Por Amor Al Arte por NORA AGUILAR:
Por Nora Aguilar (Desde México)
“La vida que quiero, la que elijo, la que me tocó… como me muestro, como soy, como me ven”
Todos los seres humanos llevamos máscaras en la vida, donde ocultamos lo que somos, lo que duele y lo que NO queremos que los demás aprecien de nosotros por el temor a ser juzgados, rechazados y señalados. En general, todos en nuestra vida tenemos una parte donde fuimos dañados y ese es el reflejo que no queremos que otros noten en nosotros porque quizá se tornó a un herida difícil de sanar o sí sanó es una cicatriz que a pesar del tiempo perdurará para recordarnos la debilidad de nuestro ser, de nuestra persona.
Hoy, más allá de los temas sentimentales, más allá de los temas de desconfianza en una relación, más allá de la infidelidad y mucho más allá del tema de pareja quiero (a petición de una amiga) hablar a cerca de un tema que pertenece al #1 en el rainking de las depresiones en familia, al sentirse acorralado y no saber qué hacer, cómo actuar o cómo salir de este abismo donde cada paso para salir es hundirse un poco más… Las adicciones.
Y hablo de las adicciones en general porque no solo hay adicciones a las drogas (que fue la idea principal para desarrollar este post) sino que todos en algún momento nos inmiscuimos en alguna adicción que nos perjudica de cierta manera, “todo en exceso hace daño” , todo en exceso es dañino o perjudicial para nuestra vida y no solo en la salud.
¿Te has puesto a pensar, todas las personas que existimos en este planeta? somos millones de seres humanos aquí en la tierra con un fin común; “vivir”., ¿cuántas veces al ir caminando en la calle te detienes a mirar a una persona y puedes percartarte cuál es la situación que está pasando él o ella? Apuesto que nunca, y quizá sea porque a veces sentimos que lo único realmente importante es lo que nos pasa a nosotros sin importarnos lo que las demás personas sientan, pero sabiendo escuchar y analizar los comportamientos de otras personas, aprendemos a conocernos a nosotros mismos…
Las adiciones las voy a definir como esa manera de adherirnos a algo dañino, ese mal necesario que todos sentimos que es indispensable en algún momento de nuestra vida, y digo “manera de adherirnos” porque al fin de cuentas nadie nos obliga a hacerlo, somos nosotros los que buscamos hacerlo porque las adicciones nunca nos buscan a nosotros y hablando de las drogas es la manera más fácil, más común y más práctica de huir de nuestra realidad que a veces es sumamente dolorosa.
Las drogas, palabra que causa un revuelo impresionante al ser escuchada en la sociedad, porque desde pequeños nuestros padres nos dicen que son malas, que no dejan nada bueno, y aparte dañan nuestra salud de una manera impresionante, pero, ¿te has preguntado por qué una persona es adicta? muchos juzgamos el hecho de que quizá creció en un ambiente que le faltó comunicación y educación por parte de sus padres, otra veces pensamos que es un chico/a rebelde y que lo hace por llamar la atención o qué creció en un ambiente donde el papá, la mamá o quién quiera que estuvo en su crecimiento era adicto y ese fue el ejemplo que el chico/a vio desde pequeño y no le quedó de otra que seguir los pasos de se semejante, pero estoy segura que una persona también es adicta porque así huye de sus problemas, (como lo comenté anteriormente), y es que hablando químicamente de las drogas, éstas sustancias contienen químicos que nos hace sentir por un momento que somos los dueños del mundo, que no hay nada que tenga mayor importancia que sentirnos felices y plenos, que por ese momento nos sentimos la persona más genial e importante del mundo, que nada más importa, que todo mal desaparece y nada importa, pero eso, eso solo duda un momento.
Hay personas que en su etapa de jóvenes probamos el alcohol, la marihuana, la cocaína, etc; solo por el hecho de “saber a qué sabe” la curiosidad nos invade cuando en tu grupito de amigos todos lo hacen y no pasa nada y dices ¿yo por qué no? y se hace constante esa manera de pensar hasta que al pasar de los días ya no puedes vivir sin sentirte alcoholizado, sin sentir esa sustancia en tu cuerpo y lo haces más seguido hasta que caes en ese círculo vicioso en el que por “curiosidad” te sientes la persona más “chingona” del planeta, y a todo esto se le une la depresión, los problemas en casa, los problemas con tu pareja y sientes que todos están en tu contra cuando tú lo único que estás haciendo es divertirte pero nadie entiende eso.
Estas sustancias hacen que te sientas la persona más feliz del mundo y a veces la más miserable de todas, ¿que pasa cuando hay familia de por medio? que pasa cuando tienes un hijo y eres su reflejo, que pasa cuando sabes que todo lo que haces tiene repercusiones en ese pequeño infante que te ve con ojos de gloria, y que sabes que la forma en qué te comportes con él depende que sea un niño felíz o un niño triste y marcado por cómo lo tratas o cómo lo trataste, pero quizá no lo sepas y por eso actúas de esa manera.
Los trastornos psicológicos y el comportamiento de un niño dependen la mayoría de las veces del comportamiento que han tenido sus padres o las personas que están con ellos desde bebés, ¿te has puesto a pensar cómo quieres que te vea tu hijo? la mayor parte de las veces nuestros hijos nos ven como los héroes de sus vidas, las personas que todo lo pueden, el ejemplo a seguir. ¿Has escuchado la frase “cuando crezca quiero ser como tú”? Y es que la mayor parte de los niños cuando están pequeños quieren ser como sus padre y nosotros como padres no nos hemos sentado a pensar cuál es la imagen que queremos darle a nuestros hijos, solo actuamos y nos dejamos llevar por lo que nosotros sentimos, pero detrás de nosotros viene un pequeño siguiendo nuestras huellas, de que sea un chico fuerte y valiente, feliz y dichoso, depende en 100%, en su totalidad de nosotros como padres.
Las drogas son el motivo número uno de que una persona haga cosas deshonestas, por no tener dinero para conseguirlas, roba, mata y hace cosas que no debe hacer, antes de caer en ese círculo para sentirte feliz, siéntete feliz cuando escuchas a tu hijo sonreír, feliz al ver que estás haciendo un buen trabajo al ser el mejor ejemplo para tu hijo y te juro que eso es la mejor dopamina.
Vive con el interés de ser mejor persona para ti, para tu familia y para el pequeño ser que no sabe nada del mundo, ese que sigue tus pasos con toda certeza de que el camino que va a recorrer será el mejor, porque él confía en ti ¿pero tú confías en ti?
Todo se puede controlar ¿por qué tratar de ser feliz unas horas cuando lo puedes ser de por vida, sin dañar la salud tuya y la de los que te rodean? Recuerda que las adicciones están a la vuelta de la esquina, no te adhieras a ella deja que pasen de largo, que tu felicidad dependa de cualquier cosa menos de una sustancia… ;)
“La vida que quiero, la que elijo, la que me tocó… como me muestro, como soy, como me ven”
Todos los seres humanos llevamos máscaras en la vida, donde ocultamos lo que somos, lo que duele y lo que NO queremos que los demás aprecien de nosotros por el temor a ser juzgados, rechazados y señalados. En general, todos en nuestra vida tenemos una parte donde fuimos dañados y ese es el reflejo que no queremos que otros noten en nosotros porque quizá se tornó a un herida difícil de sanar o sí sanó es una cicatriz que a pesar del tiempo perdurará para recordarnos la debilidad de nuestro ser, de nuestra persona.
Hoy, más allá de los temas sentimentales, más allá de los temas de desconfianza en una relación, más allá de la infidelidad y mucho más allá del tema de pareja quiero (a petición de una amiga) hablar a cerca de un tema que pertenece al #1 en el rainking de las depresiones en familia, al sentirse acorralado y no saber qué hacer, cómo actuar o cómo salir de este abismo donde cada paso para salir es hundirse un poco más… Las adicciones.
Y hablo de las adicciones en general porque no solo hay adicciones a las drogas (que fue la idea principal para desarrollar este post) sino que todos en algún momento nos inmiscuimos en alguna adicción que nos perjudica de cierta manera, “todo en exceso hace daño” , todo en exceso es dañino o perjudicial para nuestra vida y no solo en la salud.
¿Te has puesto a pensar, todas las personas que existimos en este planeta? somos millones de seres humanos aquí en la tierra con un fin común; “vivir”., ¿cuántas veces al ir caminando en la calle te detienes a mirar a una persona y puedes percartarte cuál es la situación que está pasando él o ella? Apuesto que nunca, y quizá sea porque a veces sentimos que lo único realmente importante es lo que nos pasa a nosotros sin importarnos lo que las demás personas sientan, pero sabiendo escuchar y analizar los comportamientos de otras personas, aprendemos a conocernos a nosotros mismos…
Las adiciones las voy a definir como esa manera de adherirnos a algo dañino, ese mal necesario que todos sentimos que es indispensable en algún momento de nuestra vida, y digo “manera de adherirnos” porque al fin de cuentas nadie nos obliga a hacerlo, somos nosotros los que buscamos hacerlo porque las adicciones nunca nos buscan a nosotros y hablando de las drogas es la manera más fácil, más común y más práctica de huir de nuestra realidad que a veces es sumamente dolorosa.
Las drogas, palabra que causa un revuelo impresionante al ser escuchada en la sociedad, porque desde pequeños nuestros padres nos dicen que son malas, que no dejan nada bueno, y aparte dañan nuestra salud de una manera impresionante, pero, ¿te has preguntado por qué una persona es adicta? muchos juzgamos el hecho de que quizá creció en un ambiente que le faltó comunicación y educación por parte de sus padres, otra veces pensamos que es un chico/a rebelde y que lo hace por llamar la atención o qué creció en un ambiente donde el papá, la mamá o quién quiera que estuvo en su crecimiento era adicto y ese fue el ejemplo que el chico/a vio desde pequeño y no le quedó de otra que seguir los pasos de se semejante, pero estoy segura que una persona también es adicta porque así huye de sus problemas, (como lo comenté anteriormente), y es que hablando químicamente de las drogas, éstas sustancias contienen químicos que nos hace sentir por un momento que somos los dueños del mundo, que no hay nada que tenga mayor importancia que sentirnos felices y plenos, que por ese momento nos sentimos la persona más genial e importante del mundo, que nada más importa, que todo mal desaparece y nada importa, pero eso, eso solo duda un momento.
Hay personas que en su etapa de jóvenes probamos el alcohol, la marihuana, la cocaína, etc; solo por el hecho de “saber a qué sabe” la curiosidad nos invade cuando en tu grupito de amigos todos lo hacen y no pasa nada y dices ¿yo por qué no? y se hace constante esa manera de pensar hasta que al pasar de los días ya no puedes vivir sin sentirte alcoholizado, sin sentir esa sustancia en tu cuerpo y lo haces más seguido hasta que caes en ese círculo vicioso en el que por “curiosidad” te sientes la persona más “chingona” del planeta, y a todo esto se le une la depresión, los problemas en casa, los problemas con tu pareja y sientes que todos están en tu contra cuando tú lo único que estás haciendo es divertirte pero nadie entiende eso.
Estas sustancias hacen que te sientas la persona más feliz del mundo y a veces la más miserable de todas, ¿que pasa cuando hay familia de por medio? que pasa cuando tienes un hijo y eres su reflejo, que pasa cuando sabes que todo lo que haces tiene repercusiones en ese pequeño infante que te ve con ojos de gloria, y que sabes que la forma en qué te comportes con él depende que sea un niño felíz o un niño triste y marcado por cómo lo tratas o cómo lo trataste, pero quizá no lo sepas y por eso actúas de esa manera.
Los trastornos psicológicos y el comportamiento de un niño dependen la mayoría de las veces del comportamiento que han tenido sus padres o las personas que están con ellos desde bebés, ¿te has puesto a pensar cómo quieres que te vea tu hijo? la mayor parte de las veces nuestros hijos nos ven como los héroes de sus vidas, las personas que todo lo pueden, el ejemplo a seguir. ¿Has escuchado la frase “cuando crezca quiero ser como tú”? Y es que la mayor parte de los niños cuando están pequeños quieren ser como sus padre y nosotros como padres no nos hemos sentado a pensar cuál es la imagen que queremos darle a nuestros hijos, solo actuamos y nos dejamos llevar por lo que nosotros sentimos, pero detrás de nosotros viene un pequeño siguiendo nuestras huellas, de que sea un chico fuerte y valiente, feliz y dichoso, depende en 100%, en su totalidad de nosotros como padres.
Las drogas son el motivo número uno de que una persona haga cosas deshonestas, por no tener dinero para conseguirlas, roba, mata y hace cosas que no debe hacer, antes de caer en ese círculo para sentirte feliz, siéntete feliz cuando escuchas a tu hijo sonreír, feliz al ver que estás haciendo un buen trabajo al ser el mejor ejemplo para tu hijo y te juro que eso es la mejor dopamina.
Vive con el interés de ser mejor persona para ti, para tu familia y para el pequeño ser que no sabe nada del mundo, ese que sigue tus pasos con toda certeza de que el camino que va a recorrer será el mejor, porque él confía en ti ¿pero tú confías en ti?
Todo se puede controlar ¿por qué tratar de ser feliz unas horas cuando lo puedes ser de por vida, sin dañar la salud tuya y la de los que te rodean? Recuerda que las adicciones están a la vuelta de la esquina, no te adhieras a ella deja que pasen de largo, que tu felicidad dependa de cualquier cosa menos de una sustancia… ;)
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