no hace que te provoque irte del Perú?
Es que el Perú es esta casa y lo que yo hago dentro. Mi hogar, mi taller, mis amistades, mis amores, mis vínculos, mis cariños, los afectos, eso es el Perú, el resto son fantasías. Volver a salir del Perú y vivir en otro lado ya no. Yo soy un hombre mayor.

Inevitablemente. Tengo 69 años satisfactoriamente vividos. Siempre hice lo que yo quise hacer. En una época tuve que imponerme. Recuerdo que mi mamá al poco de estar aquí de nuevo me dijo que debía ir a trabajar. Por ese entonces era una época difícil porque no se vendía y no había dinero. Al inicio lograr un mercado es como levantar un edificio. Mi hermana y su esposo, que en paz descansen, me compraban casi todo, eso me ayudó a permanecer haciendo lo que deseaba sino hubiese tenido que hallar la forma de ganarme el sustento.
Y ahora tienes un prestigio y una reputación ganada, luego de todos estos años. ¿Sientes que se te ha reconocido?
Sí, absolutamente. Hay quienes me admiran; otros que no. Consumen lo que yo hago.
¿No sientes que tu evolución como artista se ha detenido, sino que continúa fluyendo?
No. Mi producción siempre ha sido muy amplia. He investigado por todos lados y tengo varias zonas de interés. Y mi vida no solo tiene que ver con la producción artística, soy una persona que se interesa muchísimo en la historia. Entonces me paso horas leyendo libros físicos que colecciono. Muchas veces compro solo por comprar y lo hago por intuición. Tres años después el libro me llama y empieza a vibrar. Me gusta el objeto libro. Es verdad que aquí tienes que decidir entre comer o comprarte un libro sobre todo entre las grandes masas. Aquí no hay subsidio para el libro. Yo creo que el gran problema del país es la educación y no soy el único que lo dice. Lamentablemente en este país la educación es terrible y esa es la consecuencia de lo que vivimos. La educación es la herramienta. Hay carencia de inversión en cultura por parte del estado. Aquí no hay orgullo hacia lo que el artista peruano produce. En otros países como México o Brasil lo consumen, lo admiran y lo favorecen. También hace falta la comprensión de la diversidad.
Y de eso quería preguntarte de las personas que no aceptan la diversidad…
Es que a veces las personas son ciegas porque se están violando los derechos de las personas y no solamente de la gente que es distinta sino también la violación de niños porque Con Mis Hijos no Te Metas se lo están diciendo a las personas equívocas, deberían voltear y decírselo a ellos mismos, ¿Quiénes son los que están violando a sus hijos? Son los curas y no hay justicia para ellos. La religión es una tara en muchos casos cuando es mal comprendida cuando los mensajes religiosos de los grandes pensadores o profetas o santos son interpretados por imbéciles. El representante de Con Mis Hijos No Te Metas es un perfecto idiota, es un tipo que no sabe de lo que habla, porque esa homofobia habla de sus problemas personales. El tema de género se ha convertido en una especia de cuco para los imbéciles, estamos rodeado de ellos.
Tú sabes que La Revista Diversa está enfocada al tema de la diversidad LTGBQ, que ahora tiene más letras.
(Risas) Ya no comprendo que quieren decir, pero q es de queer ¿no?
En tu caso, mencionabas al comienzo de la entrevista que tus padres siempre fueron liberales, entonces ¿cómo fue tu caso?
Yo lo sentí siempre, en mi caso siempre fue claro como una cierta bisexualidad. No sé si sea cultural pero las chicas siempre han estado cerca de mí. Yo recuerdo que la diferencia fue muy marcada. En el colegio La Salle había varios y en el colegio militar yo era el objeto del deseo, pero era un niño, el deseo lo tenían ellos yo no. Ellos querían destruir lo distinto a través del bullying y la seducción.
¿Sentiste que te seducían?
El ochenta por ciento de mi salón de treinta personas. No fui una victima porque le di vuelta a la situación desde el momento en que vi ese deseo en ellos. Ahí empecé a manejarlo, yo sabía con quién qué. Algunos querían masturbarse conmigo o tocarme o que los toque, etc., etc. Yo solo se lo permitía a quiénes me convenían políticamente. Había momentos de placer y gran excitación dependiendo de las circunstancias, pero traían sus consecuencias porque el tema era que si algo había sucedido con alguien ese alguien lo proclamaría. Porque el que te tira no es maricón sino el que se deja tirar. Cuando tomé conciencia de la transacción y que cosa me permitía la transacción de los otros en vez de convertirme en una víctima sencillamente era quien decidía las cosas.
Y te casaste…
Es que nunca vi mi sexualidad como un conflicto o un misterio, no me he sentido limitado, nunca tuve problemas por ello. Me casé con una mujer que sabía que yo era gay y para ella no fue un impedimento. Me dio una hija que agradezco al cielo haberla tenido. Me dio una visión que yo no quería vivir, el matrimonio (risas) ni con un hombre ni con una mujer. Tampoco fue un secreto, pero tampoco fui de proclamarlo. Nunca estuve en el closet. Si mis padres no lo vieron es porque estaban ciegos. Te cuento que mi hermano se casó con una señora de una familia limeña y uno de sus primos me hacía invitaciones y yo fui un par de veces a visitarlo, me recibía muy seductoramente pero no me parecía una persona atractiva solo me gustaba el hecho de que fuese arquitecto y sentía cierto gusta por la seducción, pero él como persona no.
Recuerdo que le comenté a mi mamá esto mientras ella se peinaba frente al espejo, casi como una imagen de cine. Yo le decía mira este tipo me ha estado invitando y pienso que es homosexual y mi mamá volteó preguntándome ¿y tú no?
¿Qué dijiste tú?
Me agarró en seco. No recuerdo que respondí, pero fue una forma muy buena de buscar el diálogo conmigo.
¿Has tenido pareja hombre entonces?
Pienso que no he sido bueno para tener parejas. Creo que he tenido más parejas mujeres de forma estable que hombres. Estuve en una relación con una mujer durante cinco años muy buenos y fueron mejores que las dos que traté con dos chicos, porque en esto hubo infidelidad y mentira, no sé si siempre es así, pero fue lo que me tocó. Hace doce años inicié una relación con alguien de tipo pareja y sigue siendo para mi la persona más cerca en mi vida. No somos pareja, pero su familia se ha convertido en la mía, sus padres me han adoptado. El sexo ya no está de por medio, pero hay un enorme cariño y una lealtad grande.
¿Has estado alguna vez en una marcha del orgullo?
No porque soy agorafóbico. En París fue un par de veces a saunas gay pero nunca pude quedarme porque me sentía asediado con tanta gente.
¿En cuánto tiempo ves la salida del matrimonio igualitario o más derechos por la igualdad LTGBQ?
En unos cinco o diez años. Hace falta sensibilizar y derrocar a esta gentuza que sale a decir con mis hijos no te metas. Esos incultos e imbéciles porque sabes tú no temas con mis hijos. Mientras esta gente siga teniendo cierta resonancia entonces no va a suceder. Cuando uno se mire a sí mismo un poco más y comprenda que las personas somos muy distintas y todos merecemos el mismo respeto entonces ahí cambiaremos.
¿Te sientes representados por congresistas como De Belaunde o Bruce?
Yo no me siento representado por nadie, pero los admiro por que representan a un grupo de personas que no tienen una voz, pero me gustaría ser representado por Susy Díaz porque ella tiene picardía. Es un personaje que me enterneces y me hace reír. Ella comprende muy bien su papel y lo hace muy bien.
¿Y qué planes para el futuro próximo?
Este año para mi ha sido muy difícil, yo tenía programada una muestra el próximo año por mis setenta años. Lo que pasa es que mi hermana falleció de forma inesperada y luego mi cuñado cuatro meses después y eso me tenido en duelo con la familia y no he podido concentrarme. A partir de agosto volví al taller y he decidido que vaya poco a poco que fluya todo.
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