ORGULLO EN EL DEPORTE: Salir del closet en el deporte
Por Antonio Capurro
¿Cuántos nombres de deportistas recuerdas que hayan salido del closet para luchar contra la homofobia o discriminación por orientación sexual? Si ahora mismo googleas aparecerán algunos, quizá no tantos como quisieras porque todavía continúa de alguna forma siendo un tabú, pero existe una disciplina donde la homofobia es más fuerte: el fútbol. Seguro te preguntarás ¿por qué los deportistas deberían visibilizar que son LGTB? ¿Y por qué no? Si queremos que las personas viven una felicidad completa y puedan sentirse incluidos el deporte debería ser un lugar de crecimiento y aceptación. Recuerdo el viejo dicho “Mente sana en cuerpo sano”. ¿Cómo estarlo ocultando quién eres frente en un medio que no te permite vivir libremente tus pensamientos y emociones?
Quizá hoy es más fácil, pero el 24 de marzo de 1962 un trágico hecho registró la página negra de la corta historia del deporte gay como lo documenta la historia del boxeo cuando en una pelea disputada en el Madison Square Garden, el boxeador norteamericano Emile Griffith, quien ocultaba por ese entonces su bisexualidad, puso en coma al cubano Benny ‘Kid’ Paret luego de asestarle varios puñetazos en la cabeza con furia extrema. ¿Por qué? El odio acumulado porque Paret le había insultado llamándole maricón, una palabra con la cual muchos deportistas gais tienen que luchar dentro y fuera de los camerinos.
La crónica negra no acaba ahí porque en el año 1998 el pionero en salir del closet, el futbolista británico Justin Fashanu, que había asumido públicamente su homosexualidad ocho años antes, decidió suicidarse. El motivo: su vida no volvió a ser la misma luego de hablar con la verdad. El estigma y la acusación de asalto sexual por un joven de 17 años lo persiguió sin justificación alguna. Fashau siempre negó siempre haber sido culpable de violación, pero la depresión pudo más. Su último mensaje no podía cantarlo más claro: “Me he dado cuenta de que ya había sido declarado culpable por la gente. No quiero avergonzar más a mis amigos y mi familia”.
Y en diciembre del 2014 el Comité Olímpico Internacional prohibió la discriminación por orientación sexual dentro del deporte olímpico, todo un logro de las ligas mayores. Desde hace algunos años se han creado campañas para sensibilizar contra la homofobia y la discriminación, la más reciente #LaLigaArcoIris de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, FELGTB, de España promovida con el objetivo de normalizar el 19 de febrero de cada año como el Día contra la LGTBfobia en el Deporte. Vaya que se necesita. Otras iniciativas han partido de atletas heterosexuales cansados de ver tanto rechazo como lo son el caso de Hudson Taylor, entrenador de lucha en la universidad de Columbia y un NCAA Division 1 All-American Wrestler, Coach con el Athlete Ally, promoviendo la diversidad en el deporte a nivel secundaria. O también la campaña del jugador de rugby Ben Cohen.
Compromiso en serio es lo que en mayo del presente año escribió el Barca cuando el vicepresidente del Barça Jordi Cardoner y el directivo Ramon Pont firmaron el manifiesto contra la homofobia en un acto celebrado en el palco del Camp Nou y en el que estuvo presente el conseller de Conseller de Territori i Sostenibilitat Santi Vila. Con papel en mano el emblemático equipo grabó un vídeo para llamar la atención de su público a decirle no a la discriminación.
A la lista de los deportistas que salieron del closet se añadió recientemente la de Sean Conroy quien se convirtió en el primer beisbolista profesional gay. Él es parte de una selección que incluye al jugador de fútbol americano Michael Sam, el primero abiertamente homosexual en la NFL. En el 2014, otro futbolista, esta vez el alemán Thomas Hitzlsperger tuvo una respuesta positiva de sus compañeros, el público y la Federación de Alemania, quien reiteró su “respeto” al alemán por sus valores dentro y fuera de la cancha. Otro es el americano Robbie Rogers que, en febrero de 2013, mientras jugaba en el Galaxy de Los Ángeles, hizo pública su orientación sexual.
Un caso que concitó la atención fue la del jugador de rugby Garret Thomas, ex estrella de los Crusaders de la Super League europea, quien estuvo casado, y en el año 2009 contando su historia al Daily Mail, donde confesó haberle sido infiel a su esposo muchas veces e incluso visitado bares gay cuando estaba de gira con el equipo. Thomas afirmó que supo que era gay desde los 16 años, pero que debido a la «cultura de machos» que rodea al rugby no se atrevió a admitirlo ni personal ni públicamente. En dicha entrevista señaló no querer «Ser conocido como un jugador de rugby gay. Soy un jugador de rugby, en primer lugar y sobre todo soy un hombre.
En nuestra lista también hay latinos como Orlando Cruz, boxeador boricua, quien le dio un golpe al pugilismo, dominado como el fútbol por los estereotipos y prejuicios del machismo, al reconocerse como gay publicando además un vídeo mensaje donde le pide matrimonio a su pareja. Además, están, entre otros, el luchador WWE, Darren Young, cuyo verdadero nombre es Fred Rosser. En la NBA los basquetbolistas, Jason Collins y John Amaechi, el clavadista australiano Matthew Mitcham, así como su homólogo británico Tom Daley. Y entre los nadadores al australiano Ian Thorpe.
Y pensar que durante muchos años la entonces revista española Zero tuvo como una consigna tener en su portada al primer futbolista español gay. Estuvieron cerca de conseguirlo, pero no se logró, aunque casi casi porque faltó poco para tener una portada con un jugador del Real Madrid, sin embargo, este declinó a última hora. La presión de los clubes era muy fuerte ante el rumor que Zero quería a toda costa sacar del closet a uno de los jugadores en la primera plana.
En Latinoamérica todavía no se ha dado el caso ni tampoco hecho campañas contra la homofobia en el deporte o el fútbol. Perú que en el año 2013 tuvo el proyecto de unión civil en la mira de la opinión pública, a diferencia de contar con aliados pro en el mundo del arte y la cultura no logró abrir la boca de los deportistas locales en actividad.
Por un lado temor, por el otro hipocresía. La gran mayoría cree que de admitir públicamente que son gay sus carreras se verán afectadas. Se hace mucho hincapié en que “los vestuarios o camerinos son homófobos” o que “puedes ser homosexual pero no declararlo”.
Felizmente en la medida que el tema gay se hace global en el mundo del deporte quienes lo practican y lo conducen se van animando a dejar a un lado los mitos, porque el deporte debe alcanzar niveles de conocimiento y sensibilidad donde se formen seres humanos que acepten y abracen la diversidad, en donde nadie sea ofendido, humillado y agraviado por ser diferente.
Quizá hoy es más fácil, pero el 24 de marzo de 1962 un trágico hecho registró la página negra de la corta historia del deporte gay como lo documenta la historia del boxeo cuando en una pelea disputada en el Madison Square Garden, el boxeador norteamericano Emile Griffith, quien ocultaba por ese entonces su bisexualidad, puso en coma al cubano Benny ‘Kid’ Paret luego de asestarle varios puñetazos en la cabeza con furia extrema. ¿Por qué? El odio acumulado porque Paret le había insultado llamándole maricón, una palabra con la cual muchos deportistas gais tienen que luchar dentro y fuera de los camerinos.
La crónica negra no acaba ahí porque en el año 1998 el pionero en salir del closet, el futbolista británico Justin Fashanu, que había asumido públicamente su homosexualidad ocho años antes, decidió suicidarse. El motivo: su vida no volvió a ser la misma luego de hablar con la verdad. El estigma y la acusación de asalto sexual por un joven de 17 años lo persiguió sin justificación alguna. Fashau siempre negó siempre haber sido culpable de violación, pero la depresión pudo más. Su último mensaje no podía cantarlo más claro: “Me he dado cuenta de que ya había sido declarado culpable por la gente. No quiero avergonzar más a mis amigos y mi familia”.
Y en diciembre del 2014 el Comité Olímpico Internacional prohibió la discriminación por orientación sexual dentro del deporte olímpico, todo un logro de las ligas mayores. Desde hace algunos años se han creado campañas para sensibilizar contra la homofobia y la discriminación, la más reciente #LaLigaArcoIris de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, FELGTB, de España promovida con el objetivo de normalizar el 19 de febrero de cada año como el Día contra la LGTBfobia en el Deporte. Vaya que se necesita. Otras iniciativas han partido de atletas heterosexuales cansados de ver tanto rechazo como lo son el caso de Hudson Taylor, entrenador de lucha en la universidad de Columbia y un NCAA Division 1 All-American Wrestler, Coach con el Athlete Ally, promoviendo la diversidad en el deporte a nivel secundaria. O también la campaña del jugador de rugby Ben Cohen.
Compromiso en serio es lo que en mayo del presente año escribió el Barca cuando el vicepresidente del Barça Jordi Cardoner y el directivo Ramon Pont firmaron el manifiesto contra la homofobia en un acto celebrado en el palco del Camp Nou y en el que estuvo presente el conseller de Conseller de Territori i Sostenibilitat Santi Vila. Con papel en mano el emblemático equipo grabó un vídeo para llamar la atención de su público a decirle no a la discriminación.
A la lista de los deportistas que salieron del closet se añadió recientemente la de Sean Conroy quien se convirtió en el primer beisbolista profesional gay. Él es parte de una selección que incluye al jugador de fútbol americano Michael Sam, el primero abiertamente homosexual en la NFL. En el 2014, otro futbolista, esta vez el alemán Thomas Hitzlsperger tuvo una respuesta positiva de sus compañeros, el público y la Federación de Alemania, quien reiteró su “respeto” al alemán por sus valores dentro y fuera de la cancha. Otro es el americano Robbie Rogers que, en febrero de 2013, mientras jugaba en el Galaxy de Los Ángeles, hizo pública su orientación sexual.
Un caso que concitó la atención fue la del jugador de rugby Garret Thomas, ex estrella de los Crusaders de la Super League europea, quien estuvo casado, y en el año 2009 contando su historia al Daily Mail, donde confesó haberle sido infiel a su esposo muchas veces e incluso visitado bares gay cuando estaba de gira con el equipo. Thomas afirmó que supo que era gay desde los 16 años, pero que debido a la «cultura de machos» que rodea al rugby no se atrevió a admitirlo ni personal ni públicamente. En dicha entrevista señaló no querer «Ser conocido como un jugador de rugby gay. Soy un jugador de rugby, en primer lugar y sobre todo soy un hombre.
En nuestra lista también hay latinos como Orlando Cruz, boxeador boricua, quien le dio un golpe al pugilismo, dominado como el fútbol por los estereotipos y prejuicios del machismo, al reconocerse como gay publicando además un vídeo mensaje donde le pide matrimonio a su pareja. Además, están, entre otros, el luchador WWE, Darren Young, cuyo verdadero nombre es Fred Rosser. En la NBA los basquetbolistas, Jason Collins y John Amaechi, el clavadista australiano Matthew Mitcham, así como su homólogo británico Tom Daley. Y entre los nadadores al australiano Ian Thorpe.
Y pensar que durante muchos años la entonces revista española Zero tuvo como una consigna tener en su portada al primer futbolista español gay. Estuvieron cerca de conseguirlo, pero no se logró, aunque casi casi porque faltó poco para tener una portada con un jugador del Real Madrid, sin embargo, este declinó a última hora. La presión de los clubes era muy fuerte ante el rumor que Zero quería a toda costa sacar del closet a uno de los jugadores en la primera plana.
En Latinoamérica todavía no se ha dado el caso ni tampoco hecho campañas contra la homofobia en el deporte o el fútbol. Perú que en el año 2013 tuvo el proyecto de unión civil en la mira de la opinión pública, a diferencia de contar con aliados pro en el mundo del arte y la cultura no logró abrir la boca de los deportistas locales en actividad.
Por un lado temor, por el otro hipocresía. La gran mayoría cree que de admitir públicamente que son gay sus carreras se verán afectadas. Se hace mucho hincapié en que “los vestuarios o camerinos son homófobos” o que “puedes ser homosexual pero no declararlo”.
Felizmente en la medida que el tema gay se hace global en el mundo del deporte quienes lo practican y lo conducen se van animando a dejar a un lado los mitos, porque el deporte debe alcanzar niveles de conocimiento y sensibilidad donde se formen seres humanos que acepten y abracen la diversidad, en donde nadie sea ofendido, humillado y agraviado por ser diferente.
Aquí una lista de los atletas gay:
Deporte fuera del closet:
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