EL CLOSET ABIERTO CON GONZALO GARCÍA CALLEGARI: salir del closet fue un paso natural y saludable en mi desarrollo como persona

 

Por Antonio Capurro (Desde Lima, Perú)

Esta vez abrimos el closet con el arte y la vida del artista visual Gonzalo García Callegari, quien con la serie de pinturas llamado Peruanismos ha atraído desde su exposición la mirada atenta del público y la crítica. Conozcamos más de este artista único en la siguiente entrevista.

¿Cómo estuviste durante la pandemia? ¿Fue una etapa muy creativa?

La experiencia de vivir encerrados de un momento a otro durante la pandemia lo tomé como un reto y una manera de darle la vuelta a mi proceso creativo. No podía ir a mi taller, que está fuera del lugar donde vivo, pero felizmente tenía mucho papel, lápices y mi computadora, con lo que pude avanzar mucho en toda una serie que recién durante el 2021 he empezado a realizar titulada “Putavida”. Apenas se abrió la cuarentena estricta, pude ir a mi taller en bicicleta, como siempre hago.  Y como trabajo en un espacio solo, todo era muy seguro, no existía la posibilidad de cruzarme con otras personas.

Luego de 23 años de carrera artística como artista visual, ¿en qué momento te encuentras ahora? ¿Consideras que tu trabajo ha sido reconocido?

Pienso que la carrera de un artista plástico es algo así como una mega maratón, algo de larguísimo aliento. Tengo tantas ideas y proyectos por realizar que posiblemente me falten años de vida para completarlos. El mundo del arte contemporáneo es algo sumamente pequeño en el Perú, y creo que me he ganado algo de respeto en él. En todo caso, eso del reconocimiento masivo me tiene sin cuidado.

¿Qué has encontrado o descubierto de ti mismo a través del arte? 

Muchísimas cosas, empezando por el autoconocimiento. El saber identificar momentos cuando estás estancado, la capacidad de reinvención, enfrentar el miedo al fracaso, el miedo a lo nuevo, etc. Y aprender a sobrevivir haciendo arte en un país al que no le interesa ese tema.

En Peruanismos vol.1 tocas el significado de ser peruano a inicios del siglo XXI, haciendo el ejercicio de verte tú mismo en aquel espejo imaginario ¿en qué consiste verdaderamente ser peruanos?

Ser peruano en el siglo XXI es vivir en una contradicción constante, es moverte entre la civilización y la no-civilización, entre el sentirte ciudadano y no-ciudadano a la vez.  Es algo completamente surreal, un sueño y una pesadilla a la vez, un lugar en donde las contradicciones se convierte en tautologías y viceversa.

En Peruanismos vol. 2 vemos una reflexión pictórica sobre los sentimientos de amor y odio que experimenta un peruano a través de la historia de su país, ¿cuáles son esos sentimientos de amor y odio que tú has experimentado o todavía experimentas con tu país?

Esos sentimientos encontrados hacen referencia al día a día de cómo vive un peruano. Un día amas a tu país y al otro lo detestas. Lo amas cuando pruebas su comida, visitas un buen museo (como el recientemente inaugurado MUNA) o te maravillas con el Cuzco y todo lo que ofrece como riqueza arqueológica.  Al otro día lo detestas cuando los autos no te ceden el paso en un cruce peatonal (y más bien te quieren atropellar), ves el estado de nuestro transporte público o escuchas un debate en el Congreso.

¿Por qué decides en Peruanismos vol. 3 revisar el papel que han tenido las Fuerzas Armadas en el devenir de nuestra historia?

Yo nací en 1971, en plena dictadura militar de Velasco, así que desde pequeño tengo todos estos recuerdos de un régimen autoritario, marcial y gris, con características muy peculiares.  Luego de unos años investigando en nuestra historia, me doy cuenta que los gobiernos autoritarios han sido la mayoría durante estos 200 años de República.  Que los golpes de estado han sido lo usual y no la excepción.  Y me parecía interesante hablar de todo eso a través de mi trabajo.

¿Te gusta la política? ¿Te consideras de alguna forma activista desde tu arte? 

Me interesa el quehacer político, pero hablo de la política con “P” mayúscula, no de la politiquería que vemos a diario en los noticieros. Esa manera de hacer política que se ha instalado en las últimas décadas en el Perú me parece terriblemente mediocre, nefasta. No intento hacer activismo desde mi arte, pero sí me interesa generar una reflexión en el espectador.

El bicentenario nos agarró en un momento muy complicado de un país que no termina de encontrar su rumbo, con problemas sociales que terminaron de agudizarse, ¿cuál es tu lectura frente a ello?

Que no hemos aprendido a resolver los problemas desde que el Perú se independizó hace 200 años.  Los mismos errores se repiten y se repiten hasta el hartazgo.  Uno lo puede descubrir escarbando sólo un poco en nuestra historia.  Y la clase política nunca ha estado a la altura de los problemas del país.  Nos enfrascamos en una lucha ideológica inútil y que es demagogia pura.  Hasta que la clase política no entienda que lo que se necesitan son verdaderos servidores públicos, que piensen en el bien común y no en el individual, las cosas no cambiarán.  Nosotros los ciudadanos también tenemos que hacer nuestra tarea, involucrarnos más en la vida política y exigir resultados concretos a las autoridades.

¿Cómo es tu proceso creativo?

Estoy todo el tiempo pensando, sintiendo, imaginando, elaborando ideas en torno a mi trabajo. Siempre con todos los sentidos muy despiertos. Es algo mucho más grande que mi capacidad de llevar a cabo esas ideas y de concretarlas en objetos artísticos. Estoy metido en el mundo del arte 24/7, hasta cuando duermo y cuando sueño.

¿Cuáles son los artistas peruanos y extranjeros que admiras y que de alguna forma han influido en tu arte?

Los artistas que me han influido y que me influyen han ido cambiando mucho a lo largo de los años.  Cuando descubro alguno, investigo en él, trato de ver lo más que pueda de su obra, me compro sus libros (si es que hay disponibles), etc. Hasta que aparece alguna propuesta nueva y vuelvo a empezar con el proceso de investigación y conocimiento. 

El Perú es un país todavía muy clasista, racista, machista, heteronormativo y LGBTIQfobico.  Como ciudadano de qué forma se ha dado tu acercamiento a la igualdad de derechos y la diversidad sexual? Como que hasta nuestros aliados heterosexuales tienen que salir del closet. 

El descubrimiento de la sexualidad personal es parte de un proceso que toma varios años con no pocas dificultades en muchos casos. Muchas veces esa sexualidad vive en un estado permanente de crisis.  Muchos de los problemas sociales que señalas en tu pregunta llevan siglos sin resolverse. Creo que todo parte por el respeto del otro, por la empatía, por la consideración del que es diferente a mí. Pero eso es exactamente de lo que adolecemos.  Somos una sociedad sumamente infantil y reaccionamos de manera miedosa y violenta hacia lo diferente o lo nuevo.

¿No es fácil ser diferente en el Perú no?

En el Perú ni siquiera es fácil ser un ciudadano común y corriente. Ser diferente puede ser algo así como un acto heroico. Es remar contra la corriente todo el tiempo, a toda hora, en cualquier circunstancia.  

¿Algún personaje gay o LGBTIQ que te haya inspirado?

Muchísimos, desde Oscar Wilde a Shakespeare, de Tchaikovski a Handel, de Freddie Mercury a Elton John, de Francis Bacon a Tamara de Lempicka y un largo etcétera.

¿Tendremos pronto una política más inclusiva con los LGBTIQ?

Aquí en Perú veo muy difícil el tema de la inclusión LGBTIQ. Ni siquiera hay un respeto mínimo por la mujer o por ciudadanos de distinto nivel económico o de diferente origen étnico.  Somos una sociedad tremendamente conservadora y atrasada por diversos motivos, es como si nos hubiésemos quedados estancados muchas décadas atrás, mientras que para el resto del mundo civilizado esto ya no es un problema. Es algo asumido y considerado normal, se asume como parte de la cotidianeidad. Aquí es motivo de escándalo que dos personas del mismo sexo se tomen de la mano en la calle.

¿Cómo fue tu proceso de salir del closet, de qué forma lo viviste con tu familia y amigos?

Fue algo que me tomó varios años procesar dentro de mi cabeza. Desde niño me daba cuenta que era diferente, pero tenía tan poca información que no sabía por dónde empezar a buscar respuestas a lo que sentía. Me acuerdo por ejemplo que admiraba a algunos amigos y que quería ser como ellos. No había nada sexual en esto, yo era sólo un niño de 8 o 9 años, pero ya intuía que esa admiración que experimentaba no era lo usual, que era diferente. Así que por muchos años simplemente reprimí conscientemente toda esa cantidad de cosas que “hacían ruido”. Con el tiempo y con la experiencia universitaria el proceso se hizo mucho más fácil, hasta que salir del closet fue un paso natural y saludable en mi desarrollo como persona.  Todos en mi entorno, amigos y familia a los que se los conté, lo tomaron bien. Nunca tuve ningún problema con nadie cercano. Tengo que decir además que tuve suerte pues conozco a muchos gays que fueron rechazados por su familia, incluso expulsados de sus hogares cuando decidieron contarle su orientación sexual a sus padres.

¿Te sientes orgulloso de ser un hombre visiblemente gay?

Sí, completamente. Tampoco es algo que vaya ventilando por todos lados, pero si me preguntan, no tengo ningún problema en reconocerlo. Pienso que la sexualidad y cómo uno la vive y la manifiesta pertenece a la esfera privada de cada persona y no tiene por qué ser motivo de discriminación ni rechazo.

¿Cómo logramos que los derechos LGBTQ en nuestro país sean una realidad?

Eso es una tarea que tomará muchísimo tiempo y esfuerzo. Una razón importante es la enorme influencia que tiene la religión católica en nuestra sociedad. Una religión que te hace sentir culpable, castigadora, llena de reglas anacrónicas, anclada en el pasado. Otra razón es la falta de educación ciudadana, lo que genera que cualquier cosa que se salga de lo conocido y “normal” será inmediatamente rechazada y censurada. Es también el miedo a lo desconocido, la falta de información y la cantidad innumerable de prejuicios que se tiene sobre la comunidad LGTBQ. Creo que la clave para lograr estos derechos son la educación y la difusión masiva de información sobre el tema, además de mucha voluntad política.

¿Cuáles son esos prejuicios o estereotipos que todavía encuentras respecto al tema gay?

Son muchos y de toda índole: Que la homosexualidad es una enfermedad contagiosa, que todos somos abusadores sexuales en potencia, que ser gay es una elección voluntaria (y dejar de serlo también), que todos los gays son peluqueras y todas las lesbianas son machonas, que la bisexualidad no existe (y que más bien es una homosexualidad escondida), que lo único que hacemos es pensar en sexo todo el tiempo, etc. Existen tantas expresiones y manifestaciones de la sexualidad humana como personas hay en el mundo, por lo que resulta inútil poner etiquetas, querer clasificar y señalar a todo el mundo. 

¿Recuerdas tu primera marcha del orgullo?

Sí, fue aquí en Lima, hace muchos años. Éramos muy pocos en las primeras marchas y poco a poco se ha ido convirtiendo en algo más masivo, en donde las familias y amigos de la comunidad LGTBQ también participan, lo que resulta muy saludable.

¿La situación política de tu país te causa mucho desconcierto?

Pocas cosas me sorprenden ya de la política peruana. Más que desconcierto me provoca mucha tristeza y frustración. No veo siquiera que nos podamos poner de acuerdo en asuntos urgentes y puntuales para poder remar todos en el mismo sentido. Ni siquiera ha existido una agenda mínima con objetivos claros en los últimos gobiernos. La clase política es sumamente mediocre y egoísta, no les interesa el bien común, sólo sus intereses particulares. Y no veo que la situación vaya a mejorar, lo que es lamentable. Mientras tanto, el Perú se encuentra estancado y sin posibilidades de desarrollo.

¿Te gustaría casarte un día y formar una familia?

Ya tengo una familia. Convivo con mi pareja hace más de 15 años y tenemos dos gatos. Y mi familia extendida son mis padres, hermanos, sobrinos, amigos, etc. Sí me casaría en el futuro por un asunto de reconocimiento del estado a la comunidad LGTBQ y todo lo que esto conlleva, pero veo muy difícil que se pueda aprobar la unión civil o algo parecido con los políticos que tenemos actualmente.

¿Lees las críticas de tu trabajo?

Trato de nunca leer ni siquiera las entrevistas o artículos que salen publicados. Mucho menos las críticas (dicho sea de paso, una actividad casi inexistente desde hace mucho tiempo en el Perú). Me da un pudor muy grande, como si de repente te encontraras completamente desnudo en medio de una multitud que está vestida. Esa es la sensación que me da cuando sale algo mío publicado, por eso trato de evitarlas. Lo que sí hago meticulosamente es recortar el artículo y guardarlo en un cajón.

¿Cómo ves la evolución de tu obra a través de los años? ¿Te sientes satisfecho con todo lo hecho hasta el momento?

En general podría decir que no me siento satisfecho. Cuando tengo la oportunidad de ver alguna obra realizada hace tiempo, son pocas las veces que eso me produce placer. Por lo general quiero llevarme la obra a mi taller y volver a trabajarla para corregir todos los errores que cometí en ese momento. De lo que sí siento un poco de satisfacción es de mi capacidad de trabajo y de mi disciplina, que es a prueba de balas.

Como en tu muestra Circo Beat ¿cuáles son esos malabares que has hecho para no perder el equilibrio?

El arte contemporáneo es una ocupación muy poco valorada en el Perú. Son poquísimas las personas a las que realmente les importa, entienden y consumen arte. Es un círculo sumamente limitado, lo que provoca momentos muy difíciles en las carreras de cualquier artista.  Uno aprende a sobrevivir, a planificar y a guardar “pan para mayo” pues sabes que siempre van a haber meses de escasez económica a la vuelta de la esquina. Y a pesar de tener todo en contra, siempre he podido hacer lo que he querido, y eso es algo que no tiene precio.  No tener jefe ni tener que marcar tarjeta tampoco lo tienen.

¿Practicas algún tipo de deporte?

De lunes a viernes entreno entre una hora a hora y media en mi casa con elementos muy sencillos, un par de pesas, un mat y una banca. Todos los días hago ejercicios de estiramiento y fortalecimiento para mi espalda. Y luego manejo bicicleta 20 minutos de ida y otros 20 de vuelta para movilizarme a mi taller. Y camino todo lo que puedo cuando se da la oportunidad en vez de subirme a un auto o usar un ascensor.

Desde la exploración de tu propio cuerpo o el de otros ¿cuál es el lugar que tenemos en la naturaleza y en medio del paisaje urbano de una ciudad tan densa y urbanísticamente caótica como Lima donde a veces se hacen tantas cosas horribles que atenta contra la tranquilidad visual?

Es importante mantenerse física y mentalmente centrado y enfocado para que el caos urbano no te revuelque y te destruya. Es difícil con lo poco amigable que puede ser una ciudad tan tirana como Lima. A mí me funciona bien concentrarme en pequeños logros diarios sin perder de vista los objetivos a mediano y a largo plazo. Y aprender a escoger tus batallas.  Hay cosas que están fuera de nuestro alcance, y no vale la pena enfrascarse en una lucha inútil, es una pérdida de tiempo y de energía 

De tu búsqueda o exploración en Canción Animal se desprende que en nuestro mundo nos falta más respeto y amor por la fauna y la naturaleza, ¿con qué animal te sientes identificado? ¿te gustaría vivir en el campo y no en la ciudad?

Es muy grande el irrespeto por la naturaleza y el mundo que nos rodea. El hombre es el único ser que destruye su hábitat y a otras especies vivas. No nos damos cuenta del tremendo daño que le hacemos a la ecología, y espero que no llegue el momento en que ese daño sea irreversible. No sé si pueda vivir en el campo por períodos demasiado prolongados. Me gusta la tranquilidad y la proximidad con la naturaleza, pero la ciudad me es muy atractiva por la oferta cultural y de intercambio social que ofrece. Y sobre un animal con el me identifique, hay dos que me llaman muchísimo la atención por su belleza: La cebra y el guacamayo. 

Peruanismos vol. 4 es una muestra de humor negro y más lúdica ¿cuánto tiempo te tomó completarla? ¿piensas que como artista es lo más polìtico que has hecho?

“Peruanismos vol. 4: El presidente, sus ministros, el ladrón y su amante” la empecé en plena campaña electoral del 2016, y la terminé a fines del 2020, en plena pandemia. Y sí, definitivamente es lo más político que he hecho hasta el momento. Hay muchos elementos que aparecen sin filtro alguno, y es que la coyuntura de los últimos años ha ayudado mucho.  En general la política peruana es una fuente inagotable de materia prima para muchas expresiones artísticas. Es algo que no deja de sorprender nunca, aunque en el peor de los sentidos posibles.

Lo malo y lo bueno estimulan tu trabajo, ¿qué es lo malo y lo bueno de Gonzalo García Callegari?

Sobre lo bueno en mí, podría decir que mi disciplina, mi vehemencia y el amor que le tengo al arte. Y sobre lo malo, quizás sea la poquísima tolerancia que tengo con la mediocridad y la estupidez.

Comentarios