OSCURAS REFLEXIONES POR LENNA GUZMAN: El misterio de la estrella de BELÉN y los Reyes Magos.

 

Por Lenna Guzmán (Desde Sevilla)

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Hablo desde Europa, España. Siempre pensé que era un mito eso de que un lucero alumbró el camino a los Reyes Magos de Oriente, en su camino hacia Belén, pero datos astronómicos demuestran que efectivamente hubo un lucero en el cielo que brillaba tanto como la luna. 

La tradición cuenta que venían desde el lejano Oriente, de una tierra rica de oro,  incienso y mirra. 

Si miramos la ubicación de Jerusalén, veremos que se encuentra en el mismo corazón del continente euroasiático, por lo que la concepción de oriente y occidente se torna algo confusa. Para la vieja tradición judía, el Imperio Romano se podría haber situado mirando al oriente, mientras Asia, en cambio, se ubicaría en el occidente.

En ese caso es probable que los Reyes Magos empezaran su peregrinación desde alguna región cercana al desierto, por lo que es probable que salieran del Magreb, y cruzaran por el desierto del Sahara para llegar a Egipto, y de ahí a Israel.

Esta historia cobra más sentido si comprobamos que hace 2020 años efectivamente se produjo una conjunción en el cielo de dos planetas Júpiter y Saturno. El resultado fue una hermosa bola de luz blanca que se elevaba a los cielos y se volvía a esconder en el horizonte.

Pues esa conjunción se ha vuelto a repetir en la actualidad y desde los cielos podemos ver aquel bello lucero que guio a sus majestades. Esto no tiene nada de mito y el hecho astronómico en efecto se recoge como real.

El hecho de que los Reyes Magos hayan usado camellos, demostraría que atravesaron el desierto del Sahara y que el viaje debió haberles llevado muchos meses de duro camino. 

La raza negra de uno de los magos, hace prever más la teoría que el grupo de magos debió haber partido de la África negra o subsahariana, para desde ahí, pasar el desierto buscando la península del Sinaí. (Egipto).

Los Reyes Magos, por los regalos que según la tradición otorgaron a la Sagrada Familia, se cree que debían de proceder de alguna clase nobiliaria, estudiosos o sabios con precisos conocimientos de astronomía, misticismo, esoterismo y astrología, pero el mito popular luego distorsionaría esta imagen ubicándolos como reyes magos, llegando al niño Jesús en la fiesta de Epifanía, como recoge la tradición.