FERNANDO SIMARRO en primera persona: "vampiros y prostitutas enriquecen el cine español"
"Mezclar vampiros con prostitutas enriquece al cine"
Por Juan Carlos Herranz
Fernando
Simarro convierte
los aspectos más absurdos de la vida en protagonistas de sus inquietantes
largometrajes. El joven director madrileño —–licenciado por la Universidad
Complutense, la Universidad Carlos
III y fundador de la productora Halloween
Films—– alcanzó el
reconocimiento del espectador en 2014 con una indiscutible joya titulada Sor. La repercusión que obtuvo con su
primera película le permitió abrirse camino en el panorama nacional e
internacional, gracias al delirio extremo de su trama y la elegante locura de
sus protagonistas. Convenció a la
crítica más exigente con su increíble capacidad de mostrar al mundo que —–cuando las cosas se hacen bien—–, solo es necesaria una reencarnación
para aportar ese granito de arena magistral que tanto necesita la humanidad. Y
es que Fernando Simarro, además de
romper obstáculos personales y profesionales, ha logrado plasmar la maldad de
nuestra sociedad, desde su compañía independiente, con géneros tan arriesgados
como la ciencia-ficción, el glam o el terror resumidos en una original,
sarcástica y atrevida comedia de tintes freudianos. Este maestro del celuloide
apuntó maneras de genio al demostrar en su ópera prima que la injusticia humana
daña todo lo que encuentra al paso excepto a su propia locura. Sin prisa pero
sin pausa, ha conseguido que el
silencio se imponga a la palabra a través de la imagen surrealista que del
mundo ofrece al público. Consciente de que el escándalo fácil debía ser
fácilmente escandalizado con un elenco de grandes profesionales —–entre los que se encuentran Josele
Román, Emilio Gavira, Susana Garrote, Juan Díaz, Lara Corrochano o Lydia Lozano—– vuelve a sorprender al venerable
con una Cosmética Terror sublime. La
segunda propuesta cinematográfica de Fernando
Simarro comenzó a gestarse el pasado 1 de mayo. En esta ocasión cuenta de nuevo con
la magnífica interpretación de Josele Román y rostros tan conocidos como las televisivas Yola Berrocal y Carolina Sobe. Para
aquellos que pensaban que todo estaba descubierto tras el sonido de la
claqueta, el director se vuelve a llevar
de calle al sabio espectador. No existen personas buenas que se vuelven
malas o situaciones de infarto que llevan a destinos improvisados o envueltos
en el pánico absoluto. Fernando Simarro
roza la divinidad con un punto de vista en el que las líneas rectas son el
camino más corto entre dos puntos, pero nunca siendo el más atractivo. Las
cosas buenas, en exceso, pueden ser maravillosas a simple vista pero todas
llevan esa Cosmética Terror que,
lejos de la moderación, luce divinamente:
¿La ficción de tu película Cosmética
Terror puede ser más surrealista que la vida real?
La realidad siempre supera a la ficción. En Cosmética
Terror aparecen hadas, cambios de cuerpos, cirugías extremas, diálogos, con
y sin sentido, pero ¿quien dice que eso no lo vemos en las noticias de cada
día? —–clava su mirada desafiante en la
mía—–. Hace tiempo leí una noticia que
narraba como, durante una operación en Tokio, una paciente se tiró un pedo y
quemó el quirófano provocándole serias quemaduras a los médicos. Creo que de ahí debería
salir un musical y la gente pensaría que es ficción.
– El
elenco del film es asombroso porque diriges a profesionales
de muy diversos campos. Desde Josele Román hasta América Jova, minuto a minuto,
el largometraje nos deja estupefactos de manera muy grata ¿Esta singularidad te
ha facilitado convertir una comedia comercial en una sorprendente colección de
escenas para hacer reflexionar al espectador?
Siempre busco la singularidad con
mis películas y cortos y los actores se han escogido para potenciar unos
personajes que en su mayoría tienen que ser un esperpento o una exaltación de la
realidad elevada hasta la comedia extrema. Estoy encantado de poder contar con
profesionales, como bien dices de la talla de Josele Román, América y todos los
que aparecen —–lanza
una amplia sonrisa—–. Cosmética
Terror intenta
hacer pasar un buen rato al espectador y ver las cosas desde un prisma
diferente y, aunque en teoría no tiene por qué reflexionar, he visto por
entrevistas, reacciones o comentarios que muchas personas si lo ven como una
visión crítica de las telenovelas o del mundo televisivo y el faranduleo. Creo
que al ser una ficción tan exagerada hace que todos los puntos de vista se
potencien muchísimo más, pero a veces pasar un buen rato y reírnos de la
realidad es suficiente.
- ¿Por
qué no has querido que Cosmética
Terror se haya limitado a ser una película estúpida y comercial que nos
hiciese reír para olvidarnos de los problemas sociales actuales?
Resulta evidente que con mi nueva
película he buscado hacer reír pero también alcanzar su puntito de reflexión.
De natural yo tengo una vertiente ácida al hacer proyectos que me sale casi sin
querer y no lo puedo evitar —–se
toca el cabello mientras reflexiona en voz alta—–. Cosmética Terror forma parte de un cine de culto
bastante alejado de muchas tendencias. Aquí en España parece que casi todas las
temáticas deben ser dramones o
comedias regionales pero existen otros mundos, otros
campos. A mi, por ejemplo, me gusta mezclar terror con humor porque considero que mezclar vampiros con prostitutas enriquece al cine español. Leer críticas en la que digan cosas como estas —–cita textualmente a continuación—– es algo que me maravilla: Cosmética Terror es como una
función de marionetas de Lorca puestas con anfetaminas, un grand guignol
excesivo y soez (bendito revulsivo contra la corrección política) para esta
época donde el hambre de fama instantánea crea monstruos y alucinaciones.
- ¿Consideras
que has arriesgado mucho al transformar ese género menor de las pantallas
cinematográficas —–así se suele describir a la
comedia independiente—– en un potente
toque de atención a la gente?
Tampoco he buscado que la película fuese
reivindicativa al ciento por ciento; más bien he perseguido una producción amena en donde el
espectador pudiese disfrutar de unos buenos momentos fuera de lo común y reírse
sin parar.
- Cosmética Terror está arrasando en medio mundo:
Berlín, México, Miami… Hacía tiempo que una producción española no alcanzaba
tantos premios internacionales en tan poco tiempo. A parte de que la producción
es soberbia y de una calidad inmensa ¿cuál crees que es el ingrediente perfecto
que ha permitido este reconocimiento sin precedentes en la historia
cinematográfica española?
Considero que he presentado una
película muy diferente a lo que se está haciendo ahora y pienso que sorprende a
los espectadores porque no es como la mayoría de las películas que existen en
cartelera, con unas tramas muy predecibles. Este
es un género que fue abandonado hace muchos años y quizá convierte a Cosmética Terror en una propuesta fresca
y distinta —–su rostro denota alegría al mencionar la excelente acogida del público—–. Agradezco
enormemente el reconocimiento que está teniendo Cosmética Terror en todos estos sitios porque se está
valorando el trabajo realizado delante y detrás de las cámaras. ¿A qué padre o
madre no le enorgullece que hablen bien de sus hijos?
- ¿Las
subvenciones del Estado Español a Cosmética Terror —–a través del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte—– también habrá tenido mucho que ver con tan inesperada acogida ¿Cierto?
Me temo que no ha existido ningún
tipo de ayudas ni subvenciones para el rodaje del film —–su rostro se torna
pálido—–. Todo el presupuesto ha salido de nuestro bolsillo. Lo más importante
es tener un proyecto en el que creas: un
buen equipo artístico y un buen equipo técnico y trabajar y luchar y trabajar y luchar y
trabajar y luchar y no desanimarse y luchar y así hasta el infinito —–el
cineasta madrileño sorprende con su juego de palabras—–. La mucha o poca acogida que obtenga
un proyecto cinematográfico depende de la gente que valora en él algo distinto.
Por fortuna siempre hay muchas mentes inquietas, curiosas y ávidas de novedades.
- ¿Qué
hace un genio como Fernando Simarro en un país en el que; cada día, cada año se pierde otro por no contar con el apoyo necesario de nuestras instituciones?
No me considero un genio ni mucho menos —–afirma
con rotunda humildad—–. Soy un trabajador y un luchador, punto. Considero que,
con o sin apoyo estatal, cada persona tiene que esforzarse por alcanzar aquello
que le gusta. La mayoría de las veces no es fácil el objetivo pero querer es poder —–puntualiza con convicción—–.
Por supuesto que con más ayudas mis proyectos se multiplicarían pero, supongo
que como todo el mundo, creo en mí y en la gente.
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