EL CLOSET ABIERTO LES CON VERO FERRARI
Hace casi dos meses, la activista lasbiana Vero Ferrari estuvo en el ojo de la tormenta por acusaciones de dos ex parejas que la denunciaron a través de las redes sociales por supuestos abusos, denuncias que la feminista siempre negó totalmente. Nos pusimos en contacto con ella para que nos cuente todo sobre este caso y exponga su verdad en EL CLOSET ABIERTO.
Tu caso ha tenido efecto mediático en la prensa nacional y digital, lo más reciente fue el "reportaje" para Utero.pe hecho por Paola Ugaz y Andy Livise.
Vero Ferrari: Sí, es lo último que salió, primero una andanada de noticias falsas sobre la base de un post de facebook de la pareja actual de mi ex, en donde miente sobre mí, y luego esta supuesta “investigación”. Cualquiera que lee esa nota del Útero, que es firmada por una periodista que tiene prestigio porque ha ganado incluso un premio nacional, se sorprende de ver la poca rigurosidad con la que ha sido hecha. Te dan tres declaraciones, las de ellas y la mía, y prácticamente le piden al lector que elija cuál le gusta más, eso es todo; en otros ámbitos a eso lo llamarían “chismes”, pero aquí lo han llamado “investigación”, y pretenden hacerlo pasar como un trabajo comprometido con la violencia contra las mujeres, pero lo único que han hecho es contar algunas situaciones que vivimos como pareja y, a través de una redacción malintencionada y bastante conservadora, en el sentido más puritano del término, intentar sustentar que lo que dicen ellas es “violencia” y que yo fui una “agresora”. No sé si al final la supuesta investigación termina beneficiándome a mí por los comentarios que he visto, porque la lees y te preguntas, ¿esto realmente merecía todo ese cargamontón? Hay cosas de las que yo recién me entero ahora como que hubo mujeres heterosexuales que fueron obligadas a besarse, la molestia por una foto que no fue tomada, pedidos de participar en entrevistas que nunca sucedieron, además de rupturas, celos y desencantos, y todo redactado con un lenguaje tan macabro, por decir lo menos, que parece una novela de Bram Stoker. Yo me sigo preguntando en dónde están sus fuentes, sus testigos, otros testimonios o algún documento para verificar la información que han difundido hasta ahora, cómo han cruzado la información y qué clase de periodismo hace esta gente.
Por qué crees que tus exparejas han escogido precisamente este momento para denunciarte por supuesta agresión psicológica, ¿qué intenciones tendrían para hacerlo?
Primero habría que señalar que no existe ninguna denuncia formal, lo que han hecho es escribir en facebook lo que les ha parecido que fueron sus vidas conmigo, pero eso lo hicieron hace algún tiempo, la primera hace tres o cuatro años, y la segunda hace dos me parece. Lo que termina detonando esta situación de desinformación de la que se cuelgan las plataformas conservadoras homofóbicas y la prensa de derecha, es la publicación de la pareja de una de ellas, en donde señala que yo tengo “dos denuncias por agresiones”. Es evidente que aprovecharon un momento en donde una denuncia de violencia de una militante del Nuevo Perú, que fue reconocida por el agresor, estaba siendo noticia, y se colgaron de eso para ver si a mí también me echaban de mi partido como hicieron con este militante, y como intentaron hace algunos años, pero, primero, yo no tengo ningún cargo de dirección, segundo, ellas nunca presentaron una denuncia formal a mi partido, y tercero, sus “denuncias” no tienen ningún sustento; a pesar de que hubo un acercamiento para que lo hagan, antes y ahora, y todo proceda por la vía legal, con acompañamiento y soporte, prefirieron ir al Útero. Ahí puedes darte cuenta de cuáles fueron las reales intenciones.
En tiempos de la posverdad, muchas veces cierta prensa condiciona, dirige o construye la noticia, ¿sientes que es el caso frente a la forma cómo han tratado la información? ¿De dónde vendría esto? ¿Una jugada política del conservadurismo homofóbico más recalcitrante?
Es evidente que la prensa muchas veces no suele asumir su responsabilidad por la información que difunde. Sobre lo mío, por ejemplo, medios como El Comercio, Perú 21 y Canal N asumieron que las denuncias eran sobre agresiones físicas y psicológicas. Nunca me buscaron, no me preguntaron nada, simplemente copiaron y aumentaron lo que decía la pareja de mi ex en su post. Y aquí no estamos hablando de violencia física o de violencia sexual, no estamos hablando de situaciones de maltrato, insulto, humillaciones, amenazas, chantaje, que es lo que involucra la violencia psicológica, que son situaciones fuertes, horribles, que viven muchísimas mujeres, que no pueden ser banalizadas con acusaciones como “quería que ponga mi nombre en un artículo” o “su amiga me dijo que tengo que acostumbrarme a que las chicas le coqueteen”. ¿En dónde se ha visto que algo así pueda llevar a que se llame “agresora” a una persona? ¿En dónde se ha visto que los periodistas no investiguen y solo publiquen declaraciones? Hay un enorme peligro en estos medios que difunden cualquier cosa, y que luego, para darle un cariz de seriedad, llaman a una periodista de prestigio para insinuar, por los casos que ha investigado, que soy una especie de depredadora sexual, o a alguna profesional, como en este caso a una psicóloga, que sobre la base de las declaraciones de ellas, me hace un perfil casi criminal. Eso es sumamente irresponsable, el ejercicio de una profesión no debería permitir este tipo de manejos antiprofesionales, antiéticos.
Las redes sociales ayudan o destruyen, casos tenemos muchos, tú, que eres una figura pública activista y militante, ¿cuál es tu impresión sobre las reacciones en redes sociales?
Desde que empecé a ser activista a mí me han intentado “destruir”, han intentado silenciarme, que no haga nada de lo que hago, que no diga lo que digo, que no publique nada. Mi discurso no suele ser agradable y no es concesivo. A la derecha, a la homofobia y al machismo no les gusta eso, y a muchas personas dentro del movimiento, tampoco, porque tal vez sienten se les quita protagonismo o algún tipo de representación, qué sé yo. La reacción en redes acerca de las acusaciones era de esperarse, por un lado los fanáticos homofóbicos iban a intentar deslegitimar al feminismo y al movimiento Ni una menos, y por el otro, la derecha iba a intentar deslegitimar al Nuevo Perú y a su líder. Es inevitable que salgan una serie de troles a querer aprovecharse de eso haciéndome memes en donde dicen que golpeo a mis parejas, columnistas de derecha usando sus espacios en medios para lanzar sus resentimientos contra mí, o incluso compañeras feministas que mucho cariño no me tienen. A estas alturas nada es nuevo. Habrá gente que sacará la paja del trigo y valorará lo que se ha dicho de mí, si les interesa saber realmente lo que ha pasado; y otra gente se quedará con la paja y asumirán las mentiras como ciertas. Sobre eso, yo no puedo hacer nada más que lo que he venido haciendo todo este tiempo: defenderme con pruebas, con testigos y con la frente en alto.
¿Qué tienes pensado hacer para defenderte de las acusaciones?
Hay un proceso por difamación agravada en curso, ya está en el juzgado correspondiente a la espera de que las partes sean notificadas. Me ha costado hacerlo, primero, porque estas acusaciones me han perjudicado laboralmente, me he atrasado en mi trabajo, incluso ya no podía ni concentrarme en hacerlos por estar pendiente de defenderme continuamente de los ataques que sufría de un sinnúmero de personas. Han hecho encuestas para sacarme de grupos de facebook, y me han sacado. He perdido a algunas personas que consideraba amigas en el camino, aunque me he quedado con las mejores, que es una de las cosas buenas que pasan en estas situaciones. Han intentado perjudicarme en el Hay Festival de Arequipa diciendo que un congresista no participó en mi mesa porque estaba yo, y, a pesar de eso, las dos mesas en las que estuve fueron un éxito de público y comentarios. En la Feria del Libro de Trujillo cancelaron una mesa mía. En estos momentos no tengo trabajo y cargo con ese estigma. Me perjudica emocional, económica, social y laboralmente. Así al comienzo lo tomara tranquilamente, porque sé que todo es falso, con el paso de los días, defenderme continuamente de tantas mentiras, porque cada día había una acusación nueva y más delirante que la anterior, era desgastante y pesaba, y también desgasta y pesa a las personas que me quieren. Estas acusaciones no me callarán ni harán que desaparezca, pero sí afectan mi estabilidad emocional y laboral, y logran hacer mi vida más precaria de lo que ya es.
¿Cómo va el proceso de investigación de tu caso en el movimiento Nuevo Perú?
Está siguiendo su curso supongo. He tenido una reunión previa para informar sobre los hechos. Hay una Comisión de Ética que ha formulado una serie de lineamientos a seguir cuando existan este tipo de casos. Pero más allá de eso, no sé nada. No existe una acusación contra mí de ninguna de las dos partes involucradas, como te digo, desde el Nuevo Perú intentaron un acercamiento, pero no pasó nada. Lo único que sé es que hay una carta notarial, que no ha llegado a mi casa, sobre un post que hice defendiéndome de las acusaciones que me hacen. Lo que pretenden las personas que me acusan es que ni siquiera pueda defenderme, y eso es inaceptable y no pienso permitirlo.
¿Crees que van a seguir denunciándote en las redes?
Espero que no, espero que esto cese, aunque quién sabe, en unos años pueden salir nuevamente estas dos personas a inventar nuevas acusaciones o ponerles más detalles. Lo único que yo puedo decir es que nunca he violentado a ninguna de mis parejas, ni física, ni verbal, ni psicológicamente. Lo repetiré hasta el cansancio, porque estoy segura de lo que digo. Yo no puedo hacerme responsable de cosas que no hice. A ellas las he amado muchísimo, las he apoyado, estuve a su lado en momentos difíciles de sus vidas, intenté protegerlas, sostenerlas y acompañarlas en cada decisión que tomaran para que no se sintieran solas, porque las personas LGTBI se enfrentan a mucha violencia en sus hogares, y por ende, a mucha soledad y sufrimiento. No digo que yo sea perfecta, que no tenga una serie de carencias, que las relaciones no sean desiguales per se y que no haya cometido errores, pero no fui mala y no fui violenta con ellas. Es evidente, también, que cada quién lo termina valorando como quiere, la subjetividad es propia, única, personal y una puede terminar interpretando una situación completamente diferente a como la valora la otra, eso es inmanejable.
¿Este momento te ha hecho más fuerte en tu activismo lésbico LTGBQ?
No creo que alguien que atreviese mentiras y difamaciones pueda salir incólume de una situación así. Puedo decir que estoy más fuerte, pero también todo lo contrario, me siento más sensible, más emocional, incluso más cuidadosa con la gente que se me acerca, me saluda y quiere conversar conmigo, más vigilante de los pasos que doy y a dónde voy. Incluso a veces tengo miedo de ataques o violencia de terceros. Puedo decir que estoy fuerte porque he recibido mucho apoyo, muchas palabras reconfortantes de gente conocida y desconocida, que me han demostrado día a día cuánto me aprecian, y porque sé quién soy, pero a veces también tengo miedo, y es algo con lo que ya vivo. A veces me apena recordar a la gente que me dio la espalda y a las amigas que perdí. Antes vivía con miedo a ser lesbiana, en algún momento ese miedo se convirtió en orgullo, ahora vivo cargando un estigma, uno basado en mentiras.
¿Te consideras una de las líderes lésbicas representativa de los últimos cinco años en el Perú luego de haberse colocado el tema de la igualdad de derechos parte de la agenda pública a raíz del proyecto de unión civil?
Intento no ser líder de nada ni de nadie, ni cuando era la presidenta del MHOL me veía como LA PRESIDENTA del MHOL, en el fondo me dan risa los títulos y toda esa parafernalia. Me gusta verme más como una compañera, que como alguien a quién seguir, una persona entregada a un fin. Mi timidez no ha cambiado ni con el paso de los años. Me gusta seguir a líderes, me gusta confiar en alguna gente, me gusta ver cómo destacan y cómo la gente se llena de esperanza escuchando lo que dicen y cómo lo dicen. Todo lo que hago no es con un fin de posicionarme, soy introvertida, pero el feminismo me dio tantas cosas buenas que no puedo guardármelas, me gustaría que más gente pudiera tener ese nivel de visibilización, y sea oída y sus opiniones sean relevadas, seguidas y tomadas en cuenta y no parecer la única lesbiana que habla de estos temas, eso tal vez me hubiera ahorrado un montón de problemas. Puede parecer anecdótico, pero hay algo que siempre me perturba cuando voy a hacer una charla o dar una conferencia. La peor parte para mí es la presentación inicial, cuando dicen todo lo que hago, mis títulos, mi chamba, mi CV. No puedo soportarlo, me siento avergonzada, me sonrojo, no sé cómo hay gente que tranquilamente puede mandar una presentación de dos páginas y esperar que otro los lea y que el público lo escuche sin sentir ningún tipo de extrañamiento por ello, me parece de una vanidad insoportable. No me gusta que hablen de mí, me gusta decir lo que tengo que decir y que esto no se asuma como que lo dijo alguien, sino como un sentir distinto, una vuelta al sentido común o un posicionamiento radical de alguien que tiene el derecho de opinar como tantos otros. El feminismo y los derechos LGTBI llegan y deben seguir llegando a muchísima gente sin necesidad de un nombre que los avale y eso es lo correcto.
¿Tienes entre tus planes a mediano o largo plazo seguir avanzando en el terreno político a través de la representación en el congreso como sí lo han hecho tus pares gay?
No sé, primero, porque no solo depende de mí, depende del partido y lo que sea mejor para este. Segundo, porque veo a mis compañeras del Nuevo Perú bregando en un mar de tiburones, con el desgaste emocional que eso implica, que cualquiera tendría que pensarlo mucho y tener un ánimo y una voluntad bien especial para enfrentarlo. Aunque sí vale la pena enfrentarse a esta gente horrible que ahora ocupa esos lugares en el Congreso, y que cada vez ellos sean menos y nosotros más. Y también me parece sumamente simbólico y potente que haya políticas abiertamente lesbianas en el poder, por una cuestión de justicia. Espero que hasta el 2021 aparezcan más lesbianas visibles con ganas de cambiar el Perú y que tengan la posibilidad de postular y representarnos.
¿Cómo ves el futuro del Nuevo Perú, movimiento en el cual estás apoyando una eventual candidatura de Verónika Mendoza?
Creo que es una enorme posibilidad en un país que parece caerse a pedazos por la corrupción generalizada. Tiene muchos miembros jóvenes, es un partido feminista, que lucha por la paridad, que apuesta por todas las poblaciones vulnerabilizadas, que se arriesga y no cambia su discurso según viene la ola, sino que está por encima de la ola. Tenemos una gran líder, comprometida, honesta, inteligente, principista. Tenemos suerte de contar con ella, frente a los mismos políticos de siempre y la incapacidad de renovación del espectro político. A mí, el Nuevo Perú me devuelve la esperanza.
¿Qué tal las actividades con la Escuela Feminista Itinerante, cuáles son los próximos desafíos?
Hemos tenido una gran chamba desde junio que empezamos la iniciativa. Pudimos viajar a varios sitios llevando nuestra metodología que ha ido mejorando en el camino según las experiencias y necesidades que veíamos en las participantes. Ha sido un proceso hermoso lleno de expectativas, aprendizajes, retos y valentía. No es fácil ser feminista o simplemente defender los derechos de las mujeres y LGTBI ni en Huaraz, ni en Urubamba ni en Huacho ni en Comas. Creo que la EFI ha sido para mí una posibilidad de ser feliz y que muchas chicas sean felices, y me siento muy agradecida por ello. Los desafíos ahora son crecer, que haya más formadoras, llegar a distritos de Lima a donde no hemos podido llegar, y viajar a las regiones que nos faltan.
Algunos miembros de la propia comunidad LTGBQ peruana o no sé si decir limeña señalan como una crítica que existe mucho divismo o afán de protagonismo, ¿lo consideras así?
Si hay gente que se siente diva o protagonista, bien por ellos y ellas; si eso les hace sentir felices, bien por ellos y ellas, ¿quiénes somos nosotros para quitarles su felicidad? Que la gente sea lo que quiera mientras no perjudique a otros, porque si tu divismo o protagonismos son sobre la base del dolor y el perjuicio de los demás, no vale ni un poquito la pena.
¿Alguna reflexión? Nos imaginamos que seguirás dando la cara como hasta ahora con esa actitud visible que a muchos disgusta y otros adoran.
Creo que hay mucho que reflexionar sobre el amor romántico, sobre las relaciones tóxicas, sobre la violencia, sobre el feminismo incluso. Sobre la posverdad y el periodismo de investigación. Sobre cómo nos vemos a futuro en una sociedad en donde ya no suele importar la verdad, sino el escándalo, el morbo, el amarillismo. Sobre las relaciones lésbicas, el conservadurismo, la doble moral y el estigma. A mí me han dicho pedófila por estar con mujeres adultas, me han dicho agresora sobre la base de malestares de pareja. Un exprofesor me ha dicho psicópata porque le perdí un cuaderno de apuntes. Y todo públicamente. He visto a periodistas insultarme en sus facebooks, y a miembros de la comunidad LGTBI y feministas aprobar sus insultos y compartirlos. A columnistas compararme con depredadores sexuales. He visto hipocresía por montones. Y si de algo me siento orgullosa es de seguir sobreviviendo a la mentira.
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