DragSpectacular: LOLITA VERSACHE
Lolita Versache ha aprendido, con
el paso del tiempo, que la nobleza es mucho más inteligente, necesaria y
gratificante que el odio, el egoísmo o la falta de humanidad. La mirada
amistosa hace buenos amigos, siendo preferible la misericordia aún a la
justicia divina misma. Alguna de las aficiones de esta gran artista son las
salidas y escapadas hacia lo desconocido. Le fascina hacer senderismo por
montañas de miles de metros de altitud y, sobre todo, conocer pueblos; lugares
con encanto, emplazamientos de multiaventuras donde el deporte general y todo
lo relacionado con la naturaleza, se centre en su amor por el público que,
desde hace tantos años, miman su arte con un feeling digno de verdaderos
ángeles. Ser o parecer en la vida no guarda similitud para Lolita Versache. Lejos de interesarse por el vacío de la nada, su
triunfal carrera artística recorre kilómetros de autopistas que le brindan la
posibilidad de continuar siendo la dueña de su vida. Ni le gusta ser comparada
con princesas de sal ni mucho menos con luces que iluminan la nada. Ella es
parte integrante de la magia de un hombre —–se refiere así mismo—–, y de miles
de personas que son felices a su alrededor; que han sido capaces de cubrir el
mar de la tristeza gracias a la entrega incondicional de su admirada estrella:
“Me
cuesta mucho esfuerzo desprenderme de Lolita cada vez que se apagan los focos y
tengo que regresar a mi camerino para volver a recuperar mi identidad —–explica
su álter ego—–. Frente al espejo suelo
hablar o divagar sobre la vida misma y los arrebatos a los que la suerte o el
destino me obligan a enfrentarme. Esa soledad me permite descubrir, día tras
día, que Lolita y Jonathan somos un corazón en dos almas que comparten nostalgias,
tristezas, alegrías, ilusiones y esperanzas con mucha gente que precisa mi
hombro para dejar atrás los sinsabores que a ell@s también les persiguen. A
veces me dan ganas de llorar —–se explica—– por la suerte que tengo de tener un trabajo que amo, una vida que me
llena, un amor que me cuida y un futuro que depende de mí presente y no al
contrario. En mi camerino me
encuentro estacionado en el limbo. Me pierdo frente a ese espejo sin rumbo fijo
entre las cuatro paredes que me conocen a la perfección. Confieso que son
momentos en los que me importa un carajo si el mundo se viene abajo o no, y
todo porque me pone de mal genio recordar todas y cada una de las expresiones
de sufrimiento que a menudo me encuentro cuando se abre el telón —–el
silencio permite que la dama duerma y el artista despierte rumbo a donde sus
pasos le quieran llevar—– Cada minuto de
la vida se pierde como un día gris así que prefiero disfrutar lo que resta de
noche con mi gente, seguidores y amigos por si mañana por la mañana no saliese
el sol. Me gusta ser previsor”.
En los labios de Lolita Versache reposan palabras que acarician el alma de cualquier
ser humano. Desde sus ojos brota una luz especial capaz de iluminar los lugares
más recónditos y oscuros de cualquiera de nuestros corazones. Tiene una
sabiduría que permite intuir indicios de que existe un paraíso al que tod@s
podremos acceder en base a nuestras acciones, actitudes y aptitudes. La
filosofía y la religión de esta bella persona se concentran en la misma esencia
de respeto por sus semejantes; por quienes sufren, por aquell@s que aceptan las
embestidas de las bestias resentidas por la fuerza de los besos con pasión. Los
focos siguen apagados hasta el día siguiente pero abajo, lejano ya el escenario,
la gente encuentra en los abrazos del artista un motivo para seguir desafiando
al mundo de los mediocres. Señores y
señoras. Damas y caballeros… con ustedes… ¡Lolita
Versache!
-
¿Por
qué Lolita Versache canta siempre al amor?
Me considero
una persona de buen corazón y noble porque mi vida transcurre alejada de la
prepotencia, del quiero y no puedo o
de cualquier superficialidad humana. Los golpes en la vida son inevitables pero
no puedes ceder a la maldad sino crecer y endurecerte para batallar con más
sutileza, valentía y atino. Canto siempre al amor porque es el recurso y el
motivo principal de mi existencia para seguir caminando y, por supuesto, lo que
quiero para mí lo quiero para mi público. Siempre introduzco temas de amor en
mi show para que la gente nunca olvide que debemos amarnos los unos a los otros
como yo les he amado y entregado todo en el tiempo que dura mi actuación.
-
¿Te
consideras modelo a seguir por las nuevas generaciones de artistas?
En absoluto —–afirma con rotundidad—–. Las
nuevas generaciones de artistas traen otros estilos, otras perspectivas, otro
rollo —–vira la conversación y comienza a recordar sus inicios profesionales
con un tono aún más pausado—–. Llegué de Sevilla a Madrid y jamás olvidaré lo
que aprendí de los grandes profesionales que me arroparon en la sala A Noite —–sonríe—–. Siempre que pienso
en ello me entran ganas de reír por las ganas que tenía de comerme el mundo con
mi copla, mi folclore, mis chistes y mí puesta en escena tan sencilla; con
tanta inocencia, ante un público que siempre se las ha sabido todas —–una
sonora carcajada contagia a todos los asistentes a la entrevista—–. De todas
maneras que nadie piense que venía del pueblo con los chorizos y el jamón —–hace
un inciso antes de proseguir con las preguntas—–, porque ya entonces, Lolita
Versache era tan innovadora que se atrevía a mezclar cuplés con lo último de
Fangoria. ¡Menuda he sido y soy yo!
-
¿En qué se diferencia Lolita Versache del resto de sus
compañeras para que el público enloquezca con solo pronunciar su nombre?
Lolita Versache es un personaje muy infantil, rebelde,
picante, traviesa, con un poquito de mala leche que impide que sus seguidores
se escapen mientras ella está en el escenario —–bromea—–. No les dejo que dejen
de reír ni para tomarse una copa de agua con misterio. ¿En qué me considero
diferente a mis compañeros y compañeras de profesión? Quizá soy muy
perfeccionista y seria como transformista aunque, ahora que lo pienso —–no deja
jugar con la mirada mientras responde—– Lolita Versache solo existe una y esa
soy yo. Con esta respuesta van dos que termino con la bendita expresión soy yo. Como no me inspire más podría
parecer que estás entrevistando a tu amiga Marta Sánchez —–su sentido del humor no tiene límite—–, pero no, tranquilo. Eso es lo que
me hace diferente del resto de los artistas y el público lo sabe. Soy yo,
Lolita Versache y como yo ninguna.
-
¿El
glamour y elegancia se perfila con la experiencia o se nace con ambas
cualidades?
El glamour
de la locura siempre acompaña al verdadero artista —–afirma—–. El resto forma parte de un proceso natural de
aprendizaje, tanto a nivel personal como profesional. Las tablas te van
enseñando a ser fuerte y no dejarte pisar por los problemas. Como buen
sevillano, por otro lado, tengo un arte para pelar la gamba que no me gusta y
sacarla de mi camino… No sé si me comprenderá el lector pero me refiero a que
en mi paella no hay gambita mala. Lolita Versache piensa que el mundo es
cuadrado, es una santa y se codea con quien le da la gana.
-
Te
atreves con todo y lo demuestras allá donde tu espectáculo llega. Lo mismo en
Benidorm que en Madrid el público se rinde a tu elegancia ¿Cuál sientes que es
tu profesión?
Trabajo para vivir pero, he de reconocer, que mi verdadera
vocación es sentirme en un escenario como el reflejo de mis valores en la vida —–contesta
a corazón abierto—– ¿De qué me serviría el éxito que tengo ante mí público si
no fuese de verdad, si no ofreciese lo que realmente pienso y siento? Uno se
puede maquillar mejor o peor. Lucir galas más o menos elaboradas pero —–inspira
con profundidad—– si lo que entregas a la gente es mentira, es un mero papel
fugaz a cambio de unas monedas, el camino se acorta y te pierdes en el
laberinto del olvido. Un artista debe reírse primero consigo mismo y después
repartir esa alegría o esos momentos mágicos con el resto de los mortales. He
dicho —–puntualiza con simpatía—–. Soy divina, auténtica y
única ¿o no? —–una nueva carcajada se escucha por todo el camerino.
-
¿Qué
pensaste cuando la BBC te retrató como la
pelirroja de voz dulce y suave de Madrid?
Los británicos me confundieron con Rihanna y sus continuos
cambios de looks —–sonríe—–.
Me considero adicta al trabajo bien hecho, pero no renuncio a un grito bien
dado bajo ningún concepto. ¡Con lo que
me gusta gritar! —–Por más que lo intentan, los presentes no pueden
dejar de reírse con lágrimas en los ojos—–. Respecto a la dulzura soy como el
pan dependiendo de la situación. Me refiero a que soy como el pan duro si me
percato de que algo no me cuadra o llega alguien a mi espectáculo medio dormido
de otro lugar. Enseguida saco lo más dulce que pueda encontrar en mi sección de
bollería fina y; en ese momento sí, tiro la barra dura hacia donde tengo que
apuntar. Aprovecho que mencionas la BBC y lo que comentaron de mí, para asegurar
que alguna que otra persona se merecería un estudio exhaustivo en el programa
televisivo Cuarto Milenio —–se ríe con sorna—– Te encuentras tanto fantasma
dentro y fuera de los escenarios. Gracias a Dios que yo, en lugar de agua
bendita, me protejo de las vampiras chuponas con la buena energía del público.
-
¿Existe
delirio de grandeza entre los seres humanos?
Existe mucha envidia y mala leche —–asegura—–.
De momento no las he sufrido en mis carnes pero ya sabemos que nacemos para
superar pruebas y, oye —–quita hierro al asunto—– si una tiene que pisar fuerte
en su camino y sin querer le rompes el meñique a Drácula o la momia —–le
encanta hablar con doble sentido—–, pues con gusto les pego una pata de palo y
a seguir caminando cada uno por su lado. Ancha es Castilla y yo soy… pues yo
misma con mi circunstancias… —–sorprende su desparpajo.
-
¿Hasta
dónde quiere llegar Lolita Versache? ¿Y tú?
Lolita Versache quiere seguir disfrutando del reconocimiento
de su amado público —–se emociona—–. Llevo 13 años luchando
por un sueño que, gracias a Dios y a mis seguidores y a la gente que siempre ha
creído en mí; ha superado muchos momentos de hipocresía, falsedad y maldades de
un mundo travestí que debería ser más generoso; ya no solo con el colectivo
LGTBI sino con el mundo. De nada nos sirve luchar por ver reconocidos nuestros
derechos si quienes representamos, como artistas, una parte importante de nuestro
movimiento de lucha, nos damos la espalda los unos a los otros. Lolita Versache
no sube a un escenario a competir con nadie sino a divertir y, con sutileza, o
no, a chillar bien alto que ¡tod@s somos iguales! —–un silencio inesperado nos
deja sin aire—–. Yo me llamo Jonathan Márquez y soy un chico sevillano que vive
tranquilo, con amor y enamorado de las cosas bonitas que nos ofrece este mundo
en nuestro efímero paso por él. Lolita Versache me quita mucha tranquilidad
pero, aunque suene cursi, gracias a ella he aprendido a amar y a compartir mi
amor con las personas que necesitan ayuda y protección. ¿Sabes? —–Afirma
clavando sus ojos en los míos—–, puedo bromear pero cuando digo que yo soy yo
no dejo de pensar que, como tú, como todo el mundo, somos almas que estamos
cansadas de mundos de fantasías o ilusiones temporales. Junt@s podemos crear
algo más que un espectáculo en el que desternillarnos de la risa.
Que GRANDE!!!! Excelente entrevista realizada, fans de @lolitaversache... CHAPÓ te deja con ganas de saber más de ella... habrá que ir a verla donde esté!!!
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