ACCIÓN/REACCIÓN POR GERARDO POGGI: FRAGMENTOS DE MI

Por Gerardo Poggi (Desde Buenos Aires, Argentina)
gerardopoggi@hotmail.com

Gerardo Poggi aterriza en Canal Diversa para compartir mensualmente sus reflexiones y pensamientos. Porteño, buena onda y siempre echándole una sonrisa a la vida, son las características que a simple vista uno puede observar en Gerardo Poggi, arbitro bonaerense de 37 años, esposo y padre de familia. Un hombre que vive y ama el deporte su calidad de arbitro profesional. A los 33 años fue elegido el mejor árbitro del mundo por la AIBA la Asociación Internacional de Boxeo.

A disfrutar!!

UNO

¿Quien me habla? Yo estoy conmigo mismo todo el tiempo, pero tengo que reconocer que hay alguien que me habla, la gran mayoría del tiempo me aconseja, me dice lo que tengo que hacer, me dice quien soy, muchas veces me dice cosas feas y me hace sentir vulnerable ante la vida y la sociedad, ese otro yo por lo general es muy extremista y todo lo ve o negro o blanco, puede llegar a decirme que soy el mejor de todos, y al otro día me puede hacer sentir el peor de los humanos, por lo general él es más pesimista y asesino que alegre y bondadoso, si fuera por él ya tendría que estar en la cárcel y peleado con todo el mundo, una de las cosas que más intenta es tirarme lo más abajo posible para hundirme, pero ahí estoy yo para controlarlo, para ubicarlo, para decirle que esto sí y esto no, ahí estoy yo para ponerle el límite que se merece, para hacerle entender que no soy tan perfecto como él cree y que no soy un desastre y tan mala persona como me quiere hacer sentir. Ahora bien, tengo que reconocer que muchas veces me hace analizar muchas de las cosas que me dice, y después con mi filtro propio logro darle la forma más adecuada a mi realidad. 

Muchos intentan callar a su otro yo, otros lo ignoran, a la gran mayoría los aturde y los convence, y ahí anda él con su impunidad a cuestas haciendo desastres por los diferentes cerebros-. Quienes desean mejorar sus problemas individuales buscan apoyo en los psiquiatras, psicólogos, la meditación, el yoga, el teatro, las terapias, las religiones etc., y hacen lo posible en darle batalla a los varios otros yo que andan por las mentes humanas.

Tengo 34 años, me miro a mi mismo y miro a mi alrededor, ¿Qué nos pasa?, ¿estamos en el camino correcto? Y si no lo estamos, ¿cuál es el camino? O será que no hay un camino único y hasta que no logramos elevarnos no nos damos cuenta de la inmensidad del mundo en que vivimos.

DOS
"Tengo mala suerte con las parejas" es una frase que le he escuchado decir a varias personas, amigos, familiares o a mí mismo, y de repente nos encontramos con que pasaron 10 años o más y no pudimos entablar una relación con alguien que durara más de tres meses, ya sea porque no nos llamó nunca más o porque le encontramos varios “defectos” que a estas alturas de la vida ya no podemos dejar de lado. Por lo general le echamos la lupa al otro o simplemente no nos llama más y ahí comienza nuestra frustración constante, la de no sentirte querido, la sensación de que no te valoran, no te comprenden y así como te sientes bien cuando apenas conoces a alguien, se vuelve totalmente frustrante y de “fracaso“  que no te permite disfrutar al 100 % tus éxitos semanales o mensuales, porque te hace pensar que no lo puedes compartir con esa otra persona tan idealizada en tu mente que hasta ahora no llegó o no se quedó.


¿Hasta dónde somos capaces de cambiar o aceptar al otro tal como es? O nos acostumbramos a convivir con esta frustración que ya conocemos de memoria. Y si en realidad no nos interesa estar con una pareja en este momento o por el resto de nuestras vidas ? Y si estamos insistiendo en algo para lo que no nacimos o si en realidad nuestro momento es más adelante, sea la edad que sea y lo estamos forzando, por el solo echo de compararse con los demás . Creo que es momento de relajarse y no auto presionarte por algo que nunca debe forzarse, ya que seguramente sos lo suficientemente sincero con vos mismo para aceptar que cuando llegue ese amor en el momento que sea te darás cuenta, porque en realidad ese amor no se busca, simplemente se encuentra.

TRES

Moscow, 15.30 de la tarde del 11 de julio de 2013.

¿Qué quiere decir entonces, qué son nuestros pensamientos, qué son en nuestras vidas? ¿Para qué sirven estos pensamientos constantes, feos, lindos, envidiosos, divertidos, asesinos, dulces? Si terminan siendo en nuestra persona, en nuestra imagen, en nuestro ser, creo que nada, porque nosotros somos la acción y solo tu acción te define como ser humano, si quiero fumar pero no fumo, entonces no soy fumador. Ahora bien, entonces si soy la acción, quiere decir que mi mente me muestra muchas variables para poder tomar decisiones y basado en ese abanico de pensamientos, elijo una y la ejecuto y ese soy yo. 

Nuestra acción, si no esta acompañada de nuestro convencimiento real de lo que hacemos, no es creíble, no te lo crees vos ni los que te rodean. ¿Y cuál sería ese accionar que te hace más auténtico, cuál es ese accionar que hace que las personas confíen más en vos, cuál es ese accionar tan difícil de encontrar en uno mismo? Ese accionar tiene que ver con la verdad, con tu verdad, es la verdad de tu interior que ejecutada mediante la acción te va a permitir ser lo mas auténtico posible, ese accionar tiene fundamento, tiene sentimiento genuino, y tomo una frase hecha, la verdad no ofende, y por sobre todo la verdad es respeto y el respeto es amor.  

Para lograr encontrar tu verdad y poder accionarla, hay que aprender a escuchar, pero por sobre todas las cosas a saber escucharse a uno mismo, cuando los conflictos aparecen en tu mente, cuando tu mente y tu ser están en crisis, no abandones ese momento, enfréntalo, escúchalo, no lo mandes a un costado y sigas adelante, de esas acumulaciones surgen los peores desenlaces de la vida en el ámbito que imagines. Sé que es difícil escuchar tus crisis y capaz no tengas que dormir una o dos noches, pero necesitas analizar y que te diga muchas cosas que no quieras oír, de no escucharte proviene la frase “¿Y qué quieres si ni yo me conozco” o “Ni sé lo que hago".