El Closet Abierto: Martín Rodríguez, el primer comentarista deportivo latino fuera del closet

Martín Rodríguez tiene mucho porque estar orgulloso y es que en mayo pasado se convirtió en el primer comentarista deportivo latinoamericano en salir del closet. Eso fue más que revolucionario en un medio donde al igual que en las canchas de fútbol la homofobia y el machismo cruzan líneas. Él quiere hacer el cambio por eso decidió expresar su verdad sin miedos, un acto que estamos seguros inspirará a otros a mostrar esa visibilidad que se necesita para que los paradigmas y los prejuicios terminen algún día. Martín, quien forma parte del equipo DirectTV Sports en la Copa América Chile 2o15, nos dio un tiempo para conversar acerca de su salida del closet y por supuesto del deporte rey.
¿Te costó mucho tomar la decisión de ser visible, lo pensaste mucho, le dijiste a alguien antes de hacerlo público?
Claro que me costó. Viví cerca de 15 años sabiendo qué me pasaba y sin animarme a decirlo. La idea de dejar los miedos atrás empezó a ganar a eso de los 25 años y, a partir de ahí, empecé un proceso muy selectivo para contarlo. Poco antes de empezarlo, dí el primer gran paso: convencerme de que algún día lo diría, pero sin ponerme plazos ni presiones. El proceso avanzó y, hace dos años, al enamorarme y ponerme de novio por primera vez, se aceleró y prácticamente se enteraron al mismo tiempo familiares, amigos y compañeros de trabajo.
¿Cuándo te diste cuenta que eras diferente que te gustaban los chicos? ¿Creciste en un hogar conservador? ¿Cómo fue tu salida del closet en tu familia, tuviste el apoyo de tus padres y amigos, de tu entorno más cercano?
Soy consciente de que no soy heterosexual desde los 12 o 13 años. No pertenezco a una familia conservadora, felizmente, pero tampoco a una familia de las más liberales. Pero pertenezco a una familia de buenas personas que me entendió y me respetó: estoy convencido de que la lógica de los hechos es más fuerte que cualquier discurso, de que la buena gente no deja de querer a un amigo de toda la vida, ni a un hijo ni a un hermano por enterarse de que ese amigo, hijo o hermano no es heterosexual.
¿Fue fácil para ti encontrar una comunidad gay en la cual socializar y desarrollarte como cualquier otro joven?
Sí, digamos que fue parte del proceso. Coincide con un momento de apertura muy fuerte que se da en Uruguay, donde desde hace uno dos años rige el Matrimonio Igualitario (MI). Todo eso ayuda. Más personas no heterosexuales se animan a decirlo y, naturalmente, es más fácil sociabilizar. Pero, ojo: me interesa sociabilizar con todos, independientemente de su orientación sexual. Una sociedad sana es aquella en la que la orientación sexual de alguien es un dato más al momento de tener amistades.
Tu país es uno de los más progresistas de la región en donde las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo se legalizaron en 1934, las leyes anti discriminación desde el año 2003, la libertad para que gays y lesbianas puedan servir abiertamente y adoptar niños desde el año 2009 y el matrimonio igualitario en el 2013. Es un hecho que en Uruguay se vive la diversidad y se puede ser gay o lesbiana sin problemas, ¿cuáles son los desafíos que todavía se deben enfrentar o retos por asumir?
Cuando se aprobó el Matrimonio Igualitario, un periodista uruguayo llamado Ricardo Scagliola escribió un artículo muy interesante, titulado “Libertad, igualdad, fraternidad”. Planteaba que la libertad siempre existió, desde el momento en que dejó de ser un delito que dos personas tuvieran relaciones homosexuales. Seguía, diciendo que la igualdad se conquistó con la aprobación del MI, que puso al servicio de los homosexuales los mismos derechos de los que ya gozaban los heterosexuales. Pero terminó diciendo que restaba conquistar la fraternidad: es decir, la aceptación de la diversidad que nace espontáneamente. Eso se puede empujar con leyes pero no se puede legislar. Es un desafío en términos culturales. Vamos en camino, pero falta. Ahí está el desafío más importante.
¿Cuál fue la actitud de tus compañeros y colegas del canal donde trabajas y de los medios de comunicación?
En el fútbol falta mucho al respecto. En el uruguayo y probablemente en el del mundo todo. Es raro. Hay rubros -el fútbol, la política, los ejércitos, las policías y ciertas tareas asociadas a la fuerza física tradicionalmente realizadas por hombres- en los que parece no haber gays. Y claro que los hay.No es un señalamiento a nadie: es una cuestión de probabilidad, ni más, ni menos. Sería bueno que allí hubiera campañas abiertas de aceptación de la diversidad. Y, por la importancia que tiene el fútbol en nuestra cultura, cualquier iniciativa llevada a cabo desde allí sería particularmente útil.
Desde joven sabías que lo tuyo era ser locutor radial y narrar partidos, en 180 revelaste que durante muchos años tuviste que aguantar los comentarios homofóbicos dentro del periodismo deportivo que no pueden entender que los gays son hombres son personas a quienes puede gustarle el fútbol a pesar de su orientación sexual, que una cosa no tiene nada que ver con la otra. ¿Cómo viviste esos momentos en los que no podías decirle nada a nadie? ¿Sentiste mucha rabia o impotencia?
En algún momento sentí angustia y luego, quizás como mecanismo de autodefensa, pasé a no sentir nada: útil para seguir adelante, pero pésimo para la cabeza. La represión no hace bien. La angustia, tampoco. Pero me quedo con ella: en el fondo, es una manifestación de disconformidad con la represión. Quien se angustia está más cerca de dar el paso.
Sin lugar a dudas a muchos gays les apasiona el fútbol y también saben apreciar la belleza dentro de la cancha. Tenemos que preguntarte ¿cuáles son los que tu consideras son los cinco jugadores más sexy en el deporte estrella?
(Risas) No me gustan los rankings, en ningún rubro. No soy bueno para eso. Puedo pasarme horas dudando antes de armar uno. Y tampoco quiero ser una especie de jurado de jugadores lindos. Pero que los hay, los hay.
¿Cuál es tu equipo favorito a nivel local, regional e internacional? ¿Cómo ves a Uruguay en la Copa América y en las próxima copa del mundo?
En Uruguay, soy hincha de Nacional, aunque la práctica del periodismo y del relato hacen que el partidarismo se anestecie, felizmente. No soy hincha de clubes fuera de mi país. A Uruguay lo veo bien, pero ante el desafío del recambio: el proceso liderado por Tabárez -un DT de fútbol que además es un cuadro intelectual de los de mayor importancia en el Uruguay de hoy- es un lujo que ya va rumbo a cumplir 10 años y ahora encara el relevo de algunos jugadores muy importantes que ya no estarán por su edad. Forlán, Lugano, Diego Pérez… Encima, Suárez -de lo mejor del mundo hoy- faltará a la Copa América y a parte de las Eliminatorias. No es el momento más sencillo, pero contamos con una ventaja: esa capacidad del técnico y la memoria acumulada en tantos años de trabajo serio y planificado. El deporte uruguayo todo no registra un antecedente como el de esta selección.
¿Has tenido la oportunidad de acercarte a colectivos, organizaciones o asociaciones uruguayas que trabajan el tema LGTB e igualdad de derechos?
No aún. Es una deuda pendiente que algún día pagaré con gusto. Simplemente no se ha dado.
¿Qué personaje público te inspiro a tener más confianza en ti mismo, alguien a quien admires en el teme LGTB?
No tengo referentes en el mundo LGBT. De todos modos, valoro a las figuras de escala mundial que se animan a decir qué sienten: son tipos que inciden sobre millones de personas, es invaluable lo que colaboran cuando se animan a mostrarse ante el mundo. Aquello que te decía de “la lógica de los hechos” por sobre los discursos. Eso sí: más allá de esto, admiro profundamente a los que desde el anonimato se animaron a vivir abiertamente desde chicos. A los que soportaron el bullyng en la escuela, la discriminación. A esos tipos les debemos mucho.
¿Ya estás preparado para el 28 de junio y tu primer desfile del orgullo, ya has marchado, lo harás o no eres de los que vas a desfiles?
La primera vez que marché fue el año pasado, en setiembre, cuando se hizo la marcha de la diversidad que anualmente se desarrolla en Montevideo. Mi primera marcha, de las varias que vendrán, claro.
¿Cómo ves el tema de los derechos LGTB en América Latina, sientes que luego de Uruguay, Argentina y Chile todo irá en un efecto dominó?
Tengo la sensación de que estas cosas se derraman a nivel internacional, al menos a nivel regional. Pero también sé que cada país es un mundo, con lógicas y culturas distintas, con realidades políticas y sociales diferentes. Quiero creer que servirá. Eso espero.
¿Piensas que en algún momento otros periodistas o mejor aún jugadores se animarán a salir del closet?
Sin dudas. Es parte del mismo proceso de acumulación que hace que hoy la sociedad todo esté mucho más madura y abierta. Pero en el fútbol, como en otros ámbitos que antes mencioné, los ritmos son más lentos producto de que prima una visión más conservadora. Tradicionalmente ha sido así.
Como bien dices en la entrevista con 180 el problema no lo tenías tú sino quienes no aceptan a los demás como son en su diversidad sexual, ¿te arrepientes de haber actuado como un heterosexual cuando no lo eras?
Ahora, desde la felicidad de vivir como quiero, te digo que sí. A veces siento que perdí, o al menos no aproveché al máximo, hermosos e irrecuperables años de mi vida. La adolescencia, por ejemplo. Pero también es cierto que aquellos años eran de una hostilidad mucho mayor que la actual. No puedo asegurar que los hubiera disfrutado. Es indemostrable.
Comentarios
Publicar un comentario