LAS NOCHES DE NOCHEBUENA POR SERGIO NOCHEBUENA: Malos secretos: abuso sexual infantil
Por Sergio Nochebuena (Desde México)
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El abuso sexual puede estar en el pasado, pero las heridas emocionales que genera siguen sangrando por años. El tiempo no siempre lo cura todo y hay veces que se requiere mucho compromiso, honestidad y voluntad para lograr que dejen de sangrar.
Como un hombre adulto me cuesta mucho comprender que otro adulto desee tener relaciones sexuales con niñas o niños, siendo que debemos preocuparnos por el bienestar de las infancias. Me da mucha rabia oír este tipo de información en los medios de comunicación. Todos alguna vez hemos escuchado en las noticias que la mayoría de las niñas y niños que vivieron abuso sexual tienen menos de 10 u once años de edad, por lo que es urgente que aprendan cuanto antes y sepan que, si alguien intenta tocarlos de forma que ellos se sientan incómodos, tienen todo el derecho a negarse y alzar la voz.
La violencia sexual empieza mucho antes del contacto físico, manipulando al niño, niña o adolescente para que entre en una red de silencio (con regalos, chantajes y secretos), de modo que cuando llega la parte física el niño, niña o adolescente no sabe cómo salir.
Cuando hablamos de educación sexual infantil se debe adaptar nuestro vocabulario a la edad y el lenguaje de las niñas y niños, es imprescindible dotarlos de una sólida educación sexual desde los primeros años, ya que es la mejor manera de prevenir que sean objeto de abusos en un futuro.
Necesitamos nombrar a las partes del cuerpo y a los genitales por su verdadero nombre, así las infancias aprenderán los términos adecuados, en lugar de nombres vulgares o que parecieran ser graciosos.
El secreto y la complicidad dan como resultado que el violentador quede impune, en este sentido, hay que estar bien alerta cuando algún niño cambie su comportamiento drásticamente, ya que quizá esté viviendo algún tipo de abuso sexual. Ten en cuenta que los niños no pueden fantasear con algo que no está dentro del campo de su experiencia, por lo que es necesario creerles y, sobre todo, brindar nuestra escucha activa.
El agresor no siempre es la persona que nos imaginamos: un depredador y un delincuente, como si fuese fácilmente reconocible por su físico o su comportamiento. Con frecuencia se trata de una persona sexualmente madura que sabe discernir y tiene la capacidad de comprender que su conducta de abusador sexual está contra la ley y contra los derechos de los niños.
Insisto en la necesidad de educar a niñas y niños para que sean capaces de decir no y evitar situaciones de sumisión. Qué lamentable que muchos padres de familia están en contra de que en las escuelas se les hable sobre estos temas a sus hijos; piensan que de este modo perderán su inocencia, más bien estamos luchando para erradicar ese silencio y esa espiral de violencia que nos está matando.
Los abusos sexuales pueden no mostrar efectos durante la infancia y manifestarse como problemas en la vida adulta ya que son multifactoriales. En este sentido, las niñas y niños que son sobrevivientes de abusos sexuales o malos tratos y golpes suelen insensibilizar el cuerpo para no sentir más.
El sobreviviente del abuso sexual es proclive a manifestar dos tipos de comportamiento en su vida sexual: o no puede disfrutar del placer sexual pues se siente muy incómodo ante el contacto físico, o su mente está tan desconectada de su cuerpo que puede tener sexo sin involucrar casi ningún sentimiento.
Para que se mantenga el abuso sexual infantil por mucho tiempo se requiere que los miembros de la familia sean ciegos o sordos ante las llamadas de auxilio del niño.
El abuso sexual incluye muchos tipos de actividades: violación, manoseos, masturbación, penetración con objetos o dedos, contacto buco-genital, presenciar actividades sexuales, voyeurismo, exhibicionismo, exhibición de material pornográfico, matrimonio infantil, mutilación genital y prostitución infantil.
El silencio social y la negligencia legal son los principales cómplices de la impunidad. Aléjalos de la persona que los violentó.
Debemos siempre tener un canal de diálogo abierto con las infancias en donde puedan encontrar un referente amigable, que se sienta en confianza y seguro. Si una niña o un niño se acerca a ti para contarte algo fuera de lo común, trata de controlar tus emociones, de lo contrario, percibirán que algo anda mal y eso podría bloquear la comunicación en un momento en que necesitas que te cuente todo.
La violencia sexual está fundamentada por la desigualdad entre los géneros. Nos leemos en la próxima entrega.
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