El CLOSET ABIERTO DE JORDI PETIT: "Urge educar desde la visibilidad cotidiana LGTBI hasta en las redes sociales, en las calles y en la cultura"
Por Lenna Guzmán (Desde Sevilla)
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Hablar con uno de los activistas españoles más importantes es un honor desde nuestra Revista Diversa. Jordi, viviste la niñez y parte de tu juventud bajo la represión franquista. ¿Cómo se desarrolló tu homosexualidad en el colegio?
En aquellos años ochenta proliferaba el SIDA fuertemente en España. Hicisteis las primeras campaña de prevención ante un colectivo muy castigado. ¿Es un hecho un heroico o moral ¿Se salvaron vidas humanas con tales acciones?
La llegada del VIH/sida fue acogida con recelo por una comunidad gay que hacía solamente seis años que había empezado a divertirse como nunca antes. Los frentes de liberación gay estaban en crisis, se vaciaron para llenar las pistas de baile de las discotecas. Por causa de disensión interna en el FAGC, lo abandonamos una serie de militantes decididos a luchar contra el VIH/sida y se fundó la Coordinadora Gai-Lesbiana de Catalunya(CGL) en 1986. Tras la incredulidad inicial ante el SIDA, cundió el pánico y el grupo Stop Sida de la CGL desplegó las grandes campañas “Cuídate" con subvención institucional. Luego se formó el primer grupo de Gays Positius (seropositivos), entre otras entidades que hasta sumaron siete asociaciones dentro de la CGL. La irrupción del VIH obligó a la renovación del movimiento LGTB en todo el
mundo. Pasamos de ser militantes a realizar voluntariado con diversos servicios, como fue el longevo servicio telefónico 900Rosa. Claro que se salvaron muchas vidas e informamos sobre prevención a miles y miles de personas con aquella línea de teléfono anónimo y gratuito. Por allí pasaron por más de 20 años cientos de personas voluntarias, debidamente formadas. No puedo obviar el apoyo recibido por parte de la abogada Mª José Varela, de tantas periodistas, del Plan Nacional del sida, de la Ministra de Asuntos Sociales, Matilde Fernández y del Consejero de Sanidad de la Generalitat de Catalunya, Xavier Trias.
Una canción mía dice:"un boli bic, y un buen papel, tumba al coronel." ¿Qué opina de los militares? ¿Quién es más poderoso, un escritor o un activista?
Espero que los cuerpos de seguridad y fuerzas militares del estado hayan asumido el significado de la democracia. En el caso de Catalunya, en varias ocasiones acudí a la Escuela de los Mozos de Escuadra, para impartir conferencias sobre la cuestión lgtb y el tipo de delitos a prevenir. Hoy existen ya asociaciones lgtb en diversos cuerpos policiales. El mayor poder reside en las ideas.
¿De donde vino su faceta escritor u cuándo empezó?
En la vida no puedes hacerlo todo, seguramente soy un periodista o un escritor frustrado, no pudo ser. Esas vocaciones nacieron en mi adolescencia, con mis poemas de segunda, claramente homosexuales. Sin embargo soy de pluma fácil, escribí muchísimos artículos sobre todo tipo de temas y en muy diferentes medios, incluidos diez años cada martes en el diario gratuito 20 Minutos en Barcelona (2000-2010), con la columna “Contraste”.
¿Nos puedes hablar un poco de tus cuatro libros?
Los dos libros de poemas “De hombre a hombre” y “Amic/Amant” ya están descatalogados. Giran en torno a las relaciones entre gays, amores, desamores, aventuras...ese laberinto tan denso y las circunstancias que los rodeaban, justo después del franquismo. En 2003 publiqué “25 años más” en Icaria Editorial , crónica desde Catalunya sobre los primeros 25 años del mov.lgtb. En 2004, con “Vidas del arco iris” (E-book de Ed. Egales) intenté mostrar un abanico de breves historias de vida y anécdotas personales entre 1960 y 2003, que recogí de 30 distintos testimonios. Creo que en nuestra literatura, y con toda la modestia de mi labor, escasean los relatos de vida, a diferencia de la literatura anglo-sajona. Ambos libros también se encuentran en Amazon.
La Revista Diversa trabaja para Latinoamérica. ¿Cuéntenos si tienes algún vínculo y que te atrae de ese lado?
Muchísimos vínculos pues durante los años en que fui co-secretario general de ILGA (1995-1999), pude conocer de primera mano la situación de aquellos momentos acuciados por el vih/sida y los crímenes de odio por LGTBI-fobia. La labor de ILGA fue básicamente poner en contacto a las organizaciones LGBTI del la región para sus campañas conjuntas, así como tender puentes para la financiación de proyectos, como fue el caso de la ong oficial holandesa HIVOS, la Comisión Europea y otras que desde entonces han aumentado su implicación en la región. Tuve la suerte de conocer a activistas tan destacados como Arturo Díaz de México y Luis Gauthier de Chile, pero ya no están con nosotros. Me atrae de América Latina y Caribe la abnegación de un admirable activismo que se juega la vida cada día. Nada que ver con la Unión Europea.
A sus 43 años como activista y con numerosos premios y distinciones, ¿Qué le diría a las gentes de Sudamérica en su lucha por los derechos LGBT que aún no han conseguido encarar su realidad ante el ostracismo?
En primer lugar, tal como analizan con veteranía, Gloria Careaga desde México y Pedro Paradiso desde Argentina, es fundamental que allí donde se han ganado derechos, éstos deben de ser implementados por las instituciones. Es decir, nada de promulgar una ley y luego olvidarse para que sean las entidades LGTBI las que se muevan. Son las instituciones las que deben desarrollar aquello que se legisla, así como acatar la doctrina de la Corte de DDHH de la OEA, de la OMS y de la ONU. En el Estado Español acaba de crearse por vez primera una Dirección General de Asuntos LGTBI que depende del Ministerio de Igualdad. La veterana activista Boti García está al frente. Puede ser un ejemplo a seguir. En los países con menos derechos, urge crear alianzas con diversas entidades laicas para frenar la intromisión de las religiones en las tareas de gobierno y en los procesos electorales. Sin esa condición de unidad por el laicismo, será difícil mejorar. Es preciso apostar por estados laicos de verdad y contrarrestar las falacias del cristianismo integrista. Hay que reclamar también la solidaridad internacional con América Latina y Caribe por parte de los gobiernos democráticos, de los movimientos sociales, ong's y fundaciones pro-Derechos Humanos del resto del mundo. Amnistía Internacional fue la primera en apoyar al movimiento LGTBI una gran aliada.
Bueno Jordi. Hemos acabado la entrevista. Espero haya sido del todo amena y de tu agrado. Agradecerte sin más tu participación en nuestra revista. Un abrazo amigo. Nos vemos en otra.
Gracias a ustedes Lorena.
Fue como para tantas otras personas LGBTI, un mal trago. Mi pluma me delató, pero además del “bullying” estaba la dificultad de auto-aceptarme. Los cinco años que pasé en los salesianos fueron tremendos. Vivía en continua tensión entre el “pecado”, pues fui muy católico, la confesión más penitencia y de nuevo el “pecado”. Caí en manos del Opus Dei, me indujo a la mortificación con un cilicio que llevaba en el brazo. También me puse piedras y chapas de botella dentro de los zapatos. Me decían que debía “educar” mi voluntad. Al final lo dejé, no había manera de contener mis actos con otros chavales. Ante el “bullying” de mis compañeros de la escuela me propuse responder al acoso estudiando como un poseso, de manera que casi cada mes era el primero de la clase. Eso redobló el desprecio. En estos trances te defiendes como puedes o te aplastan psicológicamente. En casa no sabían nada, fui hijo único, consentido y mal criado, pasar de tanto cariño al rechazo, fue un trauma. Además esa primera adolescencia fue ensombrecida por las palizas que recibía mi madre, con siete u ocho años no podía defenderla. Aún se me nublan los ojos al recordar aquellos episodios que ella nunca quiso comunicar a la familia. Mi abuela le decía, ”hija mía, resiste, aguanta”. Desde aquel momento me alejé de mi padre. Estábamos en los 60's, y bajo el franquismo aquello de pegar a la esposa era “normal”. A los 16 años un psicólogo me explicó el Informe Kinsey y otras cosas y me quité la culpabilidad de encima. Todavía hoy hay ex-compañeros de clase, que si me encuentran por la calle se disculpan. Lo peor del “bullying”, en mi opinión, es la “culpa”. Encima de aguantar los insultos, no aceptar la propia homosexualidad. Eso es terrible, pero yo nunca pensé en el suicidio. En la actualidad envidio la información existente y tan asequible para entender la diversidad sexo-afectiva, pero entonces eso era una enfermedad, un pecado, una vergüenza...También dejé la religión y me afilié a las ilegales Juventudes Comunistas de Catalunya (JCC), afines al PSUC, partido comunista anti-estalinista. Allí encontré un círculo de jóvenes ante quienes nada escondí y me aceptaron sin problemas. No era así en otras secciones del PSUC, pero a mí me fue bien.
-¿Cómo y dónde se desarrollaron los primeros amores?. ¿Qué recuerdos guardas y cómo era posible expresarte en medio de la represión?
Mis primeros amores fueron secretos e imposibles. Me enamoré de algún chico del grupo de adolescentes de la playa donde veraneaba con mi familia. Jamás me expresé, todo fue platónico, seguía en el armario. Recuerdo que a dos amigos los sorprendieron teniendo sexo y el rechazo fue inmediato, yo me aterroricé. Sin embargo, al siguiente verano ya nadie se acordaba. Pensé lo mal que lo hubiese pasado y de la que me había salvado. Fui muy prudente y en los guateques me ponía de DJ. Con las chicas me llevaba muy bien, pero no las deseaba. Alguna muy lista intentó “redimirme” bailando lentos muy, pero que muy pegados, pero no funcionó. En aquellos años no hubo primeros “amores”, solamente sexo rápido y clandestino. Una vez llegó un familiar cuando estábamos en plena faena, así que ¡¡¡me escondí en un armario !!! Luego sigilosamente salí del piso, mientras mi compañero de encuentros furtivos, distraía al inoportuno recién llegado. Nunca nos pillaron.
-¿Siempre supieron en casa que eras gay? ¿Cuándo y cómo saliste del armario?
-¿Cómo y dónde se desarrollaron los primeros amores?. ¿Qué recuerdos guardas y cómo era posible expresarte en medio de la represión?
Mis primeros amores fueron secretos e imposibles. Me enamoré de algún chico del grupo de adolescentes de la playa donde veraneaba con mi familia. Jamás me expresé, todo fue platónico, seguía en el armario. Recuerdo que a dos amigos los sorprendieron teniendo sexo y el rechazo fue inmediato, yo me aterroricé. Sin embargo, al siguiente verano ya nadie se acordaba. Pensé lo mal que lo hubiese pasado y de la que me había salvado. Fui muy prudente y en los guateques me ponía de DJ. Con las chicas me llevaba muy bien, pero no las deseaba. Alguna muy lista intentó “redimirme” bailando lentos muy, pero que muy pegados, pero no funcionó. En aquellos años no hubo primeros “amores”, solamente sexo rápido y clandestino. Una vez llegó un familiar cuando estábamos en plena faena, así que ¡¡¡me escondí en un armario !!! Luego sigilosamente salí del piso, mientras mi compañero de encuentros furtivos, distraía al inoportuno recién llegado. Nunca nos pillaron.
-¿Siempre supieron en casa que eras gay? ¿Cuándo y cómo saliste del armario?
Mi madre siempre lo sospechó. Salí del armario en la primera entrevista de TVE, en 1978. Antes lo expliqué en casa. Para entonces yo ya me había emancipado y vivía en una comuna. Me había distanciado bastante, pero me pareció necesario explicárselo. Mi padre reaccionó muy mal, mutismo absoluto y mala cara.
-Jordi ¿Qué ocurrió en tu vida para que un día dijeras basta y comenzaras a luchar por las libertades, en una tierra demasiado hostil por efecto para el régimen franquista como era Cataluña?
Mi entrada en el movimiento LGBT vino dada por el sentido de igualdad y justicia que aprendí en el PSUC. La transición en España tuvo un efecto pendular y aquello que había estado prohibido con el franquismo, se puso de moda. Sobre todo los medios de comunicación nos apoyaron desde el principio. Para mí, acostumbrado a la clandestinidad, donde aprendí muchísimo, poder actuar en democracia me resultó muy fácil.
En el año 77 por primera vez te meten preso? ¿Cómo reaccionó tu familia al verte como un auténtico insurrecto?
Ya había estado detenido antes, en 1972, en las dos ocasiones fue por motivo de mi militancia en el PSUC. Mi familia siempre me había dicho que no me metiese en política, como había hecho antes en la universidad. Así que solamente me visitaron una vez en la cárcel.
¿A qué te dedicabas? ¿Estudiaste algo?
Hice los dos primeros cursos de Filosofía y Letras, allí aprendí a hablar en púbico y a denunciar el franquismo en el aula. Empecé Psicología pero tuve que ir al Servicio Militar en 1975 y ya no volví luego a la universidad. Esa etapa fue dura, pues los militares ya tenían mi ficha policial. Era en plena transición y a quienes teníamos antecedentes políticos nos decían, si esto va para atrás, vais los primeros al paredón. Luego fui con la gestión cultural en las fiestas de Barcelona y durante 30 años trabajé en Sabadell, en el ámbito cívico, como técnico de gestión cultural. Nunca estuve liberado por el movimiento LGBT, no cobraba sueldo alguno, era voluntario. Siempre viví de mi trabajo en Sabadell. Hablando de valores, que es en lo que consiste la difusión de la cultura cívica, tampoco escondo que desde hace unos seis años arrastro una depresión endógena crónica por falta de vitamina B12. Lo expreso porque forma parte de mi vida actual y porque en España la salud mental sigue siendo un tema que apenas despega.
¿Qué supuso para ti la muerte de Franco y la puesta en escena del Rey Don Juan Carlos. Supongo que no te hizo mucha gracia. ¿No?
La transición en España no logró la ruptura democrática, fue tutelada por la derecha. El secretario general del PCE, Santiago Carrillo, decía ante la correlación de fuerzas existente, “la contradicción no es monarquía o república, sino democracia o dictadura”, así que se impuso ese jefe del estado, pues no había otra salida.
Ya extinguido el régimen fuiste, trabajaste por el legalización de las asociaciones LGBT. Después fuiste coordinador del Frente de Liberación Gay de Catalunya y trabajaste también para la eliminación de la ley de peligrosidad de vagos y maleantes. ¿Hubo algún tipo de desencuentros con el poder político? ¿Cómo resultó ese proceso?
El proceso fue complejo. Las manifestaciones contra esa ley se iban multiplicando año tras año y contaban con el eco de la prensa y de intelectuales, artistas, entidades de DDHH, etc. El problema es que no existía un puente de diálogo con el Gobierno del centrista Adolfo Suárez, éramos ilegales, aunque tolerados. La clave estuvo en poder coordinar a varios parlamentarios de izquierda para que en los pasillos del Congreso de los Diputados presionasen a Suárez. ¿Cómo una democracia iba a tener a los homosexuales y transexuales en la cárcel ?, ¿Cómo iban a ser ilegales?. Eso estaba mal visto en Europa. Me correspondió la tarea de concertar a aquellos diputados (socialistas y comunistas), para esa labor que realizaron más bien a título individual. Finalmente y con cierta rapidez el Gobierno nos excluyó de la Ley de Peligrosidad Social el 26 de diciembre de 1978 y las asociaciones homosexuales se legalizaron el 16 de julio de 1980. En síntesis, con un movimiento muy activo, la labor de aquellos diputados, entre quienes quiero destacar a JMª Riera del PSUC, por su vehemencia, resultó fundamental para responder a la demanda de aquellas manifestaciones e incluso de la opinión pública, que no entendía esa discriminación. Diría que la historia de España tras la transición, fue un continuo ir arrancando pequeñas o grandes victorias en todos los aspectos, pues muchas instituciones del estado seguían estando en manos de franquistas.
-Jordi ¿Qué ocurrió en tu vida para que un día dijeras basta y comenzaras a luchar por las libertades, en una tierra demasiado hostil por efecto para el régimen franquista como era Cataluña?
Mi entrada en el movimiento LGBT vino dada por el sentido de igualdad y justicia que aprendí en el PSUC. La transición en España tuvo un efecto pendular y aquello que había estado prohibido con el franquismo, se puso de moda. Sobre todo los medios de comunicación nos apoyaron desde el principio. Para mí, acostumbrado a la clandestinidad, donde aprendí muchísimo, poder actuar en democracia me resultó muy fácil.
En el año 77 por primera vez te meten preso? ¿Cómo reaccionó tu familia al verte como un auténtico insurrecto?
Ya había estado detenido antes, en 1972, en las dos ocasiones fue por motivo de mi militancia en el PSUC. Mi familia siempre me había dicho que no me metiese en política, como había hecho antes en la universidad. Así que solamente me visitaron una vez en la cárcel.
¿A qué te dedicabas? ¿Estudiaste algo?
Hice los dos primeros cursos de Filosofía y Letras, allí aprendí a hablar en púbico y a denunciar el franquismo en el aula. Empecé Psicología pero tuve que ir al Servicio Militar en 1975 y ya no volví luego a la universidad. Esa etapa fue dura, pues los militares ya tenían mi ficha policial. Era en plena transición y a quienes teníamos antecedentes políticos nos decían, si esto va para atrás, vais los primeros al paredón. Luego fui con la gestión cultural en las fiestas de Barcelona y durante 30 años trabajé en Sabadell, en el ámbito cívico, como técnico de gestión cultural. Nunca estuve liberado por el movimiento LGBT, no cobraba sueldo alguno, era voluntario. Siempre viví de mi trabajo en Sabadell. Hablando de valores, que es en lo que consiste la difusión de la cultura cívica, tampoco escondo que desde hace unos seis años arrastro una depresión endógena crónica por falta de vitamina B12. Lo expreso porque forma parte de mi vida actual y porque en España la salud mental sigue siendo un tema que apenas despega.
¿Qué supuso para ti la muerte de Franco y la puesta en escena del Rey Don Juan Carlos. Supongo que no te hizo mucha gracia. ¿No?
La transición en España no logró la ruptura democrática, fue tutelada por la derecha. El secretario general del PCE, Santiago Carrillo, decía ante la correlación de fuerzas existente, “la contradicción no es monarquía o república, sino democracia o dictadura”, así que se impuso ese jefe del estado, pues no había otra salida.
Ya extinguido el régimen fuiste, trabajaste por el legalización de las asociaciones LGBT. Después fuiste coordinador del Frente de Liberación Gay de Catalunya y trabajaste también para la eliminación de la ley de peligrosidad de vagos y maleantes. ¿Hubo algún tipo de desencuentros con el poder político? ¿Cómo resultó ese proceso?
El proceso fue complejo. Las manifestaciones contra esa ley se iban multiplicando año tras año y contaban con el eco de la prensa y de intelectuales, artistas, entidades de DDHH, etc. El problema es que no existía un puente de diálogo con el Gobierno del centrista Adolfo Suárez, éramos ilegales, aunque tolerados. La clave estuvo en poder coordinar a varios parlamentarios de izquierda para que en los pasillos del Congreso de los Diputados presionasen a Suárez. ¿Cómo una democracia iba a tener a los homosexuales y transexuales en la cárcel ?, ¿Cómo iban a ser ilegales?. Eso estaba mal visto en Europa. Me correspondió la tarea de concertar a aquellos diputados (socialistas y comunistas), para esa labor que realizaron más bien a título individual. Finalmente y con cierta rapidez el Gobierno nos excluyó de la Ley de Peligrosidad Social el 26 de diciembre de 1978 y las asociaciones homosexuales se legalizaron el 16 de julio de 1980. En síntesis, con un movimiento muy activo, la labor de aquellos diputados, entre quienes quiero destacar a JMª Riera del PSUC, por su vehemencia, resultó fundamental para responder a la demanda de aquellas manifestaciones e incluso de la opinión pública, que no entendía esa discriminación. Diría que la historia de España tras la transición, fue un continuo ir arrancando pequeñas o grandes victorias en todos los aspectos, pues muchas instituciones del estado seguían estando en manos de franquistas.
En aquellos años ochenta proliferaba el SIDA fuertemente en España. Hicisteis las primeras campaña de prevención ante un colectivo muy castigado. ¿Es un hecho un heroico o moral ¿Se salvaron vidas humanas con tales acciones?
La llegada del VIH/sida fue acogida con recelo por una comunidad gay que hacía solamente seis años que había empezado a divertirse como nunca antes. Los frentes de liberación gay estaban en crisis, se vaciaron para llenar las pistas de baile de las discotecas. Por causa de disensión interna en el FAGC, lo abandonamos una serie de militantes decididos a luchar contra el VIH/sida y se fundó la Coordinadora Gai-Lesbiana de Catalunya(CGL) en 1986. Tras la incredulidad inicial ante el SIDA, cundió el pánico y el grupo Stop Sida de la CGL desplegó las grandes campañas “Cuídate" con subvención institucional. Luego se formó el primer grupo de Gays Positius (seropositivos), entre otras entidades que hasta sumaron siete asociaciones dentro de la CGL. La irrupción del VIH obligó a la renovación del movimiento LGTB en todo el
mundo. Pasamos de ser militantes a realizar voluntariado con diversos servicios, como fue el longevo servicio telefónico 900Rosa. Claro que se salvaron muchas vidas e informamos sobre prevención a miles y miles de personas con aquella línea de teléfono anónimo y gratuito. Por allí pasaron por más de 20 años cientos de personas voluntarias, debidamente formadas. No puedo obviar el apoyo recibido por parte de la abogada Mª José Varela, de tantas periodistas, del Plan Nacional del sida, de la Ministra de Asuntos Sociales, Matilde Fernández y del Consejero de Sanidad de la Generalitat de Catalunya, Xavier Trias.
¿Y las relaciones de pareja? ¿Las familias homo parentales?
Mis relaciones con el amor, hasta hoy han sido tres y cada una me ha enseñado varias cosas. Desde la complejidad de las relaciones abiertas, que ciertamente son posibles si entre dos se habla bien de todo, hasta el desamor. Como dijo Vinicius de Moraes, ”el amor es eterno, mientras dura”. Entiendo el sexo entre varones como una forma de diversión, con sus más y sus menos resabios de machismo o de auto-homofobia a desterrar. Lo entiendo como compañerismo. No creo en el voluntarismo en el ámbito sentimental. Con Mario Mieli y Michael Foucault hasta Olg Viñuales y la cadena simbólica, Judith Butler y Teresa de Lauretis,
podemos de-construir el mito del “amor romántico” y tantas otras cosas.
La gran dificultad estriba en que la educación de los sentimientos, como reivindicaba el escritor Manuel Vázquez Montalbán, es esencial, y por ahora solamente hemos aprendido a base de aciertos y errores personales. Solamente nos ha educado Hollywood. ¿Cómo de-construir mis emociones de persona adulta, por más razonable que sea ? Se precisa de mucho realismo y madurez. Por eso es necesaria una escuela sin fanatismos. Una educación sobre el sexo y el amor. Por eso urge educar desde la visibilidad cotidiana LGTBI hasta en las redes sociales, en las calles y en la cultura. Tenemos un nuevo reto. Con el paso de los años, las primeras generaciones del activismo LGTBI, llegan a ser ya mayores y ahí hay que romper con las estructuras heterosexistas de las residencias y centros para la tercera edad. Hace falta el respeto a la privacidad. A mi parecer las familias homoparentales son hoy la vanguardia de nuestro movimiento.
¿Jordi Petit es un apodo verdad? ¿Qué te queda por hacer habiendo completado tantos logros como activista?
Ese apodo proviene de cuando el movimiento LGTB era clandestino y con él aparecí en las TV, así que lo he dejado hasta el presente. Es y fue un intento -difícil- de separar la vida activista de la vida personal. Recuerdo que al malogrado dirigente de la FELGTB (Federación estatal
LGTB) Pedro Zerolo (1960-2015), le decía siempre que guardase tiempo para su vida personal, seguramente porque yo quizás me había dedicado en exceso. Personalmente creo que queda muchísimo por hacer, tras ganar las leyes de pareja de hecho y el matrimonio igualitario (2005), hasta el presente. Nos encontramos ahora con varias generaciones que nacidas a finales de los 90's, no participaron de los intensos y pedagógicos debates de aquellas fechas. Queda pues pendiente conseguir que de una vez en la educación se informe sobre la diversidad sexo-afectiva y de género en todos sus niveles, incluida la formación del profesorado. Uno nunca deja de ser activista y es importante conservar y potenciar la memoria histórica LGTBI, pues mucha juventud desconoce que camino recorrimos desde 1977. Nada nos ha sido regalado, nada salió gratis. En mi caso no puedo dejar de citar a diversas personas de quienes aprendí y compartí tantas batallas, como Armand de Fluvià y Empar Pineda, Antonio Guirado, Xavier Tort, Íñigo Lamarca, David Montero, Desireé Chacón, Antonio Poveda, Ferran Pujol, Ximo Cádiz (que realizó una tarea gran tarea de asesoramiento en Medellín), Beatriz Gimeno, Pedro Zerolo, Carla Antonelli, Gabriel J. Martín, Joan Igual, María Giralt...así como mi querida maestra, la mexicana Gloria Careaga, secretaria general de la International Lesbian & Gay Association (ilga.org , del 2008 al 2014 ), entre muchos otros activistas...la lista sería muy larga. Siempre he concebido la labor en equipo y creo que, a menudo, las circunstancias se
cruzan para que en un momento dado existan las condiciones que requiere de personas que catalicen cambios y afronten desafíos.
Ahora con la ultraderecha, ¿no ve peligrar todo lo construido? ¿Teme ese mañana por las generaciones futuras?
Creo que el asentamiento de los derechos lgtb es muy profundo en el estado español, hasta forma parte de alguna publicidad en las tv. La complicidad de la Iglesia Católica con los ultras, todavía les desautoriza más, pues en su momento los obispos apoyaron a la dictadura. Hay una especie de referéndum, cada año en la declaración de impuestos: puedes elegir en dar el 0'5% del irpf a fines sociales o a la Iglesia Católica. El 60% de estas declaraciones no marca la casilla de la iglesia.
Desde tu experiencia, ¿ve firme al colectivo frente a los avances imparables de los utraconservadores?
Las agresiones que se producen contra parejas del mismo sexo y contra transexuales, indican su gran visibilidad y a pesar de ésto, nadie se echa para atrás y denuncia a la policía. Caer en el catastrofismo y el victimismo es hacer el juego a los ultras que desean intimidarnos. Los avances de la extrema derecha no son imparables. En todas las recientes elecciones en Europa del oeste, vemos un gran avance de los verdes y eso es reconfortante. Creo que los tres actuales movimientos mundiales, el “Me too” de las mujeres , la creciente ola ecologista y el anti-racismo, han de tener su eco en nuestro país.
- ¿Por qué si hay una ley de partidos para erradicar a la violencia no se aplica esta ley para una estabilidad democrática?
Esta pregunta es consecuencia de una transición limitada, (1977-1981) que ha tardado 40 años en sacar la momia del dictador de su mausoleo. Creo que esto da idea del peso de la herencia franquista. El día en que los restos de Franco fueron sacados del Valle de los Caídos, lloré sin
cesar durante la dos horas que duró la operación, lloré porque mi madre y mi padre ya no pudieron verlo. Las personas homosexuales y transexuales fueron las últimas en salir de las cárceles (casi dos años después respecto de las y los presos políticos).
podemos de-construir el mito del “amor romántico” y tantas otras cosas.
La gran dificultad estriba en que la educación de los sentimientos, como reivindicaba el escritor Manuel Vázquez Montalbán, es esencial, y por ahora solamente hemos aprendido a base de aciertos y errores personales. Solamente nos ha educado Hollywood. ¿Cómo de-construir mis emociones de persona adulta, por más razonable que sea ? Se precisa de mucho realismo y madurez. Por eso es necesaria una escuela sin fanatismos. Una educación sobre el sexo y el amor. Por eso urge educar desde la visibilidad cotidiana LGTBI hasta en las redes sociales, en las calles y en la cultura. Tenemos un nuevo reto. Con el paso de los años, las primeras generaciones del activismo LGTBI, llegan a ser ya mayores y ahí hay que romper con las estructuras heterosexistas de las residencias y centros para la tercera edad. Hace falta el respeto a la privacidad. A mi parecer las familias homoparentales son hoy la vanguardia de nuestro movimiento.
Ese apodo proviene de cuando el movimiento LGTB era clandestino y con él aparecí en las TV, así que lo he dejado hasta el presente. Es y fue un intento -difícil- de separar la vida activista de la vida personal. Recuerdo que al malogrado dirigente de la FELGTB (Federación estatal
LGTB) Pedro Zerolo (1960-2015), le decía siempre que guardase tiempo para su vida personal, seguramente porque yo quizás me había dedicado en exceso. Personalmente creo que queda muchísimo por hacer, tras ganar las leyes de pareja de hecho y el matrimonio igualitario (2005), hasta el presente. Nos encontramos ahora con varias generaciones que nacidas a finales de los 90's, no participaron de los intensos y pedagógicos debates de aquellas fechas. Queda pues pendiente conseguir que de una vez en la educación se informe sobre la diversidad sexo-afectiva y de género en todos sus niveles, incluida la formación del profesorado. Uno nunca deja de ser activista y es importante conservar y potenciar la memoria histórica LGTBI, pues mucha juventud desconoce que camino recorrimos desde 1977. Nada nos ha sido regalado, nada salió gratis. En mi caso no puedo dejar de citar a diversas personas de quienes aprendí y compartí tantas batallas, como Armand de Fluvià y Empar Pineda, Antonio Guirado, Xavier Tort, Íñigo Lamarca, David Montero, Desireé Chacón, Antonio Poveda, Ferran Pujol, Ximo Cádiz (que realizó una tarea gran tarea de asesoramiento en Medellín), Beatriz Gimeno, Pedro Zerolo, Carla Antonelli, Gabriel J. Martín, Joan Igual, María Giralt...así como mi querida maestra, la mexicana Gloria Careaga, secretaria general de la International Lesbian & Gay Association (ilga.org , del 2008 al 2014 ), entre muchos otros activistas...la lista sería muy larga. Siempre he concebido la labor en equipo y creo que, a menudo, las circunstancias se
cruzan para que en un momento dado existan las condiciones que requiere de personas que catalicen cambios y afronten desafíos.
Ahora con la ultraderecha, ¿no ve peligrar todo lo construido? ¿Teme ese mañana por las generaciones futuras?
Creo que el asentamiento de los derechos lgtb es muy profundo en el estado español, hasta forma parte de alguna publicidad en las tv. La complicidad de la Iglesia Católica con los ultras, todavía les desautoriza más, pues en su momento los obispos apoyaron a la dictadura. Hay una especie de referéndum, cada año en la declaración de impuestos: puedes elegir en dar el 0'5% del irpf a fines sociales o a la Iglesia Católica. El 60% de estas declaraciones no marca la casilla de la iglesia.
Desde tu experiencia, ¿ve firme al colectivo frente a los avances imparables de los utraconservadores?
Las agresiones que se producen contra parejas del mismo sexo y contra transexuales, indican su gran visibilidad y a pesar de ésto, nadie se echa para atrás y denuncia a la policía. Caer en el catastrofismo y el victimismo es hacer el juego a los ultras que desean intimidarnos. Los avances de la extrema derecha no son imparables. En todas las recientes elecciones en Europa del oeste, vemos un gran avance de los verdes y eso es reconfortante. Creo que los tres actuales movimientos mundiales, el “Me too” de las mujeres , la creciente ola ecologista y el anti-racismo, han de tener su eco en nuestro país.
- ¿Por qué si hay una ley de partidos para erradicar a la violencia no se aplica esta ley para una estabilidad democrática?
Esta pregunta es consecuencia de una transición limitada, (1977-1981) que ha tardado 40 años en sacar la momia del dictador de su mausoleo. Creo que esto da idea del peso de la herencia franquista. El día en que los restos de Franco fueron sacados del Valle de los Caídos, lloré sin
cesar durante la dos horas que duró la operación, lloré porque mi madre y mi padre ya no pudieron verlo. Las personas homosexuales y transexuales fueron las últimas en salir de las cárceles (casi dos años después respecto de las y los presos políticos).
Una canción mía dice:"un boli bic, y un buen papel, tumba al coronel." ¿Qué opina de los militares? ¿Quién es más poderoso, un escritor o un activista?
Espero que los cuerpos de seguridad y fuerzas militares del estado hayan asumido el significado de la democracia. En el caso de Catalunya, en varias ocasiones acudí a la Escuela de los Mozos de Escuadra, para impartir conferencias sobre la cuestión lgtb y el tipo de delitos a prevenir. Hoy existen ya asociaciones lgtb en diversos cuerpos policiales. El mayor poder reside en las ideas.
¿De donde vino su faceta escritor u cuándo empezó?
En la vida no puedes hacerlo todo, seguramente soy un periodista o un escritor frustrado, no pudo ser. Esas vocaciones nacieron en mi adolescencia, con mis poemas de segunda, claramente homosexuales. Sin embargo soy de pluma fácil, escribí muchísimos artículos sobre todo tipo de temas y en muy diferentes medios, incluidos diez años cada martes en el diario gratuito 20 Minutos en Barcelona (2000-2010), con la columna “Contraste”.
¿Nos puedes hablar un poco de tus cuatro libros?
Los dos libros de poemas “De hombre a hombre” y “Amic/Amant” ya están descatalogados. Giran en torno a las relaciones entre gays, amores, desamores, aventuras...ese laberinto tan denso y las circunstancias que los rodeaban, justo después del franquismo. En 2003 publiqué “25 años más” en Icaria Editorial , crónica desde Catalunya sobre los primeros 25 años del mov.lgtb. En 2004, con “Vidas del arco iris” (E-book de Ed. Egales) intenté mostrar un abanico de breves historias de vida y anécdotas personales entre 1960 y 2003, que recogí de 30 distintos testimonios. Creo que en nuestra literatura, y con toda la modestia de mi labor, escasean los relatos de vida, a diferencia de la literatura anglo-sajona. Ambos libros también se encuentran en Amazon.
La Revista Diversa trabaja para Latinoamérica. ¿Cuéntenos si tienes algún vínculo y que te atrae de ese lado?
Muchísimos vínculos pues durante los años en que fui co-secretario general de ILGA (1995-1999), pude conocer de primera mano la situación de aquellos momentos acuciados por el vih/sida y los crímenes de odio por LGTBI-fobia. La labor de ILGA fue básicamente poner en contacto a las organizaciones LGBTI del la región para sus campañas conjuntas, así como tender puentes para la financiación de proyectos, como fue el caso de la ong oficial holandesa HIVOS, la Comisión Europea y otras que desde entonces han aumentado su implicación en la región. Tuve la suerte de conocer a activistas tan destacados como Arturo Díaz de México y Luis Gauthier de Chile, pero ya no están con nosotros. Me atrae de América Latina y Caribe la abnegación de un admirable activismo que se juega la vida cada día. Nada que ver con la Unión Europea.
A sus 43 años como activista y con numerosos premios y distinciones, ¿Qué le diría a las gentes de Sudamérica en su lucha por los derechos LGBT que aún no han conseguido encarar su realidad ante el ostracismo?
En primer lugar, tal como analizan con veteranía, Gloria Careaga desde México y Pedro Paradiso desde Argentina, es fundamental que allí donde se han ganado derechos, éstos deben de ser implementados por las instituciones. Es decir, nada de promulgar una ley y luego olvidarse para que sean las entidades LGTBI las que se muevan. Son las instituciones las que deben desarrollar aquello que se legisla, así como acatar la doctrina de la Corte de DDHH de la OEA, de la OMS y de la ONU. En el Estado Español acaba de crearse por vez primera una Dirección General de Asuntos LGTBI que depende del Ministerio de Igualdad. La veterana activista Boti García está al frente. Puede ser un ejemplo a seguir. En los países con menos derechos, urge crear alianzas con diversas entidades laicas para frenar la intromisión de las religiones en las tareas de gobierno y en los procesos electorales. Sin esa condición de unidad por el laicismo, será difícil mejorar. Es preciso apostar por estados laicos de verdad y contrarrestar las falacias del cristianismo integrista. Hay que reclamar también la solidaridad internacional con América Latina y Caribe por parte de los gobiernos democráticos, de los movimientos sociales, ong's y fundaciones pro-Derechos Humanos del resto del mundo. Amnistía Internacional fue la primera en apoyar al movimiento LGTBI una gran aliada.
Bueno Jordi. Hemos acabado la entrevista. Espero haya sido del todo amena y de tu agrado. Agradecerte sin más tu participación en nuestra revista. Un abrazo amigo. Nos vemos en otra.
Gracias a ustedes Lorena.
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