Departamento 41 POR SERGIO ARÉVALO: Empresas que son incluyentes

Por Sergio Arévalo (Desde México)

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El reconocimiento de que los derechos LGBT son derechos universales, está ganando terreno. La tendencia, finalmente es positiva. Sin embargo, un mayor respeto por los derechos LGBT y la inclusión de las personas LGBT aún no es un movimiento mundial.

La población lésbico, gay, bisexual, transexual, travesti, transgénero e intersexual (LGBTTTI) se considera un grupo de personas en situación de vulnerabilidad por enfrentar distintas formas de exclusión, discriminación y negación de acceso pleno a sus derechos fundamentales. Estas conductas antisociales se deben, principalmente, a la difusión y aceptación normalizada de prejuicios acerca de la diversidad sexual, que en lo cotidiano se traducen en diferentes formas de violencia y discriminación en ámbitos sociales, culturales, religiosos, laborales, legales y políticos.

México es un país que discrimina, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Discriminación 2010, 24% de los mexicanos no estaría dispuesto a permitir que en su casa vivieran personas de otra religión, 23% no lo permitiría en el caso de personas de otra raza y 44% en el caso de homosexuales. Los mexicanos no solo excluimos personas de nuestra comunidad, sino también de la agenda pública y del ejercicio igualitario de sus libertades y derechos. Debemos tener muy claro que garantizar el ejercicio de los derechos de todas minorías de una obligación legal de toda sociedad inclusiva. 

En junio de 2013 se realizó la primera Encuesta sobre Discriminación de la Ciudad de México (EDIS-CdMx 2013), en la cual, a la pregunta: “¿En los últimos 12 meses, ha escuchado, visto o leído algo relacionado sobre discriminación hacia personas del Distrito Federal?”, 29.9% contestó que sí; y de esas personas, 7.3% recordó haber escuchado, visto o leído que ‘se discrimina a los homosexuales’, siendo el primer lugar de la lista. A la pregunta: “Cuando escucha el término ‘discriminación’, ¿qué es lo primero que se le viene a la mente?”, 2.7% lo relacionó con homosexuales. 

En años anteriores yéndonos tal vez 15 años atrás, una persona que decía ser parte de la comunidad LGBT (lésbico, gay, bisexual y transexual) inmediatamente era discriminada y hasta castigada, no sólo en su entorno familiar, sino también en el ámbito social y laboral, donde a pesar de tener la preparación adecuada, no encontraba empleo o era despedido al momento de ser identificado como una persona LGBT. Las encuestas antes mencionadas nos señalan que no ha cambiado del todo el panorama, aunque ya las personas son conscientes que existe una discriminación y una situación de desigualdad, que a la comunidad LGBT no le va mal porque así lo señala Dios. 

Problemas de productividad

Imaginen ustedes si un niño de primaria sufre bullying en la escuela, sus ganas de estudiar obviamente disminuyen, de lado quedarán sus ganas de seguir adelante, no cuenta en el aula con una motivación. Comienza a esconderse y a ser menos productivo. En este sentido, la discriminación le cuesta a un país 80 billones de dólares, lo que equivale al PIB de cinco estados de México, dice César Casas, fundador y presidente de la Federación Mexicana de Empresarios LGBT, basado en el estudio Inclusion and Economic Development de The Williams Institute.

El temor a ser víctimas de discriminación y violencia suele inducir a muchos/as trabajadores y trabajadoras LGBT a mantener en secreto su orientación sexual. Las lesbianas y los gays encuestadas/os indicaron que en las conversaciones en el trabajo cambiaban el nombre de su pareja, o simplemente evitaban hablar de su vida privada. Esta situación puede provocar una angustia considerable y como consecuencia mermar la productividad.

Ahora vamos a imaginar dentro de una oficina, el compañero godinez que quiere intervenir en la plática con sus compañeros que hacen cola para colocar su taper dentro del microondas, pero ¡tiene que pensarlo dos veces! Porque en lugar de hablar de un “él” tiene que ser una “ella”, además que tiene que imaginarse ¿cómo es su esposa? Por si algún compañero le da curiosidad, ya que no tiene ninguna foto de ella en redes, además de que tienen que invertir parte de su tiempo en redes sociales bloqueando el acceso a ciertos contenidos para que no se den cuenta que hace quince días fue a cenar con su esposo y se tomaron una foto tomados de la mano, porque sabe que el jefe de contabilidad y el gerente son homofóbicos y no quiere perder el empleo ni que le nieguen una carta de recomendación. 

¿Dónde va la inclusión?

De acuerdo con el informe Out to Succeed: Cómo aprovechar al máximo el talento LGBT+, elaborado por PwC y Out Leadership, 39% de personas de la comunidad considera que los empleadores no desarrollan estrategias para impulsar su inclusión, lo que genera la pérdida de oportunidades de crecimiento del sector, además que 35% afirma que sólo lo hace para obtener ventajas comerciales. La realidad es que sólo 29% de las empresas tiene programas para retener talento de la comunidad, y únicamente 12% de los empleados sabe de estas estrategias. Seguramente ya hemos escuchado de pequeñas y medianas empresas que son “gay friendly”, pero debemos ir más haya, ¿Qué empresas están considerando apoyar y fomentar la inclusión?

Contratar a una persona homosexual no sólo es un compromiso social (tampoco es caridad, no nos confundamos), sino que también puede ser el acceso a un gran mercado, ya que los consumidores LGBT se identifican como aliados de la empresa y por consiguiente aumentan las ventas y popularidad. En promedio, 78% de las personas, sus amigos, familia y parientes que podrían optar por marcas reconocidas como inclusivas, en otras palabras no dudes que la mamá del chavo gay que contrataste comprará tus productos cada vez que tenga oportunidad. 

Vamos avanzando

En el 2018 fueron 69 empresas mexicanas obtuvieron la certificación de la Fundación HRC de “Mejor Lugares  para Trabajar LGBT”, más del doble de la cantidad inicial de empresas mexicanas que apoyan explícitamente la inclusión LGBT en el lugar de trabajo. La respuesta refleja el compromiso de los líderes corporativos para promover la igualdad LGBT y fomentar espacios laborales inclusivos y seguros para sus empleados.
La encuesta HRC Equidad MX 2019 evalúa a las empresas y corporaciones en México a través de tres pilares de inclusión LGBT:

• Adopción de políticas de no discriminación;
• Creación de grupos de recursos para trabajadores o consejos de diversidad e inclusión; y
• Participación en actividades públicas para apoyar la inclusión LGBT.

Siguiendo el éxito del programa inaugural de 2017 que certificó a 32 de las principales empresas en México con el sello de inclusión LGBT más importante de la Fundación HRC, que incluye a PEMEX.

Las empresas y organizaciones podrían cuestionarse la importancia y el valor de preocuparse por las personas LGBTI. La solución más clara y lógica radica en comprender el valor de la lucha contra discriminación, de la promoción de los derechos humanos y la diversidad como parte del éxito empresarial. La riqueza de la diversidad radica en comprender el valor de todo ese conjunto de características que definen y diferencian a una persona, como un insumo esencial para la vida y aporte al trabajo de las organizaciones y la sociedad en general.

Hemos avanzado, pero la tarea todavía es mucha. Podemos empezar en nuestra casa, no sabemos si estamos educando a un próximo gerente que gracias a la educación que le demos estará dispuesto a fomentar la inclusión laboral y así aportar para que este fenómeno social deje de ser tema y todos se vean como iguales. 

*** La Fundación HRC ha lanzado programas de inclusión y asociaciones para promover la inclusión LGBT en el lugar de trabajo en los Estados Unidos, Asia y América Latina. El caso de negocio para la inclusión de personas LGBT es claro, desde Nueva York hasta la Ciudad de México y Tokio, cuando los empleados son auténticos en el lugar de trabajo, cuentan con apoyo y son valorados, su vidas prosperan. Y, por ende, el negocio también. La equidad LGBT en los negocios es una ventaja para todos: los empleadores atraen y retienen a la mejor fuerza laboral y los empleados son más productivos.