EL CLOSET ABIERTO DELUXE: Liberado por el amor y la verdad, Krzysztof Charamsa
En el año 2015 su nombre estuvo en los principales titulares de los medios de comunicación del mundo, él es Krzysztof Charamsa, el sacerdote que se atrevió a ver la luz fuera del armario de la mano de su pareja Eduard Planas, pieza decisiva para que asuma su orientación sexual de forma visible en una entrevista al Il Corriere della Sera, el diario de mayor circulación en Italia. A sus 44 años, Charamsa es como él mismo lo afirma "un sacerdote homosexual, feliz y orgulloso de su identidad", porque sigue considerándose sacerdote, un sacramento inborrable dentro de los dogmas de la Iglesia en la cual el sirvió de forma oficial durante 17 años, de los cuales once estuvo nada menos como oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada precisamente de defender la doctrina de la Iglesia, esa contra la cual ahora lucha con todas su fuerzas pero que en su momento el Vaticano,como era previsible, castigó retirándole todos los cargos. En su recientemente publicado libro "La Primera Piedra" Krzysztof Charamsa un testimonio, valiente y honesto, en el que señala la forma en que la iglesia a la cual perteneció usa su poder para mantener como absolutas verdades que no lo son.
Puedes contactarte con él aquí.
Por Antonio Capurro
¿Cuánto ha cambiado tu vida desde el día en que dejaste el closet hace dos años, cuál fue el principal aprendizaje? ¿Fue una decisión que te costó mucho? ¿De qué forma afectó esto a tu entorno más cercano?
Ha cambiado solo para bien. He aprendido a afirmar quien soy sin vergüenza, sin miedo, sin odio y asco por mí mismo, como me había enseñado la Iglesia. He recuperado la dignidad como gay que la Iglesia me había robado. La decisión es tan dura como fuerte es la homofobia del ambiente dentro del cual debes confrontarte con la salida del armario. Dentro de la Iglesia Católica, de su inquisición, en el Vaticano es una experiencia de las más duras. Salir del armario allí es exponerse a la muerte social de tu entorno.
La iglesia que forma la homofobia de nuestras sociedades no merece jamás el perdón por como mis seres queridos y yo hemos tenido que sufrir por reacciones homofóbicas recibidas.
Hagamos un repaso de cómo fue el momento en que te diste cuenta que te gustaban los hombres, ¿tuviste miedo, te asustaste, demoró mucho tiempo el proceso de asumir tu verdadera orientación sexual?
No tuve miedo, sino terror. El terror de una persona creyente que confiaba totalmente en la ideología pseudocientífica de la Iglesia sobre las minorías sexuales y, que en un cierto momento de su ministerio descubres que está manipulada por un sistema católico que no quiere confrontarse con la realidad, con la ciencia, con la experiencia de las personas no heterosexuales.
En tus más recientes declaraciones afirmabas que "La Iglesia Católica continúa enseñando que los homosexuales no tienen capacidad de amar", ¿por qué a pesar de saber esto muchos jóvenes gay todavía insisten en ser curas?
Con la frase que recuerdas yo me refiero solo a los documentos del magisterio de la Iglesia, que son la doctrina obligatoria para todos los bautizados. La Iglesia sostiene que la sexualidad de los homosexuales no tiene “forma humana de relaciones de amor, las cuales pueden existir solo entre un hombre y una mujer, y no entre dos hombres o dos mujeres, dos personas humanas”. ¿De donde saben los expertos católicos, los expertos del papa Francisco, esta falsedad? Para muchos jóvenes gay creyentes (que sienten vocación de ser curas) es también una manera de esconder y neutralizar esta parte de ellos mismos que, por influjo de la Iglesia y de la sociedad homofóbica, los asusta y quieren rechazarla.
La doctrina y el catecismo no condenan la homosexualidad en sí sino los actos homosexuales, es decir el sexo entre dos hombres, y por consiguiente los hombres gay no pueden ni deben sentir placer o ejercerlo, ¿una forma de castración, no? En otras palabras la Iglesia Católica vive en lo que usted llama una ideología del pasado.
Sí, es la ideología de la heteronormatividad, según la cual existe solo la sexualidad hetero y todas las demás son desviaciones, patologías, enfermedades que deben curarse o eliminarse penalmente. Estoy de acuerdo con la comparación con castración en todos los sentidos: imponiendo por parte de la autoridad religiosa la falsedad en el imaginario común sobre la identidad de una persona o de un grupo (convenciendo a las masas creyentes que alguien está enfermo mental, cuando no lo estamod), se opera una forma de castración social, psicológica, eclesial, poniendo a la persona fuera de la ley y negándole el derecho a existir tal como es. Si varios países en el pasado obligaban a los gais a la castración química, la iglesia los obliga a la castración psicológica y espiritual por medio del terror a los gais que infunde en las masas. Para ser preciso, no estoy de acuerdo con la presentación que se hace de la doctrina católica: “no condenamos homosexualidad, sino solo actos homosexuales”. La doctrina católica condena también la homosexualidad “in se”, cuando la juzga como “objetivamente desordenada y no natural”. Esta es una evaluación que es en sí misma una condena. Algo objetivamente desordenado no puede existir, se debe neutralizar prohibiendo actos, penalizando la orientación sexual. La condena de los actos es la consecuencia de la condena de homosexualidad.
Además, la Iglesia promueve la discriminación de los homosexuales, independientemente de los actos. Un gay, aunque no tenga vida sexual, no puede ser cura porque – según la iglesia – tiene un trastorno mental. ¿No es esta una forma de condena? La doctrina de la Iglesia, que el papa Francisco ha desarrollado en lugar de eliminarla, invita a los católicos a no alquilar casas a los gais. Los gais no pueden ser profesores en escuelas, no pueden hacer el servicio militar, no pueden trabajar con niños, no pueden ser entrenadores deportivos ni socorristas en piscinas. Estas son las directivas de la Congregación para la doctrina de la fe. La iglesia también dice a los gais cómo pueden evitar esta “justa discriminación”: no deben jamás salir de armario. En realidad, es una perversa y diabólica amenaza de la iglesia, en la cual el papa Francisco no ha cambiado nada. Al contrario, defiende y desarrolla estas doctrinas y normas homofóbicas al mismo tiempo que distrae a la gente con sus “dulces palabras”, con “besos y abrazos” como hizo con sus dos amigos gais en Estados Unidos. Todo esto es solo una farsa para cubrir el odio homofóbico impuesto por la doctrina de la iglesia.
Sí, siempre y para siempre seré sacerdote. Según la doctrina católica, nadie puede cancelar el sacramento del sacerdocio. Yo continúo siendo miembro de la Iglesia.
¿Cómo fue tu vida dentro de la Iglesia Católica?
Para un gay en el closet que confía en la Iglesia esta vida es un infierno psicológico, es un conflicto impuesto por la institución entre tu natural y sano ser y la posición de un poder que usa la sexualidad para dominar a la gente. Hay un continuo estrés a no ser descubierto. Yo, durante la mayor parte de mi vida, no tuve relaciones sexuales, no tuve pareja, pero vivía un estrés infundido por mi Iglesia para que nadie descubriera mi homosexualidad. La Iglesia no merece ningún perdón por parte de las personas que ha herido y continúa destruyendo con su terrorismo espiritual y psicológico. Por favor, que el papa Francisco deje de pedir perdón y convierta la Iglesia.
¿De qué forma se puede cambiar una institución gobernada por hombres que parece no querer dar un paso atrás en el tema?
Cambiará solo con la visibilidad de los gais católicos, cuando éstos dejen de tener miedo de afirmar su identidad y dignidad, y empiecen a defenderla exigiendo respeto por parte de la Iglesia. De momento están paralizados por el miedo; por esto la Iglesia hace con ellos lo que quiere. Los grupos de gais católicos, por una mala comprensión del concepto de obediencia, no ayudan a cambiar la Iglesia. Los gais conscientes de su propia identidad abandonan la Iglesia porque deben defender su salud mental, su bienestar personal, sus relaciones de amor ofendidas y abusadas por la iglesia.
¿Piensas que el efecto mediático de los casos de pedofilia en reportajes de TV, informes, noticias y películas ha representado una crisis para la Iglesia Católica?
Sí, la crisis es histórica; pero la iglesia ha sabido neutralizarla, convenciendo a la opinión pública que penaliza los casos de pederastia, mientras lo hace solo con los casos que se han hecho públicos y con mucho retraso. Al mismo tiempo continúa protegiendo las razones de la violencia sexual dentro del clero, mantiene la cultura del silencio, el complejo de sexualidad y el tabú sobre este tema, y desvía la atención de la gente contando que la culpa de la pedofilia es de la sociedad actual o de las feministas. Todo ello, en lugar de reflexionar sobre el clima de una sexualidad rechazada, acomplejada y puritana en la cual no hay espacio para el amor, sino solo para las normas inhumanas mantenidas por la iglesia en la mentalidad común. De este modo, la gente sometida a este sistema de sexualidad vivida como un mal, como un pecado, calla mucho más fácilmente ante la violencia.
Si por un momento tuvieras la oportunidad de vivirlo en forma diferente ¿qué hubieras cambiado?
Nada. Mi salida del armario fue una experiencia de libertad, apoyada y vivida junto a mi compañero, la única persona que estaba junto a mí en este momento de mi vida, a parte de mi familia. Estoy feliz de mi salida del armario y de mi liberación. Pienso que ha tenido y tendrá un efecto. Es lo que debería hacer todo gay católico respecto a una institución inhumanamente homofóbica. De otro modo, la iglesia no cambiará.
¿Tienes algún personaje de la cultura queer o gay que admires o en el cuál te hayas inspirado?
En realidad tengo varios: algunos mártires como Harvey Milk (1930-1978), asesinado por ser gay, o el jesuita John McNeill (1925-2015), perseguido por la Iglesia por ser gay. Admiro el coraje de varios pensadores y activistas a favor de los derechos humanos de las minorías sexuales. Todo el movimiento de liberación es inspirador. Admiro también muchos escritores y directores de cine que me han tocado profundamente. En mi libro “La primera piedra” (Ediciones B, España y Colombia, 2017) hay varias referencias. Cada coming out de un gay es inspirador. Hoy me inspiran muchísimas personas que me escriben, me comunican sus sufrimientos, luchas, liberaciones.
¿Cómo ves el panorama de la igualdad de derechos LTGBI en Europa y el mundo, más avances que retrocesos?
El reconocimiento de los derechos humanos de las minorías sexuales al igual que el reconocimiento de la igualdad, como fue la lucha contra el racismo y la esclavitud, no es un proceso rápido. Es un proceso que puede avanzar a nivel legislativo y social, pero que puede verse afectado por retrocesos, como el de la administración americana actual que cuestiona los derechos de las minorías. Estos retrocesos pueden ralentizar el proceso de concientización y reconocimiento de los derechos de los gais, pero no pueden detenerlo. Estamos en la buena dirección, pero necesitamos aún mucho trabajo. En la Iglesia este proceso todavía no ha empezado.
¿Películas, personajes o libros de temática favoritos?
Libro: Un hombre solo de Christoph Isherwood. Película: la adaptación de esta primera obra de literatura gay moderna, en versión de Tom Ford. Personaje gay: el último que me ha tocado ha sido el sufrimiento del joven afroamericano Chiron de “Moonlight” (2016). La primera cosa que debemos contar al mundo es el dolor que nos han impuesto por nuestra orientación sexual. Lo cuento también en mi libro. Hay que darse cuenta del sufrimiento para poder liberarse. Esta liberación es también la conclusión “La primera piedra”.
De hecho que tu vida servirá de inspiración para muchos chicos gay que están en un proceso de salir del closet o de asumirse como tales, qué mensajes le darías a ellos?
Que no tengan miedo de ser sí mismos y que actúen. La salida del armario no puede esperar. Nadie no puede indicarte cuando es el momento correcto. Es tu tiempo y tu rebelión contra la persecución. Debes destruir el armario lo más pronto posible; es tu pequeña contribución para que la las sociedades y las iglesias homofóbicas cambien. Fuera del armario hay tu libertad, la cual no tiene precio.
¿Qué conoces de Perú o de América Latina?
Desgraciadamente por mi trabajo en la Inquisición conozco ciertos ambientes católicos en Perú que cuentan con el apoyo del Vaticano y que se presentan como la “verdadera cara” de la iglesia católica. No conozco aún los ambientes peruanos que luchan por los derechos humanos, entre cuales espero que se encuentren también católicos o cristianos peruanos.
¿Cuáles son los próximos proyectos de aquí en adelante?
Son los proyectos de un escritor y conferenciante, de una persona que escribe y habla en defensa de los derechos humanos, de los valores universales de la humanidad. Me gustaría poder publicar en Perú “La primera piedra”, actualmente disponible en algunos países de América Latina.
Queremos hacerte una pregunta que la hacemos a todos nuestros entrevistados para no hacer tan serios el tema ¿quién es el hombre vivo más sexy del mundo?
Hay muchos hombres muy sexys, muy guapos. En nuestro imaginario colectivo solo recientemente hemos descubierto, también gracias a los gais, la belleza masculina, algo que fue normal en la antigua Grecia y que más tarde fue rechazada por el cristianismo por su complejo del cuerpo humano. Personalmente, no tengo dudas quien es más sexy del mundo: mi compañero Eduard.
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