EN PRIMERA BUTACA: Contracorriente
Ópera prima de Javier Fuentes León, cineasta peruano que dejó su carrera de medicina para seguir una pasión que siempre había rondado su alma y su corazón: el cine, “Contracorriente” es el primer filme peruano que aborda el tema de la homosexualidad en serio y sin miedos. Uno que deja la puerta abierta para que la cinematografía peruana salga de una vez por todas del closet.
La película es un viaje hacia la verdad que todo ser humano debe enfrentar para ser feliz con uno mismo. Galardonada en el Festival de San Sebastián 2009 – España Premio Sebastiane a la Mejor Película con Temática Gay y en el Festival de Sundance 2010 – USA Premio de la Audiencia Competencia Internacional Dramática así como otros dieciséis galardones internacionales en otros festivales de prestigio, la cinta de Fuentes-León nos muestra un discurso sincero y directo, una película que subvierte los cánones morales establecidos de la sociedad peruana que no lleva el traje de la tapada limeña pero que todavía se resiste a dejar los secretos a voces de parroquia.
Contracorriente es un drama destinado a romper esquemas y prejuicios que subvierte los cánones morales de una caleta de pescadores ahí donde las mujeres y los hombres no ven la diversidad como una forma de amar y ser feliz donde todo tiene un lugar pre establecido. Es una película fresca que deja un sabor agrio pero delicioso porque su encanto radica en no pretender la moraleja o el discurso militante (que sería legítimo hacerlo) sino en dejar que los espectadores intenten ser más humanos. En la película el tema religioso está presente por todos lados, él mismo director creció en un hogar católico, que va de la mano con el sentimiento de culpa y de pecado. Y vuelve a asomarse del viejo dicho se perdona el pecado no el escándalo.
Contracorriente1Allí donde los hombres pescan y exudan su machismo surge el amor entre Miguel y Santiago, apasionado como las olas del azul profundo, ferviente, acalorado, bonito pero sin embargo prohibido. Nadie tiene que saberlo ni enterarse porque nadie lo entendería. Santiago quiere pero Miguel no. ¿Qué opciones tienen? Aparentemente ninguna. Los únicos testigos de ese amor que no pueden exhibir son la arena, el mar, las rocas, las aves o algún sitio abandonado adonde pueden amarse. Cabo Blanco es un paraíso pero una cárcel también. Y esconderse es algo en lo que Miguel tiene habilidad. Lo hace frente a sus amigos, su esposa, su familia y frente a sí mismo. De primera instancia parecería que el amor está condenado al fracaso.
El paisaje está bellamente fotografiado, ese oasis donde Miguel y Santiago pueden ser que se yuxtapone a a la represión de las verdaderas emociones del pescador dibujado en acuarelas y cartulinas. Las actuaciones destacan. Así tenemos a Cristian Mercado quien nos entrega una interpretación versatil y brillante, Manolo Cardona cumple y Tatiana Astengo le otorga matices a su rol de mujer engañada. Junto a ellos el mar es testigo de lo que pasa en esa caleta donde el día a día arrastra la rutina a la vida de ese grupo de personas, donde todo parece tan normal como ir a la misa los domingos o tomarse un par de tragos en la cantina donde los hombres son hombres. Solo cuando Santiago le exija a Miguel una decisión, porque él ya está harto porque no puede seguir engañándose a sí mismo como si el amor entre ambos no existiera, es que la trama da un giro cogiendo un camino distinto sobretodo cuando a Santiago se lo lleve el mar y regresa a pedirle a Miguel que cumple con su última voluntad: ser enterrado en el océano. Al amante ido nadie lo ve excepto el pescador. Y ahora sí pueden hasta cogerse de las manos en público. Y ese drama metafísico adquiere una dimensión de gran poder. Santiago es el único que sabe lo que vivieron, pero no es un fantasma, es la conciencia de Miguel. ¿Se puede ser feliz con una doble vida? ¿Viviendo a medias? Los personajes actúan como esperamos que lo hagan hasta que Miguel encuentra su verdad, una que nunca lo dejará.
La película es un viaje hacia la verdad que todo ser humano debe enfrentar para ser feliz con uno mismo. Galardonada en el Festival de San Sebastián 2009 – España Premio Sebastiane a la Mejor Película con Temática Gay y en el Festival de Sundance 2010 – USA Premio de la Audiencia Competencia Internacional Dramática así como otros dieciséis galardones internacionales en otros festivales de prestigio, la cinta de Fuentes-León nos muestra un discurso sincero y directo, una película que subvierte los cánones morales establecidos de la sociedad peruana que no lleva el traje de la tapada limeña pero que todavía se resiste a dejar los secretos a voces de parroquia.
Contracorriente es un drama destinado a romper esquemas y prejuicios que subvierte los cánones morales de una caleta de pescadores ahí donde las mujeres y los hombres no ven la diversidad como una forma de amar y ser feliz donde todo tiene un lugar pre establecido. Es una película fresca que deja un sabor agrio pero delicioso porque su encanto radica en no pretender la moraleja o el discurso militante (que sería legítimo hacerlo) sino en dejar que los espectadores intenten ser más humanos. En la película el tema religioso está presente por todos lados, él mismo director creció en un hogar católico, que va de la mano con el sentimiento de culpa y de pecado. Y vuelve a asomarse del viejo dicho se perdona el pecado no el escándalo.
Contracorriente1Allí donde los hombres pescan y exudan su machismo surge el amor entre Miguel y Santiago, apasionado como las olas del azul profundo, ferviente, acalorado, bonito pero sin embargo prohibido. Nadie tiene que saberlo ni enterarse porque nadie lo entendería. Santiago quiere pero Miguel no. ¿Qué opciones tienen? Aparentemente ninguna. Los únicos testigos de ese amor que no pueden exhibir son la arena, el mar, las rocas, las aves o algún sitio abandonado adonde pueden amarse. Cabo Blanco es un paraíso pero una cárcel también. Y esconderse es algo en lo que Miguel tiene habilidad. Lo hace frente a sus amigos, su esposa, su familia y frente a sí mismo. De primera instancia parecería que el amor está condenado al fracaso.
El paisaje está bellamente fotografiado, ese oasis donde Miguel y Santiago pueden ser que se yuxtapone a a la represión de las verdaderas emociones del pescador dibujado en acuarelas y cartulinas. Las actuaciones destacan. Así tenemos a Cristian Mercado quien nos entrega una interpretación versatil y brillante, Manolo Cardona cumple y Tatiana Astengo le otorga matices a su rol de mujer engañada. Junto a ellos el mar es testigo de lo que pasa en esa caleta donde el día a día arrastra la rutina a la vida de ese grupo de personas, donde todo parece tan normal como ir a la misa los domingos o tomarse un par de tragos en la cantina donde los hombres son hombres. Solo cuando Santiago le exija a Miguel una decisión, porque él ya está harto porque no puede seguir engañándose a sí mismo como si el amor entre ambos no existiera, es que la trama da un giro cogiendo un camino distinto sobretodo cuando a Santiago se lo lleve el mar y regresa a pedirle a Miguel que cumple con su última voluntad: ser enterrado en el océano. Al amante ido nadie lo ve excepto el pescador. Y ahora sí pueden hasta cogerse de las manos en público. Y ese drama metafísico adquiere una dimensión de gran poder. Santiago es el único que sabe lo que vivieron, pero no es un fantasma, es la conciencia de Miguel. ¿Se puede ser feliz con una doble vida? ¿Viviendo a medias? Los personajes actúan como esperamos que lo hagan hasta que Miguel encuentra su verdad, una que nunca lo dejará.
El guion de Fuentes-León convence aunque faltó mayor construcción en los personajes quizá algo más de sus historias personales para no quedarnos adivinando cómo llegaron ahí, sospecho que le faltó aventurarse más lo que no deja de ser un ejercicio fílmico entre la razón y la emoción logrado con solvencia. De hecho que Contracorriente por momentos juega al mensaje de normalizar los hechos cuando vemos por ejemplo al modelo de familia tradicional que se presenta en el aparente triángulo amoroso. Y es que claro, ahí nadie conoce a las familias diversas. Es más, el propio Miguel no quiere perder a su esposa y su bebé. Tal vez porque eso precisamente le da seguridad. Él nos se plantea si acaso pueda haber otro forma de vivir más allá de la caleta de pescadores o si podrá ser feliz siendo gay abiertamente. O qué hay más allá de su pueblo.
La homofobia internalizada de Miguel es fuerte ¿cómo no serlo en un ambiente hostil a lo diferente donde suponemos fue criado el protagonista?, pero es así como ha elegido vivir y acaso sea válido. No sabemos si es que alguna vez quiso irse del pueblo y hacer una vida bien lejos. Es un hombre casado que espera su primer hijo con Mariela (Tatiana Astengo) que se mantiene terco e inflexible creyendo que todo puede seguir así como si nada. ¿Qué consecuencias traerá la verdad, podrá enfrentar los prejuicios y enterrar a su pareja amante de forma digna? ¿Cómo se puede nadar a “Contracorriente”? ¿Cuánto puede uno resistir ocultado su verdadera naturaleza? ¿Tendrás las agallas para hacer un ritual público para enterrarlo aunque eso suponga reconocer que fue un persona importante en su vida, alguien a quien amaba?
Contracorriente marca un hito en el cine peruano. Chocante para quienes no anhelan ver más allá, reveladora para quienes intentan ser lo que son. El cine gay que hasta el momento la gran mayoría de espectadores ha visto es aquel que nos habla de sufrimiento y marginación, se diría casi como si estuviéramos marcados por una maldición y aunque esta película tenga ese mismo tono, de alguna forma no podemos dejar de sentir que ha develado otra puerta más, por la cual podemos caminar hacia la verdad.
La puedes ver aquí:
http://cinegaygratis.blogspot.com/2015/06/contracorriente.html
La homofobia internalizada de Miguel es fuerte ¿cómo no serlo en un ambiente hostil a lo diferente donde suponemos fue criado el protagonista?, pero es así como ha elegido vivir y acaso sea válido. No sabemos si es que alguna vez quiso irse del pueblo y hacer una vida bien lejos. Es un hombre casado que espera su primer hijo con Mariela (Tatiana Astengo) que se mantiene terco e inflexible creyendo que todo puede seguir así como si nada. ¿Qué consecuencias traerá la verdad, podrá enfrentar los prejuicios y enterrar a su pareja amante de forma digna? ¿Cómo se puede nadar a “Contracorriente”? ¿Cuánto puede uno resistir ocultado su verdadera naturaleza? ¿Tendrás las agallas para hacer un ritual público para enterrarlo aunque eso suponga reconocer que fue un persona importante en su vida, alguien a quien amaba?
Contracorriente marca un hito en el cine peruano. Chocante para quienes no anhelan ver más allá, reveladora para quienes intentan ser lo que son. El cine gay que hasta el momento la gran mayoría de espectadores ha visto es aquel que nos habla de sufrimiento y marginación, se diría casi como si estuviéramos marcados por una maldición y aunque esta película tenga ese mismo tono, de alguna forma no podemos dejar de sentir que ha develado otra puerta más, por la cual podemos caminar hacia la verdad.
La puedes ver aquí:
http://cinegaygratis.blogspot.com/2015/06/contracorriente.html
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