OSCURAS REFLEXIONES El retroceso democrático y la locura fascista.
Por Lenna Guzman (Desde Sevilla, España)
Síguela en IG
Pensé cómo era posible que un gobierno sea capaz de abolir derechos que favorecen a una población históricamente vulnerada como somos nosotres. Desde la llegada al poder de la ultraderecha de la mano de populares, se ha constituido una vía agresora que en lugar de tranquilizar, desestabiliza los cimientos de la propia democracia, donde este sector de derecha, tan afiliado a la iglesia, es incapaz de entender que la democracia está para construir y avanzar, para el bien de la ciudadanía.
El poder político y el poder judicial deberían preservar, al menos, los cambios que afectan a la dignidad humana. El derecho a la dignidad y el derecho a ser es garantía internacional de derechos humanos, un patrimonio universal de los derechos humanos que nuestros políticos y la Constitución Española debiera tener a bien proteger.
La libertad sexual conseguida con tanto esfuerzo por estos colectivos no puede ser asesinada a base de nulidades. No se puede agredir el honor del 20% de la población, porque su único fuerte ha sido un ciego activismo, muchas veces vendido y eclipsado al poder. Una democracia no puede permitirse el lujo de condenar al ostracismo a tantísimas personas que luchan por hacerse un espacio en la sociedad, como las chicas transexuales.
El colectivo lgtbiqa+ está seriamente amenazado. Esto sólo va a ser el principio de un nuevo aparheid en España, donde se sucederán las persecuciones y los ataques ante la desprotección legal abandono de nuestro colectivo. Y es que como no se pare esto, luego seguirá la derogación del matrimonio igualitario y vete a saber que más.
Y es por eso, que debemos blindar los derechos humanos y fundamentales, como garantía democrática. ¿Qué se puede esperar de una constitución redactada con gente afín al poder de Franco? La necesidad de una nueva Constitución Española se hace clave para superar el oscuro futuro que se le aviene al conjunto activista, y otras minorías. No permitamos más que la libertad del individuo se vea truncada de nuevo. Europa debe ser firme porque estos actos intolerantes amenaza a todo orden y a toda persona vulnerable.
El peligro de la ultraderecha es que no construyen, sólo derriban lo que antes se había construido. Y caminar por un país de escombros derruidos deja claro hacia la ruina a la que nos puede llevar esta locura de fascismo encubierto, que no es más, que la ruina de un pensamiento decadente y sin salida.
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