EL CLOSET ABIERTO con Christian Martínez Monge: "He ido a marchas con mi esposa y mis dos hijos"
Por Antonio Capurro
Tuvimos una muy interesante conversación con el psicólogo Christian Martínez Monge acerca de sexualidad masculina en hombres gay, erotismo, homofobia, aceptación y muchos temas más.
¿Cómo debería tratarse el tema de la homofobia dentro del núcleo familiar?
La homofobia tiene que ver con una falta de educación que viene desde los valores del hogar y con el desconocimiento que hay frente a la sexualidad e igualdad de género. Me he dado cuenta que existe un gran miedo hacia lo femenino pero no hacia las mujeres. Muchas personas dicen yo no tengo problema con los homosexuales, pero...y ese pero incluye por ejemplo que no me gustan las que son alocadas es decir las que se ven más femeninas o yo no tengo ningún problema en que mi hijo sea gay pero que ejerza el rol activo y no pasivo. O yo no tengo ningún problema con los gay pero que no se metan conmigo que incluye no me confundan. Entonces todo este gran miedo es un gran rechazo. La homofobia no es más que el temor a lo femenino, el temor a que uno como hombre no cumpla con lo que se espera que uno deba lograr para ser considerado mínimamente hombre en la sociedad, la cual te da ciertas premisas. Y si es que yo dudo o no tengo total certeza que cumplo con lo mínimo se utiliza como un mecanismo de defensa o proyección de que antes que duden de mi heterosexualidad o piensen que yo soy gay lo proyecto y señalo que el otro es homosexual no yo.
Se me viene a la mente lo que dijo un sociólogo peruano llamado Daniel Del Castillo quien señala que en una aula de clase se fabrican dos clases de hombre, de ahí la necesidad de fabricar a dos personajes, en este caso al lorna y al maricón del salón, por un tema se sentir el poder. Y uno podría pensar ¿pero qué poder podrían tener los niños? Y justamente no es el poder de los niños sino el poder que los padres quieren imponer sobre los demás de tener la seguridad que mi hijo no se homosexual ni un lorna. Y eso lo vemos desde muy chiquitos cuando los padres le preguntan si ya tienen enamorada o qué niñita te gusta que no es otra cosa que tratar de imponer o asegurarse de la heterosexualidad de su hijo o hija para que ellos como padres puedan estar más tranquilos.
Y entonces los padres buscan conocer más acudiendo a terapia...
El gran problema es la educación, muchas veces cuando algunos padres me traen a sus hijos adolescentes homosexuales a terapia, los traen preocupados, pero lo interesantes que varios de esos padres empiezan a ver la homosexualidad como algo normal y vienen también con una esperanza de que tan solo sea una etapa de confusión. Al mismo tiempo quieren sentirse orientados en distintas cosas como por ejemplo cómo criar a un adolescente gay o que está teniendo prácticas homoeróticas. Hay papás que empiezan a investigar más al respecto y a aceptarlo también. Y ya tienen más claro que sus hijos no se volvieron homosexuales porque algo les pasó o porque no estuvieron involucrados en la crianza afectiva. A partir de estos espacios de terapia buscan como generar un mejor diálogo con sus hijos adolescentes. Pero también encontramos a los padres que desean ver a sus hijos convertidos en heterosexuales que desean saber si es que hubo abuso sexual, lo toman como un tema más personal. Lo que mi preocupa es la actitud de los colegios sobre el tema de la homosexualidad que en algunos casos manejan una doble moral sobre todo en los colegios católicos porque los psicólogos siempre tienen que hacer algo como por ejemplo sacar a los niños que son amanerados o afeminados y de manera camuflada le dicen los padres un colegio donde no le hagan bullying a su hijo o hija. Todo lo cual es una falta de ética y respeto hacia la persona o las familias.
¿Cuándo es que empieza en ti este interés por el tema de la sexualidad en psicología?
La vida me fue llevando hasta ahí. Yo hice un voluntariado en una ONG como promotor de salud sexual y reproductiva. Éramos adolescentes a quienes nos capacitaban en cómo orientar en métodos anticonceptivos y nuestro trabajo era ir a colegios o comunidades a raíz de eso fui involucrándome en proyectos en distintos temas que me fueron llamando más la atención sobre la necesidad de abordar la sexualidad.
Y todo esto en medio de una sociedad todavía bastante conservadora en el tema sexual.
De hecho. Yo estudié en un colegio religioso solo de hombres, donde el tema de la sexualidad era nulo porque no se hablaba de ello.
¿Cuándo te diste cuenta por primera vez de la diversidad en las orientaciones sexuales?
Sí, muy buena pregunta. Recuerdo hace muchos años en primero de media. Recuerdo que había un compañero de clase que lo molestaban porque era un chico amanerado y su apodo era "Choco" en alusión a este estilista conocidos en los ochenta, esto es entre el año 1990 y 1991, este personaje que yo no sabía quien era. Entonces, comenzó a ser el apodo de la gente que era homosexual. El ante año pasado leí un libro que hicieron las hermanas Del Río "Hey, soy gay" y alguien por ahí contaba esta anécdota y si mal no recuerdo era Beto Ortiz. La crisis en esa época de los adolescentes homosexuales era ver que los gays muy afeminados era objeto de burla en la televisión y estaba el temor si eso era lo que le tocaría ser. Y comenzó a ser muy popular otro nombre, en este caso Coco por Coco Marusix, muy polémico porque se daba besos con Jaime Baily. Además la leyenda urbana era que Jaime también había estudiando en mi colegio por ende ahí también había estudiantes homosexuales (Risas). Entonces el tema de lo diverso no solo iba por el lado de la homosexualidad sino de jugar con las identidades. Eso me empezó a dar vueltas en la cabeza, de qué raro que un hombre quiera ser mujer. Y recuerdo mucho de que por textos de literatura fui descubriendo temas que pasaban día a día. En mi colegio se jugaba el fútbol y recuerdo que yo era muy malo pero lo más importante era que lo hagas así patearas mal la pelota porque el jugar fútbol era un símbolo de masculinidad. A quienes jugaban terrible los buleaban. Lo heterosexual estaba totalmente impuesto y todo lo que se alejara de ello podía ser cuestionado o ser objeto de burla. Me daba pena cómo se podrían sentir las otras personas. Me gustaba mucho la literatura, recuerdo el libro que me llamó mucho la atención de Oswaldo Reynoso, el capítulo de "Colorete" que tuvimos que hacer para el curso de Literatura una adaptación en mi caso un monólogo, me pareció interesante como las masculinidades de los años ochenta seguían moviéndose. Recuerdo mucho un capítulo de La Serie Rosa donde un granjero tenía sexo con una chica en los pastizales o algún lugar donde se embarraban con tomates. Eso lo comentamos en el colegio y alguien mencionó que formaba parte de un cuento de Bocaccio. Por ese entonces nos dejaron una tarea en la que debías escoger un tema con relación a las elecciones del año 1995. Mi trabajo fue sobre la postulación de Susy Díaz y recuerdo que me saqué 20 en esa monografía.
¿Todavía tienes ese trabajo?
Oh no, mira tú, ¿quién lo tendrá? Recuerdo que recolecté fotos de Susy Díaz donde mostraba las nalgas y comencé a meterme en el mundo de las vedettes para entender un poco más ese mundo. A raíz de eso me empezaron a interesar temas de política e historia, de todo esto que un colegio católico trataba de no enseñarme. Con todo esto llegué a la universidad y ahí comencé con el voluntariado del cual te hablaba en Inppares. Me quedé más tiempo hasta que llegó el proyecto Iguales pero diferentes con Fernando Cisneros. Eso me siguió interesando el tema de lo trans, travesti, transgénero, de las identidades que lo aprendí mucho de Fiorella Cava, quien por ese entonces rondaba por Innpares porque tenía su colectivo Cisne, nos hicimos amigos. Así fue más o menos la historia. De igual modo estuve hace diez años en el tema de las rondas de VIH y Fernando delegó en mi el área de diversidad sexual. Yo veo en general, temas que tienen que ver con la sexualidad.
Cuando los pacientes gay o lesbianas o LTGBQ se acercan a tu consulta, ¿qué tipo de problemas los trae?
Son varios. En chicos y chicas trans adultos a partir de los diecinueve o veinte años ha sido el proceso de transición porque han estado hormoneándose porque atraviesan por una etapa difícil de cambios aceptarse en los cambios enfrentarte a la sociedad y la familia que vean un cuerpo que está transitando. También chicos o chicas confundidos que lo único que saben es que no son heterosexuales. No saben si están en un camino hacia ser algo más, y eso porque no están informados sobre el amplio campo de la diversidad. Está muy metido en la cabeza, debido a los prejuicios o estereotipos, que debo volverme mujer y he visto chicos que se habían puesto silicona de avión sin necesariamente querer ser trans, entonces es ayudarlos a pensar juntos para que ven que es lo que quisieran ser o cómo quisieran ser, en cómo no ser una caricatura de persona. En las parejas gay o lesbianas no hay ninguna diferencia. En los chicos gay muchos vienen a preguntar cómo salir del closet con la familia o también temas comunes como el estrés laboral o ansiedad. En el área de la sexualidad veo problemas de disfunciones sexuales y en las personas gay si es que sacamos un porcentaje la gran mayoría de eyaculadores precoces son heterosexuales. No sé por qué, habrá que investigarlo.
Entonces, tenemos un alto estándar (Risas)
Pienso que un problema de los heterosexuales es como se colocan la valla que deben cumplir porque son buenos amantes o muy machos. Otras cosas positivas de los gay o bisexuales es que han explorado mucho sobre la sexualidad. Los hombres gay saben más de erotismo, de seducción y eso es envidiable. El mismo hecho de que las personas gay o lesbianas puedan sentarse a ver una película erótica están aprendiendo. Alguna vez en un congreso de sexualidad dentro de un taller un ponente dijo: "Si algún hombre heterosexual quiere aprender como hacer buen sexo oral a una mujer vea una película porno lésbica". Todo esto de lo erótico para un hombre heterosexual como acariciarse el cuerpo o cuando lo besan todavía les causa cierto rechazo o desconocimiento y eso les atormenta porque no están dominando y eso lo asocian a una falta de poder o dominación.
¿Cómo deberían empoderarse los hombres gay o las mujeres lesbianas o los LTGBQ?
Pienso que falta mucho más por comerse el pleito, de personas que tienen miedo de salir del closet, sobre todo en las clases medias altas o altas. Eso va a ayudar mucho porque vivimos todavía en el que yo lo hago si es que tengo un modelo fuerte de personas exitosas. Ahora también puedes ver más personajes en series o películas de cine o televisión. Sé tiene que vivir sin miedo a ser juzgado o al qué dirán, sin miedo de estar experimentando para saber verdaderamente quiénes son. Tenemos que educar, aclaras los miedos y temores, aquí lo más importante es que sean felices y vivan una sexualidad más libre. No tienes que demostrarte o demostrar a los otros quien eres.
Y ahí tenemos a la religión...
Parte del miedo de vivir una sexualidad plena y placentera es la religión o lo que esta te impone que ni siquiera la sabes tú sino la religión de la cual otras personas son tus predicadores te dicen como tienen que ser las cosas, eso es parte de una doble moral. Tenemos que aprender más del erotismo.
¿Cómo?
Y es que lo primero que pensamos cuando hablamos de sexo es lo coital o genital, todo lo que tenga que ver con penetración es lo que se nos viene a la mente. El sexo es limitado pero el erotismo es infinito. Desde chiquito limitan tu erotismo diciéndote por ejemplo que tocarte es malo. Sexualidad no es genitales sino la forma en cómo te relacionas con los demás, conocer tu cuerpo, que cuando se toquen no sientas que es algo malo o prohibido. La mejor prevención es la educación. Hace falta más educación sexual.
¿Qué consideras es lo más gay friendly que has hecho?
He ido a marchas con mi esposa y mis dos hijos. Nos hemos tomado fotos y la pasamos recontra divertido. Pero lo más gay que he hecho además de eso fue ir a discotecas como Downtown, pero ya no soy tanto de discotecas. Me gustaba mucho La Sede en aquellos días. Por ese tiempo era soltero y como trabajaba con proyectos de diversidad sexual he ido hasta saunas porque era ir viendo como actuaban. Primero hablábamos con los administradores y luego podíamos asistir como entrevistadores o usuarios. También he estado en vídeo cabinas en lugares como Sagitario o Las Jarritas. Era interesante ver como interactuabas con otros hombres gay y cómo te sentías seducido mirado y era retador por un tema de ver como siendo heterosexual me encontraba más allá de lo que había leído. Me hiciste recordar todas estas experiencias tan lindas. Tener amigos en la comunidad LTGBQ me abrió la mente, a respetarnos mutuamente y entender muchas cosas.
Y bueno no podemos terminar esta entrevista sin preguntarte ¿quién crees es el hombre vivo más sexy del Perú o del mundo?
A ver. Del Perú no sé, pero del mundo puedo decirte que a mi me gusta mucho Miguel Bosé. Una vez conversando con un amigo le dije que si yo tuviese a Miguel Bosé cerca, es decir cara a cara, sería la primera vez que dudaría de mi heterosexualidad totalmente (Risas). Pienso que es una persona muy sensual muy erótica. Me gusta mucho su forma de ser, su voz, su música, su activismo y creo que como dice su disco es un PAPITO.
¿Cómo debería tratarse el tema de la homofobia dentro del núcleo familiar?
La homofobia tiene que ver con una falta de educación que viene desde los valores del hogar y con el desconocimiento que hay frente a la sexualidad e igualdad de género. Me he dado cuenta que existe un gran miedo hacia lo femenino pero no hacia las mujeres. Muchas personas dicen yo no tengo problema con los homosexuales, pero...y ese pero incluye por ejemplo que no me gustan las que son alocadas es decir las que se ven más femeninas o yo no tengo ningún problema en que mi hijo sea gay pero que ejerza el rol activo y no pasivo. O yo no tengo ningún problema con los gay pero que no se metan conmigo que incluye no me confundan. Entonces todo este gran miedo es un gran rechazo. La homofobia no es más que el temor a lo femenino, el temor a que uno como hombre no cumpla con lo que se espera que uno deba lograr para ser considerado mínimamente hombre en la sociedad, la cual te da ciertas premisas. Y si es que yo dudo o no tengo total certeza que cumplo con lo mínimo se utiliza como un mecanismo de defensa o proyección de que antes que duden de mi heterosexualidad o piensen que yo soy gay lo proyecto y señalo que el otro es homosexual no yo.
Se me viene a la mente lo que dijo un sociólogo peruano llamado Daniel Del Castillo quien señala que en una aula de clase se fabrican dos clases de hombre, de ahí la necesidad de fabricar a dos personajes, en este caso al lorna y al maricón del salón, por un tema se sentir el poder. Y uno podría pensar ¿pero qué poder podrían tener los niños? Y justamente no es el poder de los niños sino el poder que los padres quieren imponer sobre los demás de tener la seguridad que mi hijo no se homosexual ni un lorna. Y eso lo vemos desde muy chiquitos cuando los padres le preguntan si ya tienen enamorada o qué niñita te gusta que no es otra cosa que tratar de imponer o asegurarse de la heterosexualidad de su hijo o hija para que ellos como padres puedan estar más tranquilos.
Y entonces los padres buscan conocer más acudiendo a terapia...
El gran problema es la educación, muchas veces cuando algunos padres me traen a sus hijos adolescentes homosexuales a terapia, los traen preocupados, pero lo interesantes que varios de esos padres empiezan a ver la homosexualidad como algo normal y vienen también con una esperanza de que tan solo sea una etapa de confusión. Al mismo tiempo quieren sentirse orientados en distintas cosas como por ejemplo cómo criar a un adolescente gay o que está teniendo prácticas homoeróticas. Hay papás que empiezan a investigar más al respecto y a aceptarlo también. Y ya tienen más claro que sus hijos no se volvieron homosexuales porque algo les pasó o porque no estuvieron involucrados en la crianza afectiva. A partir de estos espacios de terapia buscan como generar un mejor diálogo con sus hijos adolescentes. Pero también encontramos a los padres que desean ver a sus hijos convertidos en heterosexuales que desean saber si es que hubo abuso sexual, lo toman como un tema más personal. Lo que mi preocupa es la actitud de los colegios sobre el tema de la homosexualidad que en algunos casos manejan una doble moral sobre todo en los colegios católicos porque los psicólogos siempre tienen que hacer algo como por ejemplo sacar a los niños que son amanerados o afeminados y de manera camuflada le dicen los padres un colegio donde no le hagan bullying a su hijo o hija. Todo lo cual es una falta de ética y respeto hacia la persona o las familias.
¿Cuándo es que empieza en ti este interés por el tema de la sexualidad en psicología?
La vida me fue llevando hasta ahí. Yo hice un voluntariado en una ONG como promotor de salud sexual y reproductiva. Éramos adolescentes a quienes nos capacitaban en cómo orientar en métodos anticonceptivos y nuestro trabajo era ir a colegios o comunidades a raíz de eso fui involucrándome en proyectos en distintos temas que me fueron llamando más la atención sobre la necesidad de abordar la sexualidad.
Y todo esto en medio de una sociedad todavía bastante conservadora en el tema sexual.
De hecho. Yo estudié en un colegio religioso solo de hombres, donde el tema de la sexualidad era nulo porque no se hablaba de ello.
¿Cuándo te diste cuenta por primera vez de la diversidad en las orientaciones sexuales?
Sí, muy buena pregunta. Recuerdo hace muchos años en primero de media. Recuerdo que había un compañero de clase que lo molestaban porque era un chico amanerado y su apodo era "Choco" en alusión a este estilista conocidos en los ochenta, esto es entre el año 1990 y 1991, este personaje que yo no sabía quien era. Entonces, comenzó a ser el apodo de la gente que era homosexual. El ante año pasado leí un libro que hicieron las hermanas Del Río "Hey, soy gay" y alguien por ahí contaba esta anécdota y si mal no recuerdo era Beto Ortiz. La crisis en esa época de los adolescentes homosexuales era ver que los gays muy afeminados era objeto de burla en la televisión y estaba el temor si eso era lo que le tocaría ser. Y comenzó a ser muy popular otro nombre, en este caso Coco por Coco Marusix, muy polémico porque se daba besos con Jaime Baily. Además la leyenda urbana era que Jaime también había estudiando en mi colegio por ende ahí también había estudiantes homosexuales (Risas). Entonces el tema de lo diverso no solo iba por el lado de la homosexualidad sino de jugar con las identidades. Eso me empezó a dar vueltas en la cabeza, de qué raro que un hombre quiera ser mujer. Y recuerdo mucho de que por textos de literatura fui descubriendo temas que pasaban día a día. En mi colegio se jugaba el fútbol y recuerdo que yo era muy malo pero lo más importante era que lo hagas así patearas mal la pelota porque el jugar fútbol era un símbolo de masculinidad. A quienes jugaban terrible los buleaban. Lo heterosexual estaba totalmente impuesto y todo lo que se alejara de ello podía ser cuestionado o ser objeto de burla. Me daba pena cómo se podrían sentir las otras personas. Me gustaba mucho la literatura, recuerdo el libro que me llamó mucho la atención de Oswaldo Reynoso, el capítulo de "Colorete" que tuvimos que hacer para el curso de Literatura una adaptación en mi caso un monólogo, me pareció interesante como las masculinidades de los años ochenta seguían moviéndose. Recuerdo mucho un capítulo de La Serie Rosa donde un granjero tenía sexo con una chica en los pastizales o algún lugar donde se embarraban con tomates. Eso lo comentamos en el colegio y alguien mencionó que formaba parte de un cuento de Bocaccio. Por ese entonces nos dejaron una tarea en la que debías escoger un tema con relación a las elecciones del año 1995. Mi trabajo fue sobre la postulación de Susy Díaz y recuerdo que me saqué 20 en esa monografía.
¿Todavía tienes ese trabajo?
Oh no, mira tú, ¿quién lo tendrá? Recuerdo que recolecté fotos de Susy Díaz donde mostraba las nalgas y comencé a meterme en el mundo de las vedettes para entender un poco más ese mundo. A raíz de eso me empezaron a interesar temas de política e historia, de todo esto que un colegio católico trataba de no enseñarme. Con todo esto llegué a la universidad y ahí comencé con el voluntariado del cual te hablaba en Inppares. Me quedé más tiempo hasta que llegó el proyecto Iguales pero diferentes con Fernando Cisneros. Eso me siguió interesando el tema de lo trans, travesti, transgénero, de las identidades que lo aprendí mucho de Fiorella Cava, quien por ese entonces rondaba por Innpares porque tenía su colectivo Cisne, nos hicimos amigos. Así fue más o menos la historia. De igual modo estuve hace diez años en el tema de las rondas de VIH y Fernando delegó en mi el área de diversidad sexual. Yo veo en general, temas que tienen que ver con la sexualidad.
Cuando los pacientes gay o lesbianas o LTGBQ se acercan a tu consulta, ¿qué tipo de problemas los trae?
Son varios. En chicos y chicas trans adultos a partir de los diecinueve o veinte años ha sido el proceso de transición porque han estado hormoneándose porque atraviesan por una etapa difícil de cambios aceptarse en los cambios enfrentarte a la sociedad y la familia que vean un cuerpo que está transitando. También chicos o chicas confundidos que lo único que saben es que no son heterosexuales. No saben si están en un camino hacia ser algo más, y eso porque no están informados sobre el amplio campo de la diversidad. Está muy metido en la cabeza, debido a los prejuicios o estereotipos, que debo volverme mujer y he visto chicos que se habían puesto silicona de avión sin necesariamente querer ser trans, entonces es ayudarlos a pensar juntos para que ven que es lo que quisieran ser o cómo quisieran ser, en cómo no ser una caricatura de persona. En las parejas gay o lesbianas no hay ninguna diferencia. En los chicos gay muchos vienen a preguntar cómo salir del closet con la familia o también temas comunes como el estrés laboral o ansiedad. En el área de la sexualidad veo problemas de disfunciones sexuales y en las personas gay si es que sacamos un porcentaje la gran mayoría de eyaculadores precoces son heterosexuales. No sé por qué, habrá que investigarlo.
Entonces, tenemos un alto estándar (Risas)
Pienso que un problema de los heterosexuales es como se colocan la valla que deben cumplir porque son buenos amantes o muy machos. Otras cosas positivas de los gay o bisexuales es que han explorado mucho sobre la sexualidad. Los hombres gay saben más de erotismo, de seducción y eso es envidiable. El mismo hecho de que las personas gay o lesbianas puedan sentarse a ver una película erótica están aprendiendo. Alguna vez en un congreso de sexualidad dentro de un taller un ponente dijo: "Si algún hombre heterosexual quiere aprender como hacer buen sexo oral a una mujer vea una película porno lésbica". Todo esto de lo erótico para un hombre heterosexual como acariciarse el cuerpo o cuando lo besan todavía les causa cierto rechazo o desconocimiento y eso les atormenta porque no están dominando y eso lo asocian a una falta de poder o dominación.
¿Cómo deberían empoderarse los hombres gay o las mujeres lesbianas o los LTGBQ?
Pienso que falta mucho más por comerse el pleito, de personas que tienen miedo de salir del closet, sobre todo en las clases medias altas o altas. Eso va a ayudar mucho porque vivimos todavía en el que yo lo hago si es que tengo un modelo fuerte de personas exitosas. Ahora también puedes ver más personajes en series o películas de cine o televisión. Sé tiene que vivir sin miedo a ser juzgado o al qué dirán, sin miedo de estar experimentando para saber verdaderamente quiénes son. Tenemos que educar, aclaras los miedos y temores, aquí lo más importante es que sean felices y vivan una sexualidad más libre. No tienes que demostrarte o demostrar a los otros quien eres.
Y ahí tenemos a la religión...
Parte del miedo de vivir una sexualidad plena y placentera es la religión o lo que esta te impone que ni siquiera la sabes tú sino la religión de la cual otras personas son tus predicadores te dicen como tienen que ser las cosas, eso es parte de una doble moral. Tenemos que aprender más del erotismo.
¿Cómo?
Y es que lo primero que pensamos cuando hablamos de sexo es lo coital o genital, todo lo que tenga que ver con penetración es lo que se nos viene a la mente. El sexo es limitado pero el erotismo es infinito. Desde chiquito limitan tu erotismo diciéndote por ejemplo que tocarte es malo. Sexualidad no es genitales sino la forma en cómo te relacionas con los demás, conocer tu cuerpo, que cuando se toquen no sientas que es algo malo o prohibido. La mejor prevención es la educación. Hace falta más educación sexual.
¿Qué consideras es lo más gay friendly que has hecho?
He ido a marchas con mi esposa y mis dos hijos. Nos hemos tomado fotos y la pasamos recontra divertido. Pero lo más gay que he hecho además de eso fue ir a discotecas como Downtown, pero ya no soy tanto de discotecas. Me gustaba mucho La Sede en aquellos días. Por ese tiempo era soltero y como trabajaba con proyectos de diversidad sexual he ido hasta saunas porque era ir viendo como actuaban. Primero hablábamos con los administradores y luego podíamos asistir como entrevistadores o usuarios. También he estado en vídeo cabinas en lugares como Sagitario o Las Jarritas. Era interesante ver como interactuabas con otros hombres gay y cómo te sentías seducido mirado y era retador por un tema de ver como siendo heterosexual me encontraba más allá de lo que había leído. Me hiciste recordar todas estas experiencias tan lindas. Tener amigos en la comunidad LTGBQ me abrió la mente, a respetarnos mutuamente y entender muchas cosas.
Y bueno no podemos terminar esta entrevista sin preguntarte ¿quién crees es el hombre vivo más sexy del Perú o del mundo?
A ver. Del Perú no sé, pero del mundo puedo decirte que a mi me gusta mucho Miguel Bosé. Una vez conversando con un amigo le dije que si yo tuviese a Miguel Bosé cerca, es decir cara a cara, sería la primera vez que dudaría de mi heterosexualidad totalmente (Risas). Pienso que es una persona muy sensual muy erótica. Me gusta mucho su forma de ser, su voz, su música, su activismo y creo que como dice su disco es un PAPITO.
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