OSCURAS REFLEXIONES por LENNA GUZMÁN: Soñé con este futuro
Por Lenna Guzmán (Desde Sevilla, España)
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Cuando era pequeña, soñaba con un mundo mucho mejor, más humano y justo, pero al crecer, me di cuenta, que tan sólo era una idea. Siempre me imaginaba lo que sería más allá del año 2000. Visionaba un mundo con naves espaciales kilométricas, aterrizando en aeropuertos, y autopistas de coches volantes, dónde usábamos ropa muy sofisticada y futurista.
Era un mundo precioso, con viajes interplanetarios, donde habíamos aprendido a recorrer infinitas distancias. Un mundo donde los robots nos ayudasen a todo, a cocinar, a limpiar, a trabajar por nosotros. Y ese mundo era feliz y libre, y por supuesto democrático. Quería un mundo unido en corazón y no por una política tirana del capital, globalista y enferma, como sucede hoy día.
Soñaba un mundo no esclavista, donde te operasen los robots y te servían con lealtad extrema. En un hogar donde existiera la telemedicina y regeneración celular para no envejecer. Un mundo donde nadie pasara penurias, que existieran las energías libres y no dependiéramos del petróleo.
Un mundo donde se respetara el medioambiente, los animales y la libre comunicación, el libre pensamiento, y libertad de expresión sin censuras. Un mundo donde no hubiera obsesión por el control, un mundo de libre servicio, donde no hubiera necesidades, ni hambre, miserias, y hogares para todos, sin más hipotecas. Un mundo sin ningún apego al dominio, y si un mundo responsable, donde desconociéramos la palabra solidaridad. Ese era mi lugar en el futuro, donde nadie fuese más que nadie y todos viviésemos en paz y armonía, hasta la sepultura. Un mundo en el que todos fuésemos hermosos, fuertes y sanos.
Ese era el futuro que veía en mis sueños de niña Y no esta realidad que nos ha tocado, donde se prefiere escribir en lugar de hablar, donde todos somos enfermos por defecto y somos una amenaza.
No quiero un mundo gobernado en secreto por unos cuantos que se esconden en búnkeres, que sólo quieren riqueza a costa de someter y maltratar a la raza humana. No quiero un mundo donde sobresalga la miseria. No quiero un planeta intolerante, que viva lleno en el miedo y el sufrimiento, un mundo enmascarado donde desaparecieron las sonrisas y las fiestas, un mundo donde era delito respirar aire puro en un parque y donde los niños puedan jugar a desintoxicarse de esta sociedad infectada que nos impusieron a base de materialismo y televisión, que tan sólo lleva al absurdo abismo, a la apatía y a la depresión.
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