Departamento 41 por Sergio Arévalo: Segunda Llamada
Por Sergio Arévalo (Desde México)
Despierto, y prendo la televisión para tratar de levantarme más temprano de lo normal. Un reportero aparece dando la nota del día en la cual menciona que aproximadamente hace 35 años durante el gobierno de Ronald Reagan la secretaría de los Servicios de Salud de los Estados Unidos anunciaba los primeros casos de una extraña enfermedad a la que más tarde se conocería con el nombre de SIDA, la misma que ha provocado hasta el momento más de 30 millones de muertes en todo el mundo. Cambio de canal, prefiero ver los dibujos porque hablar muerte no es la mejor forma de empezar el día. Y no quiero deprimirme ni sentirme mal esta mañana.
Entro al baño para ducharme y empezar el día, pero lo dicho por el periodista continúa rondando en mi cabeza. Me acordé de la secundaria y de aquella enfermera bonachona que llevaron en la clase de Biología para hablarnos de este virus que según ella estaba envuelto en una historia llena de tabúes, discriminaciones y miedos, como el desconocimiento de los primeros años en los ochenta, el no saber bien cómo podía transmitirse. Me miro al espejo, ausculto cada parte de mi rostro. Hago una mueca y me dispongo a cepillarme los dientes.
Ya con mi cabeza bajo la regadera escucho la canción “These Are The Days Of Our Lives” en la voz de Fredy Mercury, enseguida el locutor comenta que esa fue una de las últimas canciones del vocalista de Queen, y que el programa sería dedicado al desaparecido cantante, que murió en los años noventa víctima del SIDA. En lo que salía de la regadera y me sacaba pensé, no sé porqué, que si bien ahora se que la infección es muy difícil de controlar, no me quiero imaginar en esos primeros años cuando cientos de hombres gays enfermaban en los Estados Unidos y nadie hacía nada...
Tiro la toalla a un lado sobre la cama y empiezo a vestirme cuando suena el celular con ringtone de mamá que como todos los lunes me tiene el resumen de los chismes familiares de fin de semana. Después de unos veinte minutos termino la llamada, no me equivoqué. Se peleó con una tía por niñerías, y se encuentra sumamente estresada porque Paty (Patricio para ella), no ha ido a la casa a trabajar, lo busca y no le contesta, esta empecinada a que ahora si la va despedir, yo le digo que espere a saber los motivos de sus faltas. Lo cierto es que últimamente lo/la he visto a Paty más cansada de lo común, mi madre me dice que lo va pensar, que ya no quiere andar batallando pero lo único que la detiene es lo bien que Paty cocina. Y zas me cuelga porque empezará su programa “Caso Cerrado”...
Quiero desayunar. Me empieza a dar hambre, pero no he podido probar bocado. Empezaré a trabajar en una nueva área dentro de la empresa y me han pedido exámenes médicos. Lo bueno es que el laboratorio está cerca de mi casa así que puedo ir antes de entrar al trabajo. Una joven me recibe, le entrego la orden de la empresa y me pide que pase inmediatamente al consultorio, sin hacer ningún tipo de fila. Luego entra un doctor joven, me pida me descubra el brazo y explica el proceso. Así de rápido todo.
Dentro del área de pruebas termino de llenar el botecito de sangre, me pone un algodón y me pide que aguarde con el brazo doblado un rato, luego voy a caja donde la sonriente señorita me dice que a medio día puedo pasar por los resultados. Eficiencia total. El día pasa sin ningún percance en mi oficina, la Jefa de Recursos Humanos me preguntó por los exámenes y le dio gusto saber que por la tarde se los entregaría. Avanzo con mis pendientes hasta que da la hora del almuerzo y luego de unos ricos tacos con enchiladas enrumbo al laboratorio...
Ahí sigue la misma recepcionista, me sonríe pero no tan eufórica como en la mañana, me reconoce y me pide que me siente unos minutos que el doctor quiere platicar conmigo, ¿el doctor? ¿Por qué el doctor? Esto ya no empieza a gustarme.
"¿Doctor? ¿Cuál Doctor? ¿De que quiere platicar conmigo? En la empresa jamás me comentaron que tendría que entrevistarme con algún médico, pero igual es parte del proceso de este laboratorio ¿no?, quizá salí muy alto en grasas, la verdad apenas estoy empezando a comer en casa porque siempre lo hago en la calle, sí ya sé comida chatarra, y se que eso no ayuda a controlar el peso. He dejado de hacer ejercicios por la rutina. ¿Cómo voy a ponerme una zunga en la playa si me salen rollitos? Y la chica que se demora en regresar del baño, mientras tomo un folleto, allí estaban escritos los diferentes tratamientos eficaces para el VIH, teléfonos de atención psicológica para apoyo a familiares y pacientes, pero hubo un párrafo que me atrapó, provocándome la piel de gallina porque mencionaba que pese a todos los avances científicos la enfermedad seguía asociada por muchos, lamentablemente, a ciertos tabúes y casos de discriminación, ¿todavía? ¿en pleno siglo XXI? Regresó la señorita, me dirigió a un cubículo, vaya que las oficinas estaban bonitas y limpias. Me pasó con un joven doctor que dijo llamarse Rodolfo Juárez, sacó una carpeta que tenía mi nombre con los resultados, que en cuestión de triglicéridos y azúcar estaba bien que solo había un detalle que por si no lo sabía la prueba de VIH también venía incluida y era positivo. ¿Positivo!! Después de eso el espacio y tiempo se congeló, solamente escuchaba mover la boca del doctor, me dijo que esos resultados se mantendrían con alta confidencialidad, que recuerde a mis últimas parejas y de ser posible les avisara para que se hicieran la prueba…no recuerdo más, salí de allí, sentía que me zumbaba la cabeza, tomé el sobre con los resultados y salí. Caminé cerca hasta un parque. Abrí con temor el sobre temiendo que algo saliera de él, me sentía en el 2011 cuando los estadounidenses pensaron que su correo sería infectados de ántrax. Las letras estaban allí, todavía se olía el aroma fresco de la tinta en el papel. Mi cerebro tuvo un retroceso, ¿quién? ¿cómo?, me consideraba una persona con relaciones estables, pensaba que eso solamente le pasaba a los de la farándula o aquellos que cogían random a diario y ni el nombre preguntaban. Sí, todos esos vídeos. Tal vez todo esto no era más que una broma, que me estaban grabando para una especie de reality show con humor negro ¿es verdad no? Un virus de 30 años llegó para visitarme y logró quedarse"......
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