Nueva Columna El diván del Venado por Javier Morón: El sexo en mi vida

Por Javier Morón (Desde México) 

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El sexo en mi vida

MI primer encuentro con el porno fue a los 13 años (si! fui un chamaco precoz ¿y?) cuando encontré una película que tenía mi padre en sus cajones al estar buscando un reloj de mi abuelo, esa ocasión me esperé a estar solo en casa y la puse, fue tanta la adrenalina de que llegaran mis padres y me cacharan en plena chaqueta que lo disfruté y me encantó la sensación viendo ese material. Es claro que me enfocaba en la tremenda verga del actor e imaginaba que se sentiría. De esa forma se me empezó a volver vicio. Por supuesto, todos pasamos esa etapa de que se nos paraba la verga y a darle justicia; aunque nunca falta el mocho que dice no haberlo hecho nunca.

Un día me clavé tanto que no escuché que llegaron a casa y no me dio tiempo de quitar la película, solo apagué el televisor y corrí al baño, de los nervios ni acabé y pues al salir mi padre habló conmigo que no era material para mi edad, yo solo decía que sí, pero jamás dejé de hacerlo pues sabía sus escondites (risas).

En la preparatoria compré mi primer revista porno gay junto a unas amigas por el morbo de ver lo que contenían, si eran como las del conejito para caballeros o solo eran fotos y ya; y efectivamente sí, eran solo fotos pero no me excitaba tanto como una película por la cuestión de los gemidos y movimientos. Terminé tirándola en el baño de la escuela y que alguien más le diera buen uso (buen samaritano desde joven).

Sexualmente siempre fui y he sido muy activo, tuve muchas parejas sexuales, algunas memorables y muy gran parte de ellos ni recordarlos por pésimos. Tuve sexo con un amigo en un bus rumbo a un viaje de vacaciones, en la autopista, manejando, en un parque público de noche, con mis padres en la habitación y yo con un ex en la sala dándole a gusto, en una boda con un tipo del evento, en mi roof garden, en la playa, en el balcón del hotel de día y así podría mencionar muchas. Que no me canso eh...

El sexo me encanta y practicar muchas posiciones, inventar algunas, hacer de casi todo y lo que me falta por probar pero evito cosas que me pongan en riesgo físico o que mi mente no podría. Todos somos libres de coger como nos guste y nos plazca, pero si está mal ofender o discriminar a alguien por sus prácticas, pues lo que haga con su culo o verga no tiene porque importarte. 

Hay quienes se excitan con caricaturas, con texturas, con juguetes, con golpes, con el fisting (alguien que lo practique, contáctame porque tengo muchas dudas), pissing, voyeurismo, espiar, uniformados, ropa deportiva, pies, axilas, arneses, cuero, sado, masoquismo, comer caca y un sin fin de cosas; todas respetables y disfrutables a sus gustos.

Personalmente puedo decir que a mi me excita el morbo visual y me refiero al voyeurismo, el ir a un vapor y ver hombres desnudos, con la verga y huevos colgando por el calor del ambiente, otros excitados por el morbo y el observar cómo se dan placer entre algunos. Yo solamente observo, me manoseo pero no permito que me toque alguien o me la mamen, ya que son desconocidos y uno no sabe que puedan tener. Pero es algo que disfruto mucho hacer, o ver por los orificios de algún baño al de lado orinando o he visto quienes se masturban viendo porno en sus celulares y eso vaya que me sube la adrenalina (los que comparten este fetiche saben de qué hablo).

Algo que dentro del ser voyeurista no me va son los strippers y respeto su trabajo pero no me produce nada en lo más mínimo pero hay personas que como les encanta ir y ver sus cuerpos moverse. Hace poco fui a un par de lugares y pues honestamente no tenían ritmo, no nada (risas) pues se movían igual todos y más enfocados a verse fuertes y ya. Y así tengo más fetiches como el olor de la entrepierna o la ropa interior recién quitada sea de alguien más o la mía incluso, es algo que me fascina y creo algunos les gusta.

Vivo mi sexualidad plenamente procurando darle el mayor placer a mi pareja o la persona que esté conmigo en ese momento y es válido decir si algo no te está gustando o te lastima, no estás pasándolo bien o simplemente no quieres ni una mamada porque el tipo no te agrada. Porque hay muchos que después solo hablan mal de esa persona y no se ponen a pensar que también tiene una autoestima y se la haces mierda. Es mejor decirle la verdad y todos felices y contentos, aunque no tanto porque la has pasado de la chingada.

La sexualidad se debe disfrutar acompañado y a solas, porque aunque tengamos pareja también queremos nuestro momento a solas y nos hacemos justicia, o porque el otro no quiere (risas), tengo un dildo que ni uso porque no soy tan pasivo (aunque usted.. no lo crea), pero tengo uno en forma de huevo que es de látex y vaya que da un placer estupendo y lo he usado con mi pareja, eso ayuda bastante a tener más contacto y unión en la intimidad, no tengan miedo cabrones y háganlo.

Con mi pareja actual tengo una apertura sexual que jamás pensé podría tener y lo cual nos ha dado una relación más sólida y abierta, donde decimos que nos gusta, que queremos hacer, que queremos ver, probar, no hacer, todo juntos y también la confianza de decir “Wey, me la jalé con el huevito y se siente DE-LI-CI-OSO!!”.

Si están en pareja inténtenlo! digan sus fetiches, sus deseos, que quieren hacer y que no, créanme que eso les va a abrir un panorama en su relación y mejor aún, como personas pues te quitas muchos miedos y tabúes que en ocasiones podemos traer desde la infancia o simplemente por temor al rechazo.

Vive, tócate, explórate, mójate, métete un dedo (o lo que te quepa, es tu culo), batete de tu leche, cométela si te gusta (le da un sorbo a su vaso de leche); pero no dejes que tu sexualidad se vea frustrada, porque una sexualidad libre lleva a una vida más plena y una confianza en ti que nadie más te dará. 




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