El Closet Abierto con ROBERT KELLEY: "La gente joven tiene menos líos con el tema de ser gay"



Por Antonio Capurro

La primera vez que hablé con Robert y le propuse contar su historia no lo pensó dos veces, me dijo que sí de inmediato ya que si eso podía inspirar a otros a ser visibles entonces valía la pena. Pero no fue siempre así. Hace quince años Robert no tenía la más mínima idea que encontraría una pareja de otra nacionalidad, se encontraba en San Francisco cuando conoció a Marco a través de la web, un peruano mucho más joven que él de quien poco a poco terminó enamorándose. Marco regresó a Perú, pero ambos habían caído en la cuenta de que deseaban conocerse más, así que fueron amigos un par de años. Robert viajó a Perú para visitarlo, luego siguieron las conversaciones en Skype, correo, chat pero vamos no eran lo mismo que estar en el mismo lugar. Marco volvió a Estados Unidos pero debido a esas cosas de la visa tuvo que regresar al Perú, así que decidieron rentar un lugar par hacer vida en pareja. Por esa época a Bob le ofrecieron jubilarse en el trabajo un poco antes y lo aceptó, era momento de estar más cerca de Marco, así que decidió vivir en un país totalmente diferente para estar cerca del amor. Si bien ahora no son pareja son grandes amigos que están pendientes uno del otro y viven juntos.

"No he tenido problemas no soy una persona muy expresiva en mis afectos fuera de mi casa, salvo alguna vez con Marco en la marcha gay o en taxi, pienso que le simpatizo a la gente que les caigo bien, pero cuando se enteran que soy gay como que se enfrentan a sus propios temores. Yo soy un viejo gringo loco conservador".

Algunos hombres gay deciden hacerse visibles cuando son jóvenes, porque hoy es más fácil que hace veinte años atrás, mientras que otros esperan el momento adecuado o tener más independencia económica, las razones pueden ser muchas y cada una válida, en el caso de Robert él empezó más tarde pasado los cuarenta, a una edad madura. Cuando parecía que ya todo estaba resuelto resultó que no era así. Robert tuvo que armarse de valor para tomar las riendas de su vida, enfrentar la verdad de sus deseos y emociones dejando atrás una vida familiar con esposa e hijos.

Nativo de Arizona, fue educado en un entorno familiar muy religioso como los Testigos de Jehová, una familia muy amorosa aunque conservadora en cuanto a lo diferente, por eso él fue muy hábil en ocultarse y pretender lo que no era. 

"Desde niño supe que me gustaban los niños como yo pero no podía hacer nada más que alejar esas ideas muy lejos de mi mente, a los diecinueve años cuando era misionero de la fe, una amiga que también era misionera como yo, llegamos a ser muy cercanos, era una persona muy especial, la pasábamos bien juntos, con bastante diversión, nos volvimos enamorados y el día menos pensando cuando todos empezaban a casarse decidimos hacerlo y empezar una familia. Éramos buenos cristianos así que no hubo sexo antes del matrimonio. Nunca lo intentamos, solo besos y abrazos. En la noche de bodas durante la luna de miel sabía que la amaba pero en el sexo no había pasión ni apetito sexual, fue muy extraño".

¿Qué puede hacer un chico de 19 años casado con su mejor amiga que no le atrae en lo absoluto porque él es totalmente gay? Ya era demasiado tarde. Solo quedaba continuar siendo un buen esposo, un buen cristiano, un hombre de fe.

"Tenía que hacer que todo trabaje física y emocionalmente y hacer lo que se esperaba de mi, estuve bajo depresión al inicio de mi matrimonio porque no era feliz no era yo. Así que un día le dije la verdad que me atraía sexualmente los hombres pero que me había casado con ella, que no deseaba herirla sino ser honesto. Su respuesta fue que debíamos rezar, permanecer juntos y tratar que funcione. Lo hicimos".

Cuando Robert le dijo la verdad nunca pensó que ella lo rechazaría, estaba tan convencido de su religión que pensaba que acabaría todo hasta que la muerte los separe porque eso era lo que Dios quería. Debería aprender a vivir con ello, rezar, y luego Dios lo volvería heterosexual.

"Ser heterosexual. Rezar. Hice las cosas correctas, pero nunca se fue mi deseo, permaneció conmigo. Nunca hablamos mucho de eso pero sabíamos que estaba ahí, Tuvimos hijos, una familia, hijos. Íbamos a la iglesia, me convertí en un ministro. Y mientras tanto luchaba con todos estos sentimientos, quería cambiar frente a la gente que decía que esto es una decisión yo no estaba eligiendo ser gay sino ser heterosexual. Me preguntaba a mí mismo ¿por qué Dios me está haciendo cargar esta cruz? Mi pecado era haber sido creado gay, tener que luchar y vivir mi vida entera como heterosexual no era justo".

Robert empezó a buscar una explicación en las escrituras biblícas, la única verdad revelada para alguien que es Testigo de Jehová, y pensó que nunca llegaría a sentir el amor verdadero, parte de él no sabía qué hacer. La depresión le hizo entrar a la bebida, su primer bebé murió a los seis meses de nacido y eso causó mucho sufrimiento en ellos, al mismo tiempo los junto más. Con el tiempo llegaron más hijos, su esposa empezó a sufrir más problemas emocional, razón por la cual buscaron consejeros con quienes poder hablar de lo que estaba sucediendo.

"Mi esposo es gay, estoy enamorada de él, quiero que me encuentra atractiva, me ama pero no es lo que él quiere".

En la terapia de familia Robert descubrió que ser gay no era una elección tampoco algo malo y que en algún momento de su vida tendría una relación con un hombre porque era lo naturalmente correcto en él. Después de diecinueve años de casado Bob, quien para ese entonce tenía 38, tomó la decisión de separarse de forma amigable. Ni sus hijos, ni su familia o amigos supieron de su orientación sexual hasta que él decidió abandonar la iglesia y salir del closet sin miedo ni vergüenza, contarles a los más cercanos lo que estaba pasando. Para su hijo mayor no fue un problema saber que su papá era gay, en cambio su segunda hija sufrió más con el divorcio, a la niña de siete años no le dijeron nada. Era el momento de hacer lo que deseaba, de Las Vegas se mudó a Chicago, con el mismo trabajo para una compañía del gobierno haciendo mapas.

"No sabía nada acerca del sexo con otros hombres, aunque claro eso viene de forma muy natural (risas), tenía miedo porque mucha gente había muerto de SIDA, ahora todo es diferente. Durante muchos años de odiarme por tener estos deseos desarrollé una homofobia interna, que  la seguí teniendo después de separarme, por eso tenía miedo hacia los drag queen, travestís o cualquiera que que no se viera masculino o que se viera demasiado gay. Demasiados prejuicios con los cuales trabajar, hice dos cosas para lidiar con ese problema, en Las Vegas existe una asociación de vaqueros gay, me uní a ellos, fui a sus reuniones donde la gran mayoría no eran cowboys, y lo primero que hice fue ayudar en el desarrollo de financiamiento para ayudar a los enfermos de SIDA, encontré muchos drag queen y aprendí a convivir con ellos, ayudé en la organización y esa interacción con hombres como yo fue quitando los prejuicios de mi cabeza".

¿Qué es ser un hombre? La única forma de ser uno en el caso de Robert provenían de su familia religiosa y de la sociedad. La homofobia fue desapareciendo conforme se daba cuenta de la gran diversidad a su alrededor, fue a bares gay, el hecho de no tener experiencia con hombres, no ser un buen amante o demasiado atractivo no le hacían favor a su autoestima. 

"Recuerdo que un día me encontraba en una playa gay cerca a Las Vegas, un día sin mucha gente, sentado en mi carro viendo el amanecer de pronto vi a este hombre guapo acercándose, se detuvo y empezamos a charlar, estábamos en medio del desierto, nos fuimos en su camioneta tipo tienda de campaña y esa fue la primera vez que tuve sexo con hombre, algo maravilloso, nunca pensé que tener esa clase de contacto pudiera ser tan apasionante y electrificante, al revés que con mi ex esposa lo cual fue un deber esto era algo nuevo que debía aprender. Él era un hombre con el gusto por la música country, que a mi padre también le gustaba pero nada que ver conmigo, pero esa noche bajo las estrella terminé enamorado de la música country cuando escuché a K.D Lang, quien luego salió del clóset como lesbiana, todo era tan romántico. Era algo que no se volvería a repetir, pienso que él tenía pareja, fue tan bello y especial conectarse con alguien de esa forma". 

Robert sonrío durante una semana, feliz y contento de ese primer encuentro que le hizo saber que nada estaba dicho en la búsqueda del placer y la felicidad, estaba viviendo lo que se conoce como adolescencia tardía. Luego conocería a alguien más con el cual tuvo una relación de algunas semanas y con quien todavía son buenos amigos hasta la fecha. Robert todavía no estaba preparado para ser enamorado o novio, sino ser un adolescente y disfrutar su cuerpo. 

Hasta ese momento siempre debía estar con unas copas encima para armarse de valor y coquetear con un hombre. El trago devino en un problema adictivo, por las noches bebía tanto que al día siguiente no recordaba nada hasta el punto de tener sexo con riesgo o con gente que no le gustaba en absoluto. Decidido a hacer un alto recurrió a una consejera quien lo ayudó mucho a salir del atolladero y con la cual mantiene una linda amistad. Porque a veces años de cargar basura emocional te conduce a tomar drogas o decidir por las elecciones equivocadas y uno se da cuenta que no es tu culpa requiere que alguien profesional te aconseje en ese difícil camino que luego tú deberás hacer solo. 

A su 62 años Robert lleva más de veinte sin haber tomado ni una sola gota de alcohol.

“Sobrio del todo pude tener control de mis actos y emociones, tuve algunos enamorados o parejas, algunos todavía son amigos, mi vida cambió de ser extremadamente conservadora a ser más progresista y abierta, después de salir del armario pude viajar a Europa y Asia porque antes solo había salido a Canadá y Tijuana. En el trabajo fue un poco molesto porque hubo gente que me conocía de una forma y ahora era un hombre abiertamente gay, algunos no supieron cómo enfrentarlo, otros continuaron siendo amigos, pero tuve un jefe quien hablaba mal de los mujeres y los gays, en esa compañía eléctrica nunca tuve un ascenso y nunca podía hablar nada gay porque el matrimonio era ilegal, un par de veces fui amonestado por simplemente promover los derechos gay, no me quedaba otra que ser cuidadoso. En público mi jefe decía que si todos somos iguales pero en privado no, lo cual se parece mucho a varios políticos (risas). Nunca me fastidiaron realmente porque era un buen administrador y le proveía dinero a la empresa, siempre traté de ser muy buen profesional, respetar a todos como eran y ser bueno, pero decidí jubilarme más temprano en el año 2010, ahora soy un residente legal aquí con un ingreso fuera del país”.  

Hay una frase que dice “el hogar es donde tu corazón está” y Robert ama su país así como Perú. En ambos ha encontrado buena gente y amigos, aunque si algo quisiera ver ya es la igualdad de derechos, ve con aprecio que más gente asuma la visibilidad temprano, porque hay que ser valiente para podrías enfrentar la discriminación, violencia u homofobia. Espera que esto cambie pronto en Perú sobre todo con el compromiso de los activistas, de la comunidad LTGB, de los congresista gay electos. No es un activista porque la ley peruana no permite que los residentes extranjeros salgan en protesta, en cambio sí ha marchado en el día del orgullo. Diez años atrás sus amigos peruanos no salían al día del orgullo tan solo a las discotecas o la diversión, hoy en día sí: pobres y ricos, todos.

“La gente joven tiene menos líos con el tema de ser gay, y son más tolerantes, ahí se dará el cambio, alrededor nuestro países como Argentina, Chile, Brasil e incluso Ecuador están en el proceso de construir sociedad más abiertas a la diversidad”.

Justo la entrevista fue una semana después de la masacre de la discoteca Pulse en Orlando.

“Me afectó mucho, es algo horrible, nadie se merece eso. Mi país es uno de los más avanzados en muchas cosas pero todavía hay personas tan ignorantes con tanto odio, es muy fácil comprar armas y volverse loco para hacer esa clase de daño, es muy triste. Me molesta mucho que se produzca ese ataque contra nosotros. Esto no fue un caso de terrorismo sino un hombre gay homofóbico que compró armas y disparó a personas que socializaban, solo por odio. No debemos olvidar que aquí se han dado casos de crímenes contra personas trans”. 

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