Con mis derechos no te metas por Nicolás Colfer: No a la ley anti TRANS

Por Nicolás Colfer (Desde Uruguay)

Nicolás Colfer viajó a Montevideo para hacer una serie de lecturas queer en la cafetería Potts. Antes de viajar, se enteró de que, justo cuando él estuviera allá, se votaría un pre referéndum para derogar la reconocida Ley Trans del Uruguay. Luego siguió de cerca la cuestión y aquí nos cuenta qué pasó. 

Cuando me enteré de que en Uruguay querían derogar, a través de un referéndum, la Ley Trans sancionada en 2018, me invadió una congoja muy rioplatense y pucha, dije, estos turros llegaron también al paisito. Hasta el momento, la República Oriental había podido cancherear su resistencia al derrame de la Derecha sobre América Latina, firme, medio a la izquierda de todo salvo geográficamente, y no, qué tristeza que ahora quisieran, de pronto, derogar una ley tan valiosa.

¿Pero quiénes eran los turros que proponían el referéndum? ¿Eran los milicólicos y catolicólicos que yo me imaginaba? La curiosidad (y la conveniencia de estar justo en Montevideo) me llevó a investigar los nombres y las causas, y así di con Carlitos Iafigliola, dirigente evangelista del Partido Nacional, quien juntó (todo a pulmón, pobrecito), casi 70.000 firmas para activar un pre referéndum. Era "pre" porque la democracia funciona de a pasitos: si hoy, domingo 4 de agosto, se presentaba a las urnas el 25% del electorado, en octubre habría un referéndum pleno y ahí sí, la Ley Trans correría peligro. Pero hoy no tenías que ir a votar si no querías, porque en las urnas iba a haber una sola papeleta, la diseñada por el pobre Carlitos Lafigliola para aquellos que estuvieran de acuerdo con someter a referéndum la ley. 

Uno de los argumentos esgrimidos en contra de la ampliación de derechos para la comunidad trans, cómo no, era ese de que querían vivir del Estado y que este, obligado de pronto a emplear y pensionar a esas personas, acabaría despilfarrando un montón de dinero que podía usarse para otras cosas. ¿En qué cosas mejores usarían el dinero lxs evangelistas? Nadie sabe, pero como impulsaron una movida electoral que costó a Uruguay casi 20 millones de pesos, se puede intuir que querrían "invertir" en otras derogaciones posibles. Porque quitar derechos tampoco es gratis, ¿vio? 

¿Y todo para qué, Carlitos, si a las urnas fue menos gente que a tu cumpleaños? Seamos francas: con el frío de perros que hace en estas latitudes y todo lo que se puede hacer un domingo, una, por muy antiderechos que sea, se replantea mil veces si vale la pena salir a votar una cosa que desde el vamos está mal habida. ¡Ni la Iglesia Católica ni el precandidato a presidente por el Partido Nacional apoyaron la medida!

Ahora, que como antecedente es gravísimo, nadie lo duda. Porque lo de la soledad de Iafigliola me lo enteré acá, en Montevideo, pero a Buenos Aires llegó nomás eso de que "quieren derogar la Ley Trans". Y yo me imagino que, con lo poco amigxs de la información que son algunxs, a más de un dinosaurio se le habrá encendido la idea de imitar, en Argentina o en cualquier otra parte, la noble iniciativa de los que, aún hoy, quieren "volver a la normalidad" del binarismo, la meritocracia y el temor de Dios. Y a una le entra el miedo, la persecuta, porque el paisito es super progre y le cuesta mucho volver hacia atrás, pero eso no es igual al otro lado del río, y allá hay tanta gente con ganas de votar pavadas... ¡En fin, pa' tras, ni pa' coger envión!

¿Qué puede hacer una como defensora de los derechos conquistados por nuestra comunidad de tantas siglas? Primero, no sucumbir a la depresión e informarse. Segundo, compartir la información y tenerles cierta piedad a los iafigliolas, que abundan, sí, pero no son tantos. Porque la ignorancia debería inspirarnos alguna indulgencia; deberíamos intentar contrarrestarla y sólo luego, si no se puede otra cosa, tomar los tacos - ¡las armas nunca! - y salir a luchar por lo que tanto tiempo se nos ha negado pero nunca más se nos va a negar.

¡Arriba la frente, Uruguay! Te vemos canchera y progre como siempre. ¡Arriba los tacos, hermanas! Nadie las ha quitado nada.