OSCURAS REFLEXIONES POR LENNA GUZMÁN: El vacío trans

 


Por Lenna Guzman (Desde Sevilla, España)

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Soy trans, lo sé. E hice un cambio muy costoso y complicado, un camino que sabía que no iba a ser fácil, porque vivimos en un mundo complejo y difícil. El esfuerzo y el sacrificio de siempre se ha valorado, así como la amistad y la familia. 

En nuestro colectivo hemos conseguido muchos avances positivos, fruto de una intensa lucha en el ejercicio democrático. Pero la gente trans y su cultura, por defecto totalmente transgresora, seguimos esperando ser comprendidos, por una sociedad arrogante y presuntuosa, cargada de prejuicios. 

Doy fe que hay interés en colaborar la sociedad, pero aún sigue el colectivo trans inmerso en esa lucha, algo más relegado que los demás frentes.  Nadie regala nada, y nuestros derechos adquiridos algún día con dignidad, serán la base del tesón y la constancia del activismo. 

Sin embargo, esto no es suficiente, es necesario una transformación social, una educación que empiece en las escuelas, porque lo que está claro que no se puede cercenar los derechos humanos y sigamos viviendo dentro de armarios. 

Vivimos en una sociedad de consumo hipócrita. A nadie le importa nadie. Como trans ves de primera mano cosas que no te encajan. Observas como muchos amigos y familiares se esfuerzan en apoyar la causa, aparentemente, y luego observas que tu presencia les es incómoda y rehúsan de presentarte. Es como si les diera vergüenza. 

Sí. Me siento un bicho raro. Lo soy, un híbrido que por desconocimiento o miedo, genera malestar. Lo he visto al sentarme en una mesa y ver que nadie te acompañaba aunque te conocían. Lo he visto al hacerse el loco para no darte un beso. Pero esta es la realidad, yo elegí este camino, claro está, porque no me quedaba otra. Pude optar por el suicidio, pero me aferré a la vida y luché por sentirme feliz.

Asumo enfrentar esta vida diferente al resto, y sé que al hacerlo debo de valorarme como persona. Asumo mi responsabilidad y estos retos y desprecios. Mi gesto es dar una lección de dignidad, y regalar lo que soy, a pesar del dolor y la falsa diplomacia. 

Dar mi esencia, mi música y escritos en este mundo de mentira. 

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