El Closet Abierto en CHILE: Elías Briones
Por Antonio Capurro
Un gendarme es una persona perteneciente al cuerpo militarizado que cumple las funciones de policía. Esa es la profesión de Elías Briones, chileno de Temuco capital de la Provincia de Cautín y la Región de La Araucanía, al sur de Santiago, quien trabaja en la Gendarmería de Chile (GENCHI), la institución penitenciaria de Chile encargada del orden, seguridad, reinserción social, cumplimiento de condenas en las prisiones y el resguardo de los Tribunales de Justicia.
En realidad visto así no habría nada de raro o extraño, salvo que Elías Briones no se un gendarme cualquiera, porque no todos los días es noticia que uno de ellos postula nada menos que a ser Mister Gay Chile, lo que ha causado cierto revuelo en el país del norte sobretodo dentro de los rezagos que todavía quedan en sectores más conservadores de la política y la sociedad. Pero a Elías no hay nadie que lo detenga o frene cuando de tomar decisiones se trata.
"Fue de un momento para otro, ese día estaba trabajando y lo vi por Facebook que había este concurso Mister Gay, le comenté a un colega que sabe mi cuento y me respondió para que me iba a meter en algo así, entonces lo tomé como un desafío para romper esquemas dentro de mi propia institución pero nunca pensé que sería tan expuesto".
En su institución todos conocían que él era gay, pero algunos creían, otros lo sabían de su propia boca, otros no. Un centro de trabajo con una percepción muy cuadrada donde él nunca ha tenido ningún problema laboral.
"Pienso que en la unidad donde trabajo lo han asimilado bien, algunos se me han acercado y me han dado abrazos mostrándome su apoyo, que se sienten orgullosos, pero solo algunos no todos. Otros a través de las redes sociales en forma anónima desde Arica, Santiago, Puerto Montt, Valparaíso".
Con respecto a su trabajo.
"Para ser gendarme tienes que tener tan solo enseñanza media, luego ellos te forman en cursos como defensa, derechos y otros, pero el resto lo traes desde la casa en cómo te forman respetando a los demás, trabajar con criterio y ser humano. Ahora yo estoy cuidándolos a ellos. En mi servicio no he pasado buenos momentos, eso es pasado, pero lo que llena de orgullo es la buena relación que tengo con los internos, es lo bonito, algo que tal vez le cae mal a otros colegas, la envidia qué se yo. Cuando uno hace la bondad tiene que hacerlo sin que los demás se enteren".
La ley antidiscriminación Zamudio permitió que se abra el espacio para que la legislación garantice el marco judicial para garantizar el derecho de la igualdad ante la ley frente a una discriminación arbitraria. Este hecho hizo que algunas instituciones del estado chileno como la propia Gendarmería de Chile firme un convenio con el Movhil (Movimiento Homosexual de Chile) con el propósito de evitar la discriminación dentro del recinto entre los gendarmes y los segregados o recluidos.
"Yo no he tenido ningún problema, uno tiene que llevar bien el uniforme, dentro del reclusorio tengo que llevar la línea, cuidarme, es un lugar donde te valoran por tu trabajo, por quien eres como persona, tampoco es que cargue la bandera del orgullo".
Elías sabe quien es, vive con la frente en alto y nunca tuvo miedo frente a la posibilidad de algún ataque de homofobia. No duda en afirmar que la gente siempre te dirá que eres maricón a tus espaldas y que Santiago es más liberal que Temuco u otras provincias donde es más cerrada de gente.
"En Temuco la gente es más reservada, como más escondida, la gran mayoría de jóvenes LTGB toman la decisión de salir de aquí, tienen que dejar el hogar porque no son aceptados y eso es triste, aunque las redes sociales hacen que la gente puede conectarse con otros contarse sus historias no sentirse tan solos".
Ahora tiene 33 años, pero a los 24 asumió su orientación sexual al tener su primera relación con un chico de diecinueve años que él considera tóxica porque fue un proceso súper complicado que le hizo aprender sentimentalmente. Con su fuerza de voluntad y con el trabajo dejando que el tiempo se lleve los malos recuerdos es que volvió a recuperarse.
"En el caso de mi familia, mi madre lo supo por un ex, y es algo con lo cual hasta el día de hoy no puedo conversar con ella, no es que sea mala pero tiene esa mentalidad conservadora, todo lo contrario a mi padre quien me apoya. Los tengo con vida y con salud, somos como los tres mosqueteros porque paramos de arriba a abajo juntos".
Por estos días Elías anda en un romance joven con Esteban, quien es oriundo de Concepción pero vive en Santiago, a quien conoció a través del Facebook, casi dos semanas antes de que se cierren las inscripciones para el concurso y él fue uno a los que pidió ayuda para seguir avanzando con los votos. Ambos viven una relación fresco como el viento de la primavera, aunque viven en dos regiones diferente cada vez que pueden se dan un tiempo o aquí o allá para estar juntos.
"Me gusta su alegría, vitalidad, poder hablar con él sin tabúes, la primera vez nos conocimos en Los Angeles, una ciudad más al norte de Temuco, nos cagamos de la risa, me esperó en el bus, yo estaba nervioso pero todo salió bien, nos detuvimos en Saltos de Laja donde comimos y de ahí hasta el departamento de su hermana en Concepción quien sabe de nosotros".
Elías asume su participación en el concurso Mister Gay como una forma de activismo de luchar por sus propios derechos porque siente que no se identifica con el estereotipo de belleza masculina estereotipada.
"Yo no soy el prototipo, las pocas veces que he tenido que participar he ido, la más reciente a la marcha del orgullo. Pablo Salvador ha sido muy bueno. Yo he sentido que el gay chileno te discrimina por todo, que el cuerpo, el trabajo, cómo vistes y todo eso. Ahora somos dieciocho, con cuatro o cinco he conversado más, se ha creado una buena onda. Lo más próximo es la prueba de vestuario que será en una discoteca y estoy trabajando con un diseñador a ver qué sale. Estoy muy ansioso pero ya siento un ganador de haber llegado hasta aquí".
De ganar el concurso Elías sueña con ser activista por la comunidad, dar charlas de motivación empezando por la Gendarmería, ser la cara visible de la lucha. Quiere los derechos completos como el matrimonio igualitario, y sabe que para que eso suceda la comunidad debe unirse más. Tiene once años como gendarme y quiere llegar a los veinte que es lo mínimo que le piden para una jubilación. Ha hecho los trámites para que lo trasladen a Santiago donde tendrán espacio para desarrollarse más profesionalmente, ahí le gustaría trabajar en el departamento de derechos humanos.
Sobre el hombre más sexy vivo de su país no vacila en señalar al jugador de fútbol Alexis "El Niño Maravilla" Sanchéz y acerca de posar desnudo si es algo artístico de hecho que sí. Así es, Elías Briones, un hombre sencillo, transparente, reilón, entusiasta y con una belleza particular en su piel oscura. De aquí en adelante solo queda esperar los resultados y cruzar los dedos hasta la fecha principal del concurso.
Y no se olviden que como dice la canción de la diva Rafaella Carra, icono de la comunidad gay, "para hacer bien el amor hay que venir al sur".
Un gendarme es una persona perteneciente al cuerpo militarizado que cumple las funciones de policía. Esa es la profesión de Elías Briones, chileno de Temuco capital de la Provincia de Cautín y la Región de La Araucanía, al sur de Santiago, quien trabaja en la Gendarmería de Chile (GENCHI), la institución penitenciaria de Chile encargada del orden, seguridad, reinserción social, cumplimiento de condenas en las prisiones y el resguardo de los Tribunales de Justicia.
En realidad visto así no habría nada de raro o extraño, salvo que Elías Briones no se un gendarme cualquiera, porque no todos los días es noticia que uno de ellos postula nada menos que a ser Mister Gay Chile, lo que ha causado cierto revuelo en el país del norte sobretodo dentro de los rezagos que todavía quedan en sectores más conservadores de la política y la sociedad. Pero a Elías no hay nadie que lo detenga o frene cuando de tomar decisiones se trata.
"Fue de un momento para otro, ese día estaba trabajando y lo vi por Facebook que había este concurso Mister Gay, le comenté a un colega que sabe mi cuento y me respondió para que me iba a meter en algo así, entonces lo tomé como un desafío para romper esquemas dentro de mi propia institución pero nunca pensé que sería tan expuesto".
En su institución todos conocían que él era gay, pero algunos creían, otros lo sabían de su propia boca, otros no. Un centro de trabajo con una percepción muy cuadrada donde él nunca ha tenido ningún problema laboral.
"Pienso que en la unidad donde trabajo lo han asimilado bien, algunos se me han acercado y me han dado abrazos mostrándome su apoyo, que se sienten orgullosos, pero solo algunos no todos. Otros a través de las redes sociales en forma anónima desde Arica, Santiago, Puerto Montt, Valparaíso".
Con respecto a su trabajo.
"Para ser gendarme tienes que tener tan solo enseñanza media, luego ellos te forman en cursos como defensa, derechos y otros, pero el resto lo traes desde la casa en cómo te forman respetando a los demás, trabajar con criterio y ser humano. Ahora yo estoy cuidándolos a ellos. En mi servicio no he pasado buenos momentos, eso es pasado, pero lo que llena de orgullo es la buena relación que tengo con los internos, es lo bonito, algo que tal vez le cae mal a otros colegas, la envidia qué se yo. Cuando uno hace la bondad tiene que hacerlo sin que los demás se enteren".
La ley antidiscriminación Zamudio permitió que se abra el espacio para que la legislación garantice el marco judicial para garantizar el derecho de la igualdad ante la ley frente a una discriminación arbitraria. Este hecho hizo que algunas instituciones del estado chileno como la propia Gendarmería de Chile firme un convenio con el Movhil (Movimiento Homosexual de Chile) con el propósito de evitar la discriminación dentro del recinto entre los gendarmes y los segregados o recluidos.
"Yo no he tenido ningún problema, uno tiene que llevar bien el uniforme, dentro del reclusorio tengo que llevar la línea, cuidarme, es un lugar donde te valoran por tu trabajo, por quien eres como persona, tampoco es que cargue la bandera del orgullo".
Elías sabe quien es, vive con la frente en alto y nunca tuvo miedo frente a la posibilidad de algún ataque de homofobia. No duda en afirmar que la gente siempre te dirá que eres maricón a tus espaldas y que Santiago es más liberal que Temuco u otras provincias donde es más cerrada de gente.
"En Temuco la gente es más reservada, como más escondida, la gran mayoría de jóvenes LTGB toman la decisión de salir de aquí, tienen que dejar el hogar porque no son aceptados y eso es triste, aunque las redes sociales hacen que la gente puede conectarse con otros contarse sus historias no sentirse tan solos".
Ahora tiene 33 años, pero a los 24 asumió su orientación sexual al tener su primera relación con un chico de diecinueve años que él considera tóxica porque fue un proceso súper complicado que le hizo aprender sentimentalmente. Con su fuerza de voluntad y con el trabajo dejando que el tiempo se lleve los malos recuerdos es que volvió a recuperarse.
"En el caso de mi familia, mi madre lo supo por un ex, y es algo con lo cual hasta el día de hoy no puedo conversar con ella, no es que sea mala pero tiene esa mentalidad conservadora, todo lo contrario a mi padre quien me apoya. Los tengo con vida y con salud, somos como los tres mosqueteros porque paramos de arriba a abajo juntos".
Por estos días Elías anda en un romance joven con Esteban, quien es oriundo de Concepción pero vive en Santiago, a quien conoció a través del Facebook, casi dos semanas antes de que se cierren las inscripciones para el concurso y él fue uno a los que pidió ayuda para seguir avanzando con los votos. Ambos viven una relación fresco como el viento de la primavera, aunque viven en dos regiones diferente cada vez que pueden se dan un tiempo o aquí o allá para estar juntos.
"Me gusta su alegría, vitalidad, poder hablar con él sin tabúes, la primera vez nos conocimos en Los Angeles, una ciudad más al norte de Temuco, nos cagamos de la risa, me esperó en el bus, yo estaba nervioso pero todo salió bien, nos detuvimos en Saltos de Laja donde comimos y de ahí hasta el departamento de su hermana en Concepción quien sabe de nosotros".
Elías asume su participación en el concurso Mister Gay como una forma de activismo de luchar por sus propios derechos porque siente que no se identifica con el estereotipo de belleza masculina estereotipada.
"Yo no soy el prototipo, las pocas veces que he tenido que participar he ido, la más reciente a la marcha del orgullo. Pablo Salvador ha sido muy bueno. Yo he sentido que el gay chileno te discrimina por todo, que el cuerpo, el trabajo, cómo vistes y todo eso. Ahora somos dieciocho, con cuatro o cinco he conversado más, se ha creado una buena onda. Lo más próximo es la prueba de vestuario que será en una discoteca y estoy trabajando con un diseñador a ver qué sale. Estoy muy ansioso pero ya siento un ganador de haber llegado hasta aquí".
De ganar el concurso Elías sueña con ser activista por la comunidad, dar charlas de motivación empezando por la Gendarmería, ser la cara visible de la lucha. Quiere los derechos completos como el matrimonio igualitario, y sabe que para que eso suceda la comunidad debe unirse más. Tiene once años como gendarme y quiere llegar a los veinte que es lo mínimo que le piden para una jubilación. Ha hecho los trámites para que lo trasladen a Santiago donde tendrán espacio para desarrollarse más profesionalmente, ahí le gustaría trabajar en el departamento de derechos humanos.
Sobre el hombre más sexy vivo de su país no vacila en señalar al jugador de fútbol Alexis "El Niño Maravilla" Sanchéz y acerca de posar desnudo si es algo artístico de hecho que sí. Así es, Elías Briones, un hombre sencillo, transparente, reilón, entusiasta y con una belleza particular en su piel oscura. De aquí en adelante solo queda esperar los resultados y cruzar los dedos hasta la fecha principal del concurso.
Y no se olviden que como dice la canción de la diva Rafaella Carra, icono de la comunidad gay, "para hacer bien el amor hay que venir al sur".
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