DragSpectacular: LOLA TORMENTOS
... y viva la vida
DragSpectacular por Juan Carlos Herranz
Al público le encanta el espectáculo con magia, buen
humor y picaresca de la imponente Lola
Tormentos. Cautiva con sólo una mirada y una sonrisa que en nada hacen
sospechar el inesperado desparpajo con el que envuelve su show desde que era un
honesto adolescente. Tras la inocencia perdida, este pragmático artista se sube
a sus tacones dispuesto a comerse el mundo y no dejar ni una miga de tristeza
en los rostros de la gente. Bella y sofisticada, esta Drag Queen valenciana
pronto será conocida más allá de nuestras fronteras. Y es que ella no es la
mejor sino la única. A medida que su espectáculo se desarrolla, las sonrisas
van haciéndose más notables entre sus seguidores. La vida de esta innata
luchadora se mezcla con la de quienes la siguen y persiguen —–en el buen sentido de la palabra,
por supuesto—– desde decenas de
redes sociales. Cada frase que dice se transforma, de manera automática, en una
amenaza en firme para la soledad o las almas cansadas. La esencia de Lola Tormentos es el amor por la vida.
Al mal tiempo, buena cara y, para guapa, esta Drag Queen que quita el sentido
con solo escucharla, observarla, admirarla. Mezcla de intrigante película de
ciencia ficción y un capítulo de Las
chicas de oro a la valenciana —–mucho
más joven pero igual de inteligente—–,
esta cortesana de nivel permite que los viajes en el tiempo sean una realidad.
La tecnología es sustituida en su show por grandes dosis de chistes perspicaces
y atrevidos pero de tan buen gusto que para nadie pasa desapercibido. Su nombre
artístico promete un futuro de grandes éxitos en el que, siendo como es Lola Tormentos, la felicidad de sus
semejantes es su felicidad.
“Me preocupan
mucho los temas sociales y todo lo que está sufriendo el colectivo LGTBI por
culpa de la intransigencia y el egoísmo de personas a quienes considero
ignorantes. Quizás sean buenas personas en su casa pero, mientras continúen
juzgando a los demás por su condición sexual, recogerán tormentas —–Se posiciona frente a los
últimos casos de homofobia—–. No entiendo por qué no entienden
que entre dos personas del mismo sexo puede existir amor. —–se enoja—–. ¡Espero que la sociedad abra los ojos de
una vez por todas y que la ley sea consecuente con actos tan cobardes o
absurdos como el del dichoso autobús naranja… ¡esas acciones son más propias de
un país dictatorial que de una democracia consolidada como la nuestra! Yo no
soy político ni entiendo lo que sucede en el Congreso o el Senado pero me duele
ver a la gente sufrir. Desde el escenario soy crítico con los malos momentos
que vivimos pero lucho contra ellos haciendo reír a mi público. Lola Tormentos
no es la Drag Guapa sino una fantasía que se apoya en ideas bien cimentadas,
muy tolerantes y absolutamente humanas”.
Las fuerzas de la Luz y la oscuridad chocan desde
multitud de eventos conducidos por esta gran figura de la noche justiciera…
Junto a ella nunca encontraremos vampiros, brujas o seres multiformes pues se
los come con patatas fritas y con una buena dosis de carcajadas generales. En
sus continuas apariciones en televisión y radio, el frágil equilibrio entre el
bien y el mal desencadena una oportunidad para conocer las excelencias, casi apocalípticas,
de esta guardiana de la noche. Desde Marina D’or, Sala Heineken o Deseo54, por
citar cientos de importantes salas donde ha trabajado, sus inusitadas
dimensiones artísticas son colosales en nuestro mundo… Señores y señoras. Damas
y caballeros… con ustedes… ¡Lola
Tormentos!
-
Drag-Star, vedette, modelo ¿dónde estudia una persona para
abarcar tanto campo profesional?
Esta profesión se tiene que sentir. No basta con unas horas
de estudios en las aulas, aunque siento que me faltan muchas más horitas al día
de formación por mi extensa agenda de trabajo. Estoy cursando un nivel superior
de esthéticienne que, añadido a mis estudios, apenas me permiten
hacer vida personal, salvo cuidar a mi hermana.
Mi último proyecto, conforme acabe mis estudios de
estética, será revolucionar el mundo del Master
Class —–clases
magistrales—– de maquillaje a todos los niveles. Estas nuevas perspectivas profesionales
y el reconocimiento y cariño del público me ayuda mucho a suplir
algunas carencias —–sonríe.
-
En
absoluto. Comencé a ser conocida gracias al escenario del restaurante Capitán
Cook en Burriana (Castellón). Con apenas 19 añitos disfruté de los ocho mejores
años de mi vida. Gracias a mis primeros seguidores empecé a tener peso en las
redes sociales. Esto me permitió trabajar en distintas salas y eventos. Tenía
16 años de edad cuando sentí ese duende que necesita llegar a los corazones de
los demás. El público, que es soberano, me permite desde entonces ser feliz.
-
¿Cómo
valoras el circuito artístico actual?
Hemos
pasado unos años muy duros con la crisis y lo único positivo que encuentro es
que tal vez haya actuado como filtro para quienes, a pesar de la bajada de caches
y demás golpes de la vida, han decidido
seguir luchando por su vocación. Algunos lo han hecho incluso teniendo el
estómago dolorido por no poderse permitir más que lo esencial para respirar,
sentir, amar…
-
¿Está
dirigido a un público determinado el mundo del transformismo?
No
rotundo. A mis espectáculos llegan familias de todas las clases sociales.
Considero que el transformista o Drag Queen debe adaptar su espectáculo a la
situación social del momento y a lo que uno quiere ser ante l@s espectadoras. A veces peco por ironía y ser picante y, en
otros momentos, suelo presentar una Lola Tormentos más dulce, moderada y
políticamente correcta. La manera de presentarte al público marca la diferencia
con otros artistas. Por agradecer el cariño de la gente, uno tiene que darles
lo mejor de sí mismo. La mejor recompensa para una Drag Queen de verdad, que se
sube a las tablas por amor al arte, es el reconocimiento de las personas que
van a verte para olvidarse los problemas y pasarlo bien.
-
¡Desde
quedarnos tirados con el coche, en medio de una autovía, y tener que bajar
montada como un árbol de navidad, con el chaleco reflectante, a poner los triángulos… —–sonríe
poniendo sus manos en el rostro—– hasta encontrarme con personajes famosos o deportistas de élite en mis shows
que siempre me han dicho cosas maravillosas y a quienes estoy muy agradecido!
-
¿Y
el momento más difícil fuera o dentro del escenario?
El
trabajo es mi medicina… Gracias a los escenarios dejo de ser yo mismo por unas
horas… He vivido, como cualquier otra persona, por desgracia, momentos muy
duros como la muerte de mi querida abuela o la noticia del accidente mortal de
un gran amigo. Esta profesión te permite reír y escapar de lo cotidiano incluso
cuando estás roto por dentro y sabiendo que con la salud no hay chiste que
valga…
-
¿Has
pensado alguna vez en tirar la toalla?
Los
factores externos me obligan a meditar acerca de mi vida —–consciente de que
los problemas afectan a todos los seres humanos—–. En ocasiones me
miro al espejo y me replanteo muchas cosas. Incluso considero que algunos
aspectos de nuestro día a día pueden carecer de sentido. Deshecho cualquier
energía negativa de alrededor, me maquillo o desmaquillo en mi camerino y,
antes de seguir caminando a paso firme, me repito que jamás tiraré la toalla.
Nunca. Detrás de Lola Tormentos existe un hombre con ideas claras, fuerte y que
tiene fe en sí mismo y en el amor que le brinda su público.
-
Las
Drags Queens somos personas. Sentimos porque tenemos corazón bajo la capa de
maquillaje, los litros de laca o nuestros estupendos pechos. Como en todas las
profesiones, existen algunas personas frías y poco cercanas a la gente fuera del
espectáculo; incluso altivas que se siente por encima del bien, el mal y
pareciera que toman café con Dios. En
cualquier caso, siempre he defendido que hay que sembrar amor en la vida hacia
nuestros semejantes. Por eso trato a la gente como quiero que me traten a mí y
ayudo a quien necesita que se le tienda una mano. La vida son dos días y no hay
que derrocharla en maldades. Lola Tormentos cosecha éxito porque siembra
humildad. Esa soy: parte felicidad, parte fantasía.
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