EL CLOSET ABIERTO CON ANÍBAL MARTÍN: No creo que exista un modelo de relación útil para todas las personas
Aníbal Martín es traductor científico (árabe, ruso, inglés) y RLT, investigador, divulgador, poeta y escritor. Colaborador de Canal Extremadura, tuitero y autor. Su más reciente obra se llama Adunia. Conoce más de este extremeño para el mundo.
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Aníbal Martín es traductor, escritor y extremeño, ¿qué significa cada una para ti?
El gusto por los idiomas es algo que me acompaña desde muy pequeño, quizá por esa curiosidad instintiva de querer saber lo que dice alguien a quien no entiendes, o qué pone en ese libro escrito en un idioma que desconoces. Con los años evolucionó esa curiosidad inicial por los idiomas a una curiosidad por la literatura en otros idiomas, por otras culturas, y me pareció que era una vía de acceso a otras formas de entender el mundo. Así que, quizá, resultaba previsible que lo convirtiera en el modo de ganarme la vida. Respecto al gusto por la escritura también ha pasado por diversas fases, desde el desahogo hasta la voluntad por trasladar con palabras lo que me rodea para tratar de comprenderlo mejor, pasando por el deseo de entretener, de denunciar o de avivar la empatía de quienes la tienen atrofiada. Creo que lo que me aporta haber nacido en Extremadura es, sobre todo, tener una visión periférica, rural y diversa de mi propio país.
¿Qué recuerdos de Las Hurdes? ¿Siempre vuelves?
Pues si empezamos por los sentidos, olor a lavanda en primavera y a lumbre en invierno, el olor de mi piel bronceada una noche de verano tendido en la cama tras haberme llevado el río conmigo a dormir, las nieblas y la nieve, el tacto de la pizarra mojada, la gaita y el tamboril de fondo la primera vez que di un beso en la boca. Eso en el plano de los sentidos, en el de las emociones, recuerdos complejos, como no puede ser de otra manera: sentirme libre y aislado al mismo tiempo, inspirado y aburrido, sobrecogido por la belleza y acongojado por la soledad, por la falta de gente, por la expresión de mi orientación sexual.
Y también, si visualizo las Hurdes, no puedo evitar pensar en su historia, que es la mía, una historia de abandono seguida por la curiosidad morbosa y las recetas salvadoras, la obsesión con civilizar a los hurdanos; un camino larguísimo que acaba en la despoblación, en un turismo que se echa fotos en sus bellos paisajes, pero que ni siquiera sabe cómo hablan sus gentes, en la no defensa de su patrimonio inmaterial por parte de las instituciones. En definitiva, en la homogeneización a la baja: otra zona más con emigración, con el patrimonio fragmentado, con sus tradiciones olvidadas, de eso que ahora llamamos la España vaciada. Y siempre vuelvo, fundamentalmente porque es el lugar en el que me observo con más claridad a mí mismo.
Cuándo haces mención del desahogo que significaba para ti escribir poesía de pequeño y artículos de opinión de más grande, ¿desahogarte respecto a qué situaciones o temas?
Para mí, escribir, fue inicialmente, como ya he comentado, una forma de desahogo. No había ni una pizca de voluntad de trascendencia, de que fuera leído aquello que escribía, y los temas fueron cambiando con los años, pero son asuntos universales: al principio el amor no correspondido, el miedo al futuro, la muerte de familiares o la orientación sexual, y con tiempo la política, la sociedad, la religión, etc. Quizá el gran cambio es ese, pasar de escribir para desahogarme a escribir para comprender.
¿Cómo has enfrentado el tema de la pandemia? ¿Tuviste mucho tiempo de aprovecharlo para escribir?
Supongo que como todo el mundo, con resignación. Tuve la suerte de poder seguir trabajando desde mi casa y además estuve acompañado durante toda la pandemia, pero a pesar de la gran cantidad de tiempo libre que tenía y de que traté de escribir, no ha salido gran cosa de esta época. Por alguna razón, disfrutaba más tocando el piano, leyendo o viendo películas que escribiendo; a lo mejor era cierta ansiedad de fondo la que me desconcentraba.
Muy graciosa y simpática la anécdota con tu abuelo acerca de llamar la atención sobre tu libro Adunia en la librería para que lo mantengan promocionando en el escaparate. Sin lugar a dudas, tienes el apoyo de tu familia, son tus fans.
Así es. Ese abuelo precisamente ha sido toda su vida un gran lector en una época en la que no era tan habitual serlo, más en una familia humilde como la suya, y les inculcó a mi madre y a sus dos hermanas el gusto por la literatura. He crecido rodeado de libros y me parece una verdadera suerte.
¿Escribir es una necesidad, una pasión, cuál es el mejor momento para sentarse a hacerlo?
Podría tratar de teorizar sobre los motivos que me llevan a escribir o a conversar o a tocar el piano o incluso a pintar a veces, pero son impulsos, es mi forma de expresarme y lo que sé con certeza es que siempre he tenido la necesidad de expresarme, con el objetivo de que no sean los demás los que construyan quién soy con sus suposiciones y prejuicios, sino de ser yo mismo quien lo haga; contarme yo, explicarme yo.
¿Cuánto tiempo te demoró escribir cada uno de tus tres libros?
Relación necesariamente breve de todo lo que ya no existe lo escribí en apenas tres meses, bajó de la mente al papel con relativa facilidad; Adunia, unos tres meses; y Por si vienen a juzgarnos es una recopilación de poemas escritos a lo largo de diez años.
Hace poco fue el día internacional de la bisexualidad, sobre esta orientación sexual todavía existen prejuicios, ¿en tu caso cómo fue tu proceso de asumirse como tal frente a tu familia, amigos y la sociedad? ¿Qué estereotipos has tenido que enfrentar?
Pues creo que mi proceso de salida del armario fue algo distinto al que he visto en otros casos. Al poco tiempo de notar que me gustaban los chicos les dije a mi familia y a mis amistades que era gay (en lugar de decirles la realidad, que era bisexual). Creo que lo hice porque escuchaba constantemente a gente que relacionaba la bisexualidad con el vicio (como si esto tuviera algo de malo) o con no querer asumir que eras gay, como si solo se tratase de una transición hacia la homosexualidad plena. Tuvieron que pasar muchos años para reconocer ante los demás, quizá también ante mí mismo, que también me gustaban las mujeres, pero esta asunción tardía de mi bisexualidad en el plano social ha hecho que a la hora de relacionarme con mujeres en un plano sexual y emocional hayan surgido en mí unas inseguridades que nunca aparecieron con los hombres. Es algo, no obstante, que poco a poco he ido puliendo y puedo decir que hoy en día llevo mi orientación sexual con un grado aceptable naturalidad.
También eres poliamoroso, ¿cómo vives esta forma de amar y compartir el amor, el deseo, la pasión y el sexo?
Llevo esta forma de vivir cultivando la empatía, escuchando y expresándome, teniendo delicadeza y siendo comunicativo. No creo que exista un modelo de relación útil para todas las personas, creo que en cuanto aplicas moldes teóricos a las relaciones humanas empiezan a surgir problemas. Por ese motivo yo construyo mis relaciones como un pacto entre yo y la otra u otras personas, como un espacio común en el que nos encontramos a gusto, crecemos, nos divertimos y nos ayudamos. Y animo siempre a que se busque una forma de relacionarse con los demás que se ajuste a tus emociones, a tu forma de sentir; no intentar desesperadamente adaptarse a la norma.
España va adelante en relación a los derechos LGBTIQ, sin embargo vemos un avance de los ataques homofóbicos, ¿cómo has vivido y vives esto?
Es algo que me preocupa muchísimo; me frustra y enfada ver cada semana un nuevo ataque, una nueva agresión; y me irrita el cuestionamiento de los motivos, la negación de la homofobia. No se puede sacar de la ecuación el auge de un partido de extrema derecha que ha alimentado este odio, que agrupa bajo su paraguas a quienes odian la diversidad. A veces, asusta; a veces, me veo hipervigilante en espacios públicos; pero al mismo tiempo creo que tenemos que ser más determinados que nunca en la lucha por nuestros derechos y no dar ni un paso atrás.
¿Qué autores españoles o de otras nacionalidades han influido en tu proceso literario?
Si te soy sincero, la lista es infinita: Ángel González, Joan Margarit, Yolanda Morató, Luis García Montero, Aurora Luque, Vicente Aleixandre, León Felipe, Louise Glück, Ada Salas, Andrés Neuman, Blanca Varela, Marsé, Valente, Max Aub, etc.
¿Qué personaje gay o LGBTIQ te ha inspirado?
El primer libro de poesía que me leí fue una adaptación infantil de Federico García Lorca, empecé con él el camino.
¿Tienes alguna película de temática o libro favorito?
También la lista es larga, pero por destacar una película, me gustó mucho Moonlight y por destacar un libro, una recopilación de poesía LGTBIQ catalana: Amors sense casa.
¿Te gusta la política, haces activismo?
Me gustó la política, entré en ella a través del activismo y luego le dediqué unos tres años de mi vida. La experiencia fue tan enriquecedora como lacerante, y por eso solo pueblo hablar de este gusto en pasado.
¿Algún poeta, un poema, algún libro de poesía en especial?
Un poema, de Joan Margarit, "Filósofo en la noche":
[...] Hoy, cuando la proa se hunde fatigada
y ya el navegante no ve bien de lejos,
se borra la costa. Mirando las olas,
recuerdo tus ojos con luz del ocaso
y, sonriente, pienso que, gris y romántica,
te llevo en el buque de hierro del alma.
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